Reportajes
Festivales y sequía lírica
La mayoría de eventos de ópera del verano cancelan o reformulan por completo sus propuestas para adaptarse a las nuevas medidas sanitarias
Este año no sonarán las fanfarrias que desde el balcón del Festspielhaus de Bayreuth llaman a ocupar sus localidades a los wagnerianos, ni los prados de Glyndebourne se llenarán de amantes de la ópera haciendo picnic y no habrá bullicio en las calles de Edimburgo en agosto. salvo pocas excepciones, La mayoría de los festivales de verano han cancelado o pospuesto su edición de 2020 y miran ahora hacia 2021, confiados en poder reencontrarse con el público.
Frente a la incertidumbre que pesa sobre los teatros y compañías de ópera respecto a si podrán o no iniciar en septiembre la temporada 2020-2021, los festivales de verano se han topado de bruces con las restricciones de reunión y movilidad derivadas de la crisis sanitaria que han impedido la labor de preproducción y ensayos. A diferencia de los coliseos líricos que bajaron el telón casi al unísono a mediados del pasado mes de marzo, el goteo de festivales que han anunciado la cancelación o el aplazamiento de sus ediciones de 2020 ha sido incesante durante abril y mayo, a medida que el problema (el coronavirus Covid-19) que en febrero se creía circunscrito a China traspasaba rápido las fronteras y se expandía por Europa hasta saltar el Atlántico y llegar a América.
Las limitaciones de reunión y movilidad han devenido un importante hándicap al que se han añadido las fronteras cerradas con la imposibilidad de que los cantantes y músicos internacionales puedan desplazarse. “Todos sabemos que 2020 será un año diferente, de transición, y la mayoría de los festivales han optado por el pragmatismo”, asegura Oriol Aguilà, presidente de Festclásica, la Asociación Española de Festivales de Música Clásica. Por ahora, ninguno de ellos ha podido llevar a cabo la programación que había preparado, situación idéntica a la de los diferentes certámenes de otros países. No se han dado las condiciones para ello y hasta hace poco los gobiernos no han empezado a presentar las normativas que deben cumplirse para poder hacer representaciones operísticas y conciertos con público con garantías de seguridad para artistas, espectadores y trabajadores de los festivales para poder adaptar las programaciones. Ello ha llevado a buena parte de los festivales en todo el mundo a cancelar la programación de este verano.
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