Reportajes

Capsir en la nueva etapa del Liceu después de la Guerra Civil

La célebre soprano Barcelonesa Mercedes Capsir participó en 'La Bohème' que reabría el coliseo tras la contienda española

31 / 03 / 2020 - Virginia SÁNCHEZ RODRÍGUEZ - Tiempo de lectura: 6 min

Print Friendly, PDF & Email
Capsir Mercedes Capsir © Colección Sánchez RODRÍGUEZ

El 29 de abril de 1939, el entonces llamado Gran Teatro del Liceo de Barcelona reabría sus puertas recuperando este nombre tras la finalización de la Guerra Civil española, lo hizo contando con la presencia sobre sus tablas de una de las sopranos barcelonesas más célebres del momento: Mercedes Capsir.

Durante la Guerra Civil Española, contienda que se extendió entre 1936 y 1939, la actividad escénica del conocido hasta entonces como Teatre Liceu se mantuvo a pesar de su cambio de titularidad: con el estallido del conflicto bélico el edificio y todo su contenido fue expropiado por la Generalitat de Catalunya para ser convertido en el Teatre Liceu-Teatre Nacional de Catalunya, abriendo el repertorio a diversas expresiones artísticas y dejando la ópera aparcada. Fue en 1939 cuando el régimen de Franco devolvería el escenario a sus propietarios originales, la Sociedad del Liceo, en un momento en el que se debían iniciar los preparativos de la temporada de ópera 1939/1940.

Para ello se contó de nuevo con el empresario teatral Joan Mestres i Calvet, quien se había ocupado de la dirección artística del coliseo en la temporada 1915-16 y en los períodos que van entre 1918 y 1930 y 1933 y 1936. Mestres rápidamente comenzó a trabajar en la organización de la nueva temporada lírica que se inauguró el 9 de diciembre de 1939 con la ópera Goyescas, del compositor leridano Enrique Granados.

Sin embargo, tras el conflicto, previamente se había reactivado la actividad liceísta con la celebración de una primera gala, benéfica y no exenta de tintes políticos, en la que participó la soprano de coloratura Mercedes Capsir (1895-1969). El primer espectáculo en tiempos de paz se celebró en el coliseo barcelonés el sábado 29 de abril de 1939, a las seis de la tarde, con la presencia de un nutrido público formado por lo más granado de la sociedad barcelonesa y por un elevado número de militares de acuerdo con el carácter del régimen imperante.

Anunciada como Extraordinaria función benéfico-patriótica, se ofreció una representación de La Bohème. La célebre ópera de Puccini fue la elegida para esta importante cita no solo por su popularidad, sino además por su excelencia dentro del repertorio italiano, tan del gusto de la burguesía local, del mismo modo que una ópera en italiano había sido la primera del género representada en Barcelona dos siglos antes: en 1705 un selecto grupo de barceloneses pudo escuchar por vez primera una ópera, Il più bel nome de Caldara, en el salón de la Lonja. También fueron italianas la primera ópera en subir al escenario de un Liceu acabado de inaugurar en 1847, Anna Bolena de Donizetti, e I Puritani de Bellini, seleccionada para la función de reapertura del Gran Teatre en 1862, tras la necesaria reconstrucción por culpa del incendio sufrido el año anterior.

© Colección Sánchez RODRÍGUEZ

Programa de mano de 'La Bohème' de la reapertura del Liceu tras la Guerra Civil

La expectación ante la función de gala del 29 de abril de 1939, el evento que se celebraría tan solo unas semanas después de la proclamación de la victoria, era máxima. Y eso se debía no solo a la excelente labor publicitaria llevada a cabo por los organizadores sino, en gran medida, a la participación de una de las grandes artistas españolas que triunfaba por el mundo y que había regresado de Milán –su domicilio del momento– para tomar parte de esta función.

Nacida en Barcelona, Mercedes Capsir creció en el seno de una familia de músicos. Hija de un barítono y una soprano, se formó en el Conservatori del Liceu. Su primera actuación pública se produjo en Girona en 1914 y solo días después debutó en el Liceu dando vida al papel de Gilda en Rigoletto de Verdi, mientras que su debut en el Teatro Real fue en 1916 como Violetta.

Diva internacional

Fachada del Gran Teatre del Liceu durante la Guerra Civil

Tras haber cantado en los teatros españoles más destacados, en 1916 dio el salto internacional con producciones en Lisboa y Buenos Aires. A pesar de que hizo su presentación en Milán en 1918, no fue hasta 1924 cuando debutó en La Scala, siempre como Gilda de Rigolet­to bajo la dirección de Arturo Toscanini y compartiendo escenario con su célebre compatriota Miguel Fleta.

De acuerdo con sus rasgos como soprano de coloratura, durante su carrera abordó un repertorio formado, entre otras óperas, por La traviata, Rigoletto o El barbero de Sevilla, pero también La Bohème pucciniana. Aunque Capsir fue la gran estrella de la función liceísta de abril de 1939 –como se puede constatar por el mayor tamaño de la tipografía utilizada para plasmar su nombre en el programa de mano que se puede ver en esta página–, la soprano compartió escenario con otras figuras consagradas, como Carlos Merino, Colombo Ciprione, Rosa Sanz y Manuel Gas, todos ellos bajo la dirección de José Sabater.

Conviene apuntar que el evento destacó igualmente por razones artísticas y políticas. Organizado por la Sociedad de Propietarios y empresarios del Liceo, el acto había sido concebido como un “Homenaje al Glorioso Ejército Nacional y a beneficio de Auxilio Social y Hospital Clínico”. Igualmente, la adscripción ideológica del acto se puede constatar también a través de la música: la función finalizó con la interpretación del Oriamendi –el himno del Carlismo–, del Cara al sol –el himno de Falange– y del Himno Nacional.

Más allá de cuestiones políticas –el arte no debería entender de ideologías–, la función destacó por su calidad artística, por la gran acogida del público y por el éxito de la crítica, que se deshizo en halagos especialmente ante el buen hacer de la gran soprano. Así lo reflejó La Vanguardia Española: “Mercedes Capsir se impuso a la admiración del auditorio por la pureza de su voz, límpida, ágil, extensa: por su maestría de cantante, por su fina sensibilidad artística y por su fidelidad interpretativa”.

Este mes de abril se cumplen 81 años de esa etapa del Gran Teatre del Liceu tras la contienda, un periodo que contó con la presencia de una gran cantante que siempre conviene recordar como es la soprano Mercedes Capsir.  ÓA