ENTREVISTAS

Nadine Sierra: "Siempre habrá un lugar para nosotros"

01 / 06 / 2020 - Fernando SANS RIVIÈRE - Tiempo de lectura: 14 min

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Nadine Sierra La soprano Nadine Sierra como Ilia en el Met © Metropolitan Opera / Marty SOHL

El pasado mes de mayo tendría que haber debutado en La traviata en el Teatro Real de Madrid. A pesar de su juventud la soprano estadounidense Nadine Sierra, de madre portuguesa y padre puertorriqueño, ya posee una importante carrera profesional en algunos de los coliseos más importantes del mundo gracias a una voz capaz de abarcar un repertorio muy amplio y diverso.

 

Nadine Sierra es una de las jóvenes cantantes que se disputan algunos de los teatros más importantes del mundo. Con una carrera fulgurante, esta joven intérprete estadounidense se dio a conocer en España al ganar el Concurso Caballé en Zaragoza en 2013. Posteriormente ha cantado con éxito en el Palau de Les Arts de Valencia en un par de ocasiones. El mes pasado tendría que haber debutado en el Real incorporando a su repertorio el papel principal de La Traviata de Verdi.

ÓA: Empezó a estudiar canto muy joven. ¿Tenía algún precedente en la familia?

Nadine Sierra: La Bohème de Puccini fue la primera ópera que me dio a conocer mi madre cuando era niña era la famosa producción de Zeffirelli del Met con José Carreras y Teresa Stratas y entonces ya decidí que quería ser cantante. A los seis años, empecé las primeras lecciones y desde entonces siempre me incliné por la música clásica. Mi abuela, por parte de mi madre, había querido ser cantante de ópera pero su padre no se lo permitió y mi madre siempre sintió que si yo quería tener la oportunidad de convertirme en algo, ella siempre me apoyaría. Ella quería que buscara las cosas que me apasionaban y que participan o dan estabilidad a mi vida. Por esta razón estoy muy agradecida de mi madre. Su estímulo me dio la confianza para actuar, así como me llevó a seguir la carrera sin miedo.

ÓA: Nació en Fort Lauderdale (Florida), ciudad conocida como la Venecia estadounidense, muy cercana a la Palm Beach Opera en la que debutó jovencísima. Posteriormente estudió en Nueva York consiguiendo a los 20 años ser la soprano más joven en ganar las Metropolitan Opera National Council Auditions. ¿Qué recuerdos tiene de esa etapa de formación?

N. S.:  Sí, mi primer papel profesional y mi debut fue cuando tenía 16 años cantando el Sandman de Hansel und Gretel de Humperdinck en Palm Beach. Pero ya formaba parte del coro de la Ópera desde hacía dos años, y estaba muy agradecida con la compañía por darme una oportunidad tan generosamente. Después de mis años de secundaria, comencé mis estudios en la Mannes College of Music School en Manhattan recibiendo mi licenciatura después de estudiar allí durante cuatro años. Para ser sincera, nunca fui muy buena estudiante. Sentarme en un aula nunca fue uno de mis fuertes y siempre quise cantar e interpretar en lugar de estudiar con papel y lápiz. Aprender a ser cantante e intérprete de ópera nunca fue lo suficientemente rápido para mí, así que siempre estaba un poco impaciente durante mi época de estudiante en Nueva York y California. Sin embargo, en esos años de estudio me permitieron perseguir mis sueños al dejarme competir en varios concursos e incluso dejándome posponer algunos exámenes cuando hice las audiciones para la competencia de la Metropolitan Opera. En general, lo pasé muy bien en mi etapa de formación y definitivamente me sentí apoyada por mis profesores y luego por el profesor de canto.

Su primer CD con Universal

© Deutsche Grammophone

Su primer CD con el sello Deutsche Grammophone "There's a place for Us"

