Reportajes
Histeria de la ópera: Historias para no dormir
Los genios musicales tienen la virtud de comunicarse con sus congéneres traspasando vida y muerte mediante su legado. O con un médium….
Los genios musicales tienen la virtud de comunicarse con sus congéneres traspasando vida y muerte mediante su legado. O con un médium….
La fascinación por el terror, lo misterioso y lo sobrenatural es tan antigua como el género humano. Durante el Romanticismo las historias del más allá suscitaron especial interés por la predilección hacia lo fantástico y lo desconocido. Momento clave fue la aparición de Leah, Margaret y Kate Fox, tres hermanas estadounidenses que pusieron de moda el espiritismo. En 1848, las Fox vivían en una casa embrujada con ruidos de origen inexplicable y muebles que se movían. El causante era, según decían, un espíritu atrapado en la vivienda, que se comunicaba con ellas mediante golpes repetidos. Fue el inicio del Foxtrot. Tan astutas como su apellido, las Fox decían ser médiums e hicieron fortuna mostrando sus habilidades públicamente hasta que confesaron el engaño: ellas producían los golpes. Adiós Foxtrot. Allan Kardec introdujo el espiritismo en Francia al publicar en 1857 El libro de los espíritus y otras obras sobre médiums y fantasmas con un éxito sin precedentes, fundando la Revue spirite –que aún se edita– y causando furor en toda Europa. Kardec logró entrevistar a diferentes personalidades de los Campos Elíseos como Mozart, Chopin y Rossini. Desde el otro mundo, Rossini juraba que el espíritu producía los más bellos sonidos cuando actuaba sobre el éter. En otra entrevista, Chopin dijo a Kardec que había intérpretes muertos que tocaban sus composiciones mil veces mejor que los ejecutantes vivos. Solo era cuestión de matarlos… El que estaba llamado a ser creador de la ópera polaca vivió episodios paranormales. El primero, en la Cartuja de Valldemosa, cuando sufrió alucinaciones fantasmagóricas con monjes difuntos y cantos fúnebres que le perseguían, según escribió George Sand en Histoire de ma vie; el segundo, en Manchester, cuando en mitad de un concierto unas figuras sin identificar se reflejaron en el piano causándole pavor. Es lo que ocurre cuando no se limpia el piano: era polvo…

La médium Rosemary Brown, que aseguraba que diversos compositores muertos le dictaban partituras desde el más allá
Uno de los primeros interesados en la comunicación post mortem fue Robert Schumann. El autor de Genoveva se aficionó a las mesas parlantes, una moda que consistía en organizar sesiones espiritistas en las que un médium se comunicaba con el espíritu invocado mediante golpes, à la Fox. Sabido es que el compositor sufrió importantes trastornos mentales que incluían alucinaciones auditivas y que desembocaron en varios intentos de suicidio, acabando sus días en un manicomio. En las cartas que intercambió con Ferdinand Hiller, escribía que invocó a los espíritus de Schubert, Mendelssohn y Beethoven, entre otros. El autor de Fidelio le aclaró la velocidad exacta a la que se debía interpretar el primer movimiento de su Quinta Sinfonía. Schubert y Mendelssohn le dictaron la música de las conocidas como Geistervariationen o Variaciones fantasma. Schumann compuso para Joseph Joachim el Concierto para violín y orquesta en Re menor, que el violinista consideró resultado del deterioro mental del compositor. Joachim, en confabulación con Clara Schumann, dejó el manuscrito en la Biblioteca de Berlín, declarando que el concierto no debía interpretarse hasta un siglo después de la muerte de su autor. Las sobrinas nietas de Joachim, ambas violinistas, asistieron en 1933 a una sesión espiritista en la que Schumann les pidió que recuperasen una pieza inédita y Joachim les aclaró dónde estaba depositado el manuscrito…
De Wagner no se conoce afición alguna por el espiritismo, aunque sí por las leyendas sobre fantasmas. El músico conocía el Gespensterbuch de Johann August Apel, el libro de cuentos sobre fantasmas en el que se incluía la historia que inspiraría Der Freischütz. Según contaba, siendo un niño asistió a la representación de la ópera de Weber y le produjo tal impresión que decidió dedicarse a la composición. Más impresión le causaron las persecuciones de Malvina Schnorr von Carolsfeld. La soprano y su marido Ludwig Schnorr von Carolsfel, fueron los primeros intérpretes de Tristan und Isolde. Tras la muerte del tenor un mes después del estreno, a Malvina se le ocurrió que Wagner podría sustituirlo en calidad de amante. La cantante se presentó en su casa con una supuesta médium –en realidad alumna suya– que decía traer un mensaje de Ludwig Schnorr desde la tumba: Malvina debía casarse con Wagner y la médium con el rey Ludwig II. Cual holandés errante, Schnorr aparecía y desaparecía con diferentes mensajes, siempre transmitidos por la médium. En uno de ellos pedía al compositor que no escribiera piezas tan complicadas y extenuantes para la voz. Aunque Wagner le prohibió la entrada a su fortaleza, Malvina siguió atosigándole durante dos años… – ÓA