Reportajes

Teresa Berganza en la discografía: Rigor, belleza y emoción

A su atractiva voz, de un color bellísimo, amplia extensión y naturalidad en las agilidades, sumaba rigor, dominio estilístico y una perfección que emocionaba

01 / 03 / 2023 - Javier PÉREZ SENZ - Tiempo de lectura: 8 min

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teresaberganza-operaactual Teresa Berganza

En su arte cobran vida las cualidades técnicas, vocales y musicales que mejor retratan la grandeza del canto. A su atractiva voz, de un color bellísimo, amplia extensión y naturalidad en las agilidades, sumaba rigor, dominio estilístico y una perfección que emocionaba por su sinceridad expresiva. Fallecida el 13 de mayo de 2022, este mes habría cumplido 90 años y ÓPERA ACTUAL la recuerda con un retrato discográfico centrado en sus grandes papeles operísticos.

Con una extraordinaria trayectoria en los escenarios de más de cuatro décadas de carrera –su primera actuación pública tuvo lugar en 1955 en el Ateneo de Madrid–, Teresa Berganza, nacida en la madrileña calle de San Isidro el 15 de marzo de 1933, es una leyenda cuya grandeza, como sucede con el también inolvidable Alfredo Kraus, se agiganta con el paso del tiempo. La música fue su pasión, su vida, y siempre supo escoger el repertorio adecuado para mantener intacta la emoción del canto. Y como maestra de voces en la Escuela Reina Sofía de Madrid siempre aconsejaba a los jóvenes intérpretes la necesidad de preservar la voz con el máximo dominio técnico, el rigor y la elección del repertorio adecuado: “Forzar la voz siempre pasa factura y conduce al desastre”, aseguraba. “Cuando cantas un repertorio que no es el adecuado a tu tipología vocal, porque es más dramático y te obliga a forzar tus medios naturales, la voz se arruina. Así son las cosas”.

Hablaba claro y también cantaba sin artificios ni efectismos, preservando siempre la calidad y la belleza natural de su voz, que no era grande, pero tan bien proyectada que corría con brillo en grandes escenarios. Mozart y Rossini son un excelente punto de partida para disfrutar el arte de Berganza que preserva su extenso y valioso legado discográfico. Rosina, de Il barbiere di Siviglia, es una de sus máxima creaciones rossinianas. El cuidado en la dicción, el fraseo, el buen gusto en las ornamentaciones, ese saber colocar todas y cada una de las notas, con agilidad y sin precipitaciones convierte su interpretación en una referencia, pues su Rosina tiene carácter, picardía, naturalidad y una riqueza de matices deslumbrante.

© FIAK

Teresa Berganza en Chicago, junto a Alfredo Kraus, en un ensayo de 'L’heure spagnole'

Con Ponnelle y Abbado

Viene un gran interés la filmación del histórico montaje de los años setenta dirigido con absoluta maestría por Claudio Abbado al frente de la Orquesta Sinfónica de Viena y firmado escénicamente por Jean-Pierre Ponelle (Deutsche Grammophon, DVD, 1972 y Blu-Ray Audio). Versión óptima también por la calidad  y acierto de un reparto en el que figuran Hermann Prey, Luigi Alva, Enzo Dara y Paolo Montarsolo. Vocalmente, su Rosina bajo la dirección de Silvio Varviso (Decca, 1964) es aún más deslumbrante.

También su interpretación de Angelina –su único papel, por cierto, en el Gran Teatre del Liceu, en 1971– es sensacional por la exquisitez y expresividad de su canto. De sus grabaciones de La ­Cenerentola, destacan la versión de estudio dirigida por Abbado en Edimburgo (DG, 1971), con Alva, Montarsolo y Renato Capecchi y la grabación en vivo bajo la batuta de Vittorio Gui (Archivi Opera, 1968), también con Luigi Alva, Paolo Montarsolo y Sesto Bruscantini.

Su sensual, brillante y divertida interpretación de Isabella de L’italiana in Algeri completa su gran trilogía rossiniana, y aquí las opciones discográficas son muchas, entre ellas una maravillosa grabación en video en la RAI de Milán, con Alvino Misciano, Mario Petri y ­Bruscantini, muy bien dirigida por Nino Sanzogno (Belcanto Society, 1957); otra función en vivo en La Scala de Milán bajo la sabia ­batuta de Abbado (G.O.P, 1973), con el elegante Lindoro de Ugo Benelli, el magistral Taddeo de Enzo Dara y el certero Mustafá de Montarsolo; y en estudio, su clásica grabación dirigida por Silvio Varviso en Florencia, con Alva, Rolando Panerai y el histriónico Fernando Corena (Decca, 1963).

Istvan Kertész dirigió una versión prácticamente completa de La clemenza de Tito –faltan algunos recitativos– que sigue ocupando un lugar de honor en la discografía mozartiana y conserva la más cálida e intensa interpretación de Sesto que pueda soñarse, con un dominio estilístico, una línea de canto y una belleza vocal arrolladoras. Werner Krenn, Lucia Popp y Brigitte Fassbaender brillan en este registro clásico (Decca, 1967). Doce años después, Berganza ofrece un Sesto de  gran clase bajo la dirección de Karl Böhm (DG, 1979) aunque se nota el paso del tiempo en las agilidades y el registro agudo.

Cherubino de ensueño

Con su Cherubino de Le nozze di Figaro brinda otra lección interpretativa, con versiones como las grabadas con Carlo Maria Giulini (ICA Classic, 1961), Otto Klemperer (Emi, 1972) y Daniel Barenboim (Emi, 1977).  Dorabella en Così fan tutte, bajo la dirección de Georg Solti (Decca, 1974, con Pilar Lorengar como Fiordiligi, es otra muestra de su discografía mozartiana, que incluye un gran recital con John Pritchard y Zerlina en el sofisticado Don Giovanni cinematográfico dirigido por Joseph Losey, con dircción  musical de Lorin Maazel (Sony).