En 2018 apareció en el mercado la primera grabación de Nadine Sierra como artista del sello Universal. Bajo el sugerente título de There’s a Place for Us, título alternativo de “Somewhere”, conocida pieza del musical de Leonard Bernstein West Side Story, esta estadounidense hija de inmigrantes parece reivindicar a los jóvenes de todas las razas y específicamente a los jóvenes cantantes. “Mi primer álbum fue la culminación de una serie de ideas nacidas de ciertas situaciones que me sucedieron durante mi formación”, aclara. “Comencé a recopilar el repertorio para el álbum principalmente debido a lo que estaba por suceder en mi país justo antes de que el presidente Trump fuera elegido, en 2016. Mi madre, una inmigrante que llegó a los Estados Unidos cuando tenía 18 años, es ciudadana estadounidense. Al igual que mi padre, que llegó con 20 años con su familia emigrando desde Italia y Puerto Rico. En otras palabras, mi familia la constituye personas de otros países que buscaron una nueva vida en Estados Unidos y nos dieron todo lo que pudieron a mí y a mis hermanas. Mi familia me permitió convertirme en lo que siempre quise ser y sin ese apoyo, ciertamente, no estaría participando en esta entrevista. Debido a mi familia, de mente abierta y multicultural, me he convertido en la persona que soy. En 2016 pude ver que nuestro nuevo líder estaba a punto de convertirse en una amenaza para familias como la mía. Una amenaza por ser multicultural, y potencialmente podría cambiar las percepciones de los millones de personas que eventualmente tendrían que escuchar sus futuros discursos. Y es por eso que realmente se creó There’s a place for Us. Es exactamente lo que sentí y lo que siento por mi país y el resto del mundo. Quería crear un disco que apoyara mis ideas sobre humanidad ¿Y por qué no tratar de hacer eso con el lenguaje universal de la música? Lo más pacífico que se me ocurrió fue transmitir ese mensaje a través de la música porque sí que creo en que no importa lo que esté sucediendo en nuestro mundo y en nuestras vidas: siempre habrá un lugar para nosotros”.

Sierra Caballé Nadine Sierra ganadora del Concurso Caballé 2013) junto a Carlos Caballé, Fernando Sans Rivière e Isabel Caballé © Concurso Caballé / Auditorio de Zaragoza
Sierra Nucci Leo Nucci y Nadine Sierra en el Teatro alla Scala tras su famoso bis de "Si, vendetta!" de 'Rigoletto' © Teatro alla Scala / Marco BRESCIA & Rudy AMISANO

ÓA: En 2013 realizó una gira por diversos Concursos Internacionales de Canto en Europa ganando la mayoría de ellos, como el Verónica Dunne (Dublín), el Neue Stimmen (Berlín) y el Montserrat Caballé (Zaragoza). ¿Cree que este tipo de competiciones son una buena base para los jóvenes cantantes?

N. S.: Las competiciones para mí siempre fueron una fuente de aprendizaje y de adquirir experiencia. No estaba realmente centrada en la idea ni en la necesidad de ganar. Era algo que me gustaba hacer y que me dio la oportunidad de crecer como artista cuando era más joven. Siempre quise guiarme por el consejo que me dio Marilyn Horne: “El éxito algún día llegará: no tengas expectativas”. Ella me dio el premio de su academia cuando yo tenía 19 años. Estar en el programa Adler Fellowship fue realmente el impulso que necesitaba, y me ayudó a consolidar aún más todo lo que había aprendido hasta ese momento. Finalmente me sentí como una profesional y siempre quise dar lo mejor de mí. El programa Adler Fellowship me dio todo lo que quería cuando era estudiante porque finalmente pude ir a clases, las que estaban completamente basadas en el rendimiento. Ya no estaba sentada en un escritorio con mi papel y bolígrafo. ¡Mi yo impaciente finalmente estaba satisfecho con el trabajo que me estaban dando y permitió que mi creatividad explotara! Realmente fue una experiencia fantástica. Siempre me divertí participando en concursos y definitivamente creo que son una gran experiencia para los jóvenes. Abren a los estudiantes a la idea de lo que se espera de los profesionales de la ópera que todos admiramos. En muchos sentidos nos dan un empujón a un impulso que de alguna manera encontramos dentro de nosotros mismos, desde la adrenalina, al competir. Sin embargo, nunca vi esa adrenalina como una forma de ir contra mis compañeros cantantes. La usé principalmente para exigirme a mí misma y tratar de ser mejor de lo que era. Nuevamente, usar esa idea de nunca tener expectativas significaba que podía participar en concursos sin ningún tipo de presión. Nunca esperé ganar nada; solo para obtener una experiencia de aprendizaje que sirviese al objetivo final.

ÓA: En pocas semanas pasó de debutar en la Metropolitan Opera de Nueva York, a finales de 2015, y en el Teatro alla Scala de Milán a primeros de 2016. ¿Qué impresión le causó debutar con Gilda en ambos coliseos antes de cumplir los 30 años?

