Reportajes
El arte soberano de Alfredo Kraus en la discografía
Un legado discográfico que debería ser considerado como un tesoro para las nuevas generaciones.
Kraus también reinó en el disco. Su estilo, su línea de canto, la profundidad psicológica que conseguía de sus personajes emblemáticos han quedado para la posteridad en una discografía amplia tanto en estudio como en ediciones pirata. Un legado que debería ser considerado como un tesoro para las nuevas generaciones.
En una de las inolvidables entrevistas que quien escribe estas líneas pudo realizar a Alfredo Kraus, el tenor canario afirmaba: “Un cantante solo puede durar varias décadas en plenitud de facultades cuando se ha consagrado a su profesión estudiando todos los secretos de la voz, utilizando una técnica perfecta y escogiendo un repertorio adecuado para no forzar sus medios naturales”. En esa ocasión, en 1995 y a sus 67 años, presentaba un disco sorprendente, The incomparable Alfredo Kraus, grabado por Philips en enero de 1994 bajo la dirección de Carlo Rizzi.
El repertorio de ese recital, en el despliega una salud vocal y un magisterio admirable, pondría los pelos de punta a un tenor treintañero: once arias de extrema dificultad de Donizetti, Meyerbeer, Lalo, Offenbach, Gounod, Cilea, Delibes y Strauss que documentan la excepcional longevidad vocal de uno de los mejores tenores líricos del siglo XX. Su filosofía de canto y su técnica soberbia le permitieron mantenerse en la élite tenoril con absoluta honestidad artística y durante cuatro décadas: debutó en 1956 en la Ópera de El Cairo con el Duque de Mantua y mantuvo con gallardía en su repertorio este emblemático papel hasta el final de su carrera. “Creo sinceramente que mi voz ha ganado calidad con los años. No ha perdido agudos y ha ganado belleza. Es cierto que la mayoría de los cantantes suelen empeorar con el tiempo. Y esto se debe a que algo ha fallado, bien sea que la técnica no ha sido buena, que se ha cantado un repertorio que no convenía a la voz o que se ha abusado de ella. Lo esencial es ser un artista a través de una voz, que no tiene porqué ser extraordinaria”.
Werther, el Duque de Mantua, Roméo y Alfredo son los papeles que el propio Kraus destacaba entre sus creaciones como emblemáticas…
Continúa…*
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