Hace más de cuatro décadas, Berganza tuvo el talento vocal, el coraje y la íntima convicción de que era necesario romper la imagen folclórica y estereotipada de Carmen como gitana torrencial para recrear, lejos de tópicos y prejuicios, las esencias de la protagonista de la famosa ópera de Georges Bizet. Su innovadora interpretación, en un momento vocal espléndido, causó sensación en un montaje del Festival de Edimburgo de 1977 tocado por la inspiración musical de Claudio Abbado al frente de la Sinfónica de Londres y el genial sello escénico de Piero Faggioni. La grabación de Deutsche Grammophon, remasterizada en los Estudios Emil Berliner, se disfruta plenamente con la calidad ténica que ofrece el Blu-Ray audio (DG, 1977) Berganza refleja la feminidad y la pasión de Carmen, con una cuidada línea de canto y un bien calibrado temperamento, en perfecta sintonía con el intenso Don José de Plácido Domingo y las buenas prestaciones de ­Sherrill Milnes e Ileana Cotrubas. La filmación de este histórico montaje en la Ópera de París, dirigido con buen oficio por Pierre Dervaux, cuenta con las voces de Domingo, Ruggero Raimondi y Katia Ricciarelli (Better Opera, DVD).

En el repertorio francés también dejó huella como intensa  Charlotte, de Werther, de Massenet –hay grabaciones con Alfredo Kraus y dirección de Plasson, y en Zúrich, con Josep Carreras y Nello Santi– o como soberbia Dulcinée en la grabación de estudio de Don Quichotte, de Massenet, muy bien dirigida por Michel Plasson al frente de las masas del Capitole de Toulouse y un excelente reparto con José Van Dam en el papel titular y Alain Fondary como Sancho Panza (Emi, 1992). Con Plasson grabó también La Périchole, de Offenbach, junto a Carreras y Gabriel Bacquier (Emi, 1981).

Hay también joya barrocas, como su histórica Alcina, de Händel, con Joan Sutherland y dirección de Richard Bonynge (Decca), el Stabat Mater, de Pergolesi, con Mirella Freni y dirección de Ettore Gracis (Archiv- Produktion), el programa Vivaldi (Gloria/Magnificat) con Lucia Valentini-Terrani y Riccardo Muti (Emi), su Dido and Aeneas rbado en Aix con Hanny Steffek (Belinda) y Gérard Souzay (Aeneas) dirigidos por Pierre Dervaux o su incursión en el mundo de Haydn con una selección de arias bajo la dirección de Raymond Leppard (Erato). Y entre las noches legendarias brilla la famosa Medea, de Cherubini, en Dallas en 1958, con Maria Callas, Jon Vickers y dirección de Nicola Rescigno (Myto).

Repertorio español

Su dedicación a la música española fue constante, con un increíble legado liederístico (no incluido en este perfil discográfico por razones de espacio) que grabó con los pianistas Félix Lavilla (DG), Juan Antonio Álvarez Parejo (Claves) y el guitarrista Narciso Yepes (DG): todas su grabaciones de canciones de Manuel de Falla, Federico García Lorca, Enric Granados, Eduard Toldrà, Jesús Guridi, Joaquín Turina o Xavier Montsalvatge, entre otros, son oro puro.

Falla fue una de sus pasiones, con una memorable Salud, en La vida breve dirigida por García Navarro, al frente de la Sinfónica de Londres y un reparto de lujo, con Carreras, Juan Pons, Alicia Nafé, Paloma Pérez Iñigo, Manolo Mairena y Manuel Cid (DG, 1978). También con García Navarro grabó El Amor Brujo, editado por Deutsche Grammophon, sello en el que también publicó El sombrero de tres picos, con Seiji Ozawa y la Sinfónica de Boston, y El gato montés, de Manuel Penella, dirigido en 1991 por el añorado Miguel Roa, en una producción con la Sinfónica de Madrid y un lujoso reparto encabezado por Verónica Villarroel, Domingo, Pons, Carlos Álvarez, Carlos Chausson y Mabel Perelstein. En su relación con el sello amarillo grabó un precioso recital de arias barrocas italianas junto al pianista Ricardo Requejo, una extraordinaria versión del ballet Pulcinella, de Stravinsky, dirigida por Abbado, y una curiosa incursión en el mundo de Giaccomo Puccini, con una emotiva e intensa Suzuki en una grabación de estudio dirigida por Giuseppe Sinopoli en 1987, con Freni, Carreras y Pons.

Legado zarzuelístico

Y para cerrar este retrato de la discografía básica de la gran Teresa Berganza no podía faltar su glorioso legado de zarzuelas en el sello Columbia, en especial los históricos registros bajo la dirección de Ataúlfo Argenta, Pablo Sorozábal (memorable versión de La del manojo de rosas), Benito Lauret (La bruja, de Ruperto Chapí, con Alfredo Kraus, Dolores Cava y Carlos Munguía), García Navarro o Indalecio Cisneros; es un catálogo único, con repartos maravillosos y grandes títulos de Alonso, Barbieri, Chapí, Chueca, Giménez, Guerrero, Luna, Moreno Torroba, Serrano, Sorozábal, Soutullo y Vert y Vives. Cabe añadir sus magníficos recitales de romanzas, con la English Chamber Orchestra y Enrique García Asensio (Ensayo).– ÓA