N. S.: Gilda es y siempre será el papel con el que más me siento en casa. Es una chica que nunca puede escapar de mi corazón y cada vez que la interpreto siento que estoy en mi elemento. Además, la música que Verdi le dio es realmente notable y completamente inolvidable. Sería imposible decir que no siento una tremenda emoción cada vez que vuelvo a interpretar una ópera como Rigoletto. Casi se vuelve nostálgico para mí porque comencé a aprender sus partes vocales cuando era muy joven. Mi debut en la Metropolitan Opera y en La Scala simplemente sucedieron gracias al trabajo duro y a la determinación. Siempre soñé con hacer mi debut en ambos teatros y tenerlos uno a las pocas semanas del otro fue muy emocionante para mí. Más todavía si lo hacía con Gilda, porque ya había desarrollado una relación muy cercana con este personaje tanto en mi mente como en mi corazón. Era como si una amiga me acompañara en el escenario, y realmente nunca me sentí nerviosa cuando sentía que ella estaba conmigo. Sinceramente, creo que me dio la fuerza para hacer estos debuts tan importantes como lo hice y por eso siempre estaré agradecida con ella. Todos mis recuerdos en cada uno de estos teatros importantes que he ido conociendo durante mi trayectoria siempre me hacen sentir muy agradecida por llevar la vida que tengo la suerte de estar viviendo. Por sentirme realizada y un poco más conocida en la profesión. Pero también estoy especialmente agradecida a que estos teatros me hayan dado la oportunidad de hacer aquello que de niña siempre había querido dedicarme: la música. Este pequeño objetivo infantil todavía está dentro de mí cada vez que entro en un escenario. Nunca he buscado la ópera para ser famosa o ganar dinero. Solo quería hacer música y experimentar la magia que siempre aparece cuando puedo cantar.

Debut de Violetta en el Teatro Real

© Ópera de San Francisco / Cory WEAVER

Nadine Sierra como Lucia de Lammermoor en San Francisco

En mayo tendría que haber debutado el rol de Violetta Valéry en el Teatro Real de Madrid, un personaje que la joven cantante esperaba desde hace años. El coronavirus, sin embargo, cambió sus planes y los de los aficinados que estaban ansiosos por escucharla. “Por ahora, espero que mi debut como Violetta llegue en algún momento. Nuestro mundo es tan delicado ahora mismo que muchas veces no me siento demasiado centrada al pensar en la ópera o en mi carrera. Principalmente me preocupa la salud de mi familia, en cómo están mis amigos y colegas en todo el mundo, y rezo para que el sufrimiento de las familias y las personas afectadas por esta pandemia se alivie pronto. En realidad, es muy difícil para mí concentrarme en el cantante de ópera que hay en mí en estos momentos… Estoy pensando más como el ser humano que soy y queriendo que todo esté bien antes de que cualquier teatro vuelva a abrir sus puertas al público. Si eso significa tener que esperar más tiempo para debutar roles como Violetta, entonces que así sea”.

ÓA: También volvía al Covent Garden como Lucia di Lammermoor. ¿Qué le gusta más del bel canto y cuál es su relación con el coliseo londinense?

N. S.: ¡Qué gran debut hubiera sido! Pero puedo esperar. Sé y entiendo lo importante que es superar esta situación en la que estamos antes de continuar con cualquier tipo de arte en vivo. Una vez que las cosas se vuelvan a abrir y sean seguras para que las personas vuelvan a disfrutarlas, estaré más que feliz de hacer en Londres este personaje que ya he cantado y me encanta.

ÓA: Su repertorio es realmente muy amplio y en pocos años ya ha abordado numerosos papeles mozartianos como Pamina, Condesa, Susanna, Zerlina e Ilia, los verdianos Gilda, Nannetta y (pronto) Violetta, los donizettianos Norina y Lucia; del repertorio francés está Manon y Juliette y del alemán Sophie de Rosenkavalier. ¿Cuáles son los más apropiados para su vocalidad y qué papeles está preparando?

N. S.: Tengo mucha suerte de poder sentirme como en casa en muchos roles diferentes. Sin embargo, a medida que voy madurando siento que mi voz comienza a cambiar un poco y espero que me permita cantar más papeles de Verdi y Puccini en el futuro. Por esta razón, tengo muchas ganas de cantar Micaëla en París. Sus partes vocales requieren un poco más de exuberancia en la voz y ciertamente puedo sentir que ahora será más adecuada para mí que antes. ¡También estoy muy emocionada de volver a visitar a Juliette en la Metropolitan Opera la próxima temporada! Este es probablemente el próximo evento más emocionante para mí.

© Ópera de San Francisco / Cory WEAVER

Nadine Sierra como Susana en San Francisco

ÓA: Tras el éxito de su primer CD ha comentado su interés por la posibilidad de grabar un álbum con varios tipos de música latina, hispana y portuguesa, incluyendo zarzuela y canciones españolas. ¿Le interesa el repertorio español y la zarzuela?

N. S.: Definitivamente lo estoy pensando y actualmente estoy en el proceso de crear el próximo álbum con DG. ¡Con suerte, podremos publicar más información una vez que el trabajo esté en marcha!

ÓA: ¿Qué personaje le gustaría que le ofrecieran para cantarlo en los próximos años?

N. S.: Mimì me encantaría, y si fuera el último papel que cantara en mi vida, sería feliz. Podría retirarme de los escenarios muy feliz después de dar vida a este papel, de verdad. Ella fue mi primera inspiración y sé que será mi objetivo final. ¡Será el círculo perfecto en mi vida operística!. ÓA