Reportajes
ÓA 221. Miguel Sierra, el Del Monaco español
El pasado 7 de enero, a los 90 años, falleció en Madrid el tenor español Miguel Sierra (1928-2019), un cantante de raza cuya corta carrera solo le reportó grandes éxitos, sobre todo fuera de España. su sobrino, el director José Miguel Pérez-Sierra, le dedica este merecido homenaje.
Madrid, Mayo de 1956. Histórico Otello en el Teatro Calderón. Un importante empresario musical guía a un joven tenor madrileño hasta el camerino del mito: “Ven, te presento a Mario Del Monaco”. “Avanti”, se escucha. El empresario abre la puerta: “Mario, te presento a Miguel Sierra. Pronto será el Del Monaco español”. “¿Es eso cierto?”, preguntó el divo. “Sin duda”, respondió el empresario. Del Monaco, con una gran sonrisa, le invitó a acomodarse: “Pase entonces, Michele Sierra. ¡Usted y yo tenemos mucho de qué hablar!”. Conversaron largo y tendido sobre la técnica, el repertorio… De aquella conversación (que recordaría siempre como un tesoro), mi tío salió motivado para dejar su trabajo de delineante en la Casa Marconi –donde diseñaba aparatos de radio–, e irse a Italia a perseguir sus sueños.
En Milán, Antonio Tonini lo tomó como uno de sus alumnos predilectos. En el estudio del gran maestro del Teatro alla Scala, mi tío se cruzaba con Callas, Di Stefano… Con Tonini preparó todo el repertorio correspondiente a su voz de lirico pieno, que evolucionaría pronto en spinto: Verdi, Puccini, Bizet o la zarzuela fueron el caballo de batalla de su ascenso meteórico: con tan solo 31 años recibió el Premio Nacional de Interpretación Lírica de 1960. En los años 70, en el apogeo de su voz y con compromisos ya firmados con los teatros más importantes del mundo, su carrera se truncó prematuramente. Debido a la enfermedad crónica de su esposa, decidió dejar de viajar para cuidarla: lo hizo con devoción durante más de 20 años, hasta el fallecimento de ésta. Salvo una Vida breve en el Liceu barcelonés en 1976, sus apariciones escénicas, cada vez más esporádicas, se limitaron a Madrid, donde residía.
Yo nací en 1981. No llegué a escucharle en vivo (solo tarareando algo en casa, con una voz espléndida, intacta hasta los últimos días de su vida). Pero no me cabe duda de que merece un lugar privilegiado entre los tenores que ha dado España en el último siglo. En sus grabaciones se aprecia su hermoso timbre e impecable estilo; pero son los testimonios de aquellos que le escucharon en directo los que para mí son fundamentales a la hora de valorar a mi tío. En mis 14 años de profesión, no ha habido teatro en España donde algún aficionado veterano, al saber que soy sobrino de Miguel Sierra, no se haya emocionado contándome auténticas hazañas vocales. Madrid, Barcelona, Bilbao… Aún hay muchos que le consideran una de las voces más importantes que han escuchado. Incluso en teatros italianos, hay quien exclama al conocerme: “¿eres sobrino de Michele Sierra? ¡Mamma mia, che voce!”… ¡Imaginen qué orgullo!
Mi tío Miguel ha sido una influencia fundamental en mi desarrollo como músico. Pasábamos días enteros escuchando juntos a los grandes de todos los tiempos… Yo quedaba hipnotizado tratando de absorber su conocimiento exhaustivo de la ópera, la zarzuela y de las voces: creó en mí el amor por ellas, y la necesidad de comprenderlas y cuidarlas que aún guía mis pasos como director. Solo puedo despedirme de él dándole un enorme gracias, y prometiéndole que allá donde la música me lleve, su memoria y su voz seguirán vivas.