En Portada
ÓA 266: 'Nixon in China' nuevos lenguajes en el Teatro Real
Una de las cosas más cansinas de la música contemporánea es –dice John Adams– su increíble austeridad y falta de sentido del humor
El Teatro Real continuará en abril su ampliación de repertorio con el estreno de uno de los títulos más emblemáticos de John Adams, Nixon in China, ópera que recrea el encuentro, en un claro ejemplo de teatro diplomático, entre el presidente de Estados Unidos Richard Nixon y el de china, Mao Tse-Tung, celebrado en 1972 y del que el año pasado se cumplieron 50 años. Ivor Bolton y John Fulljames dirigen musical y escénicamente esta coproducción con las óperas de Dinamarca y Escocia.
La vida de John Adams, que él mismo escribió en su autobiografía Hallelujah Junction, estuvo desde siempre ligada al jazz. Y a la política. Su madre militó en el partido demócrata y el compositor y director estadounidense conserva un recuerdo imborrable de cuando estrechó la mano de JFK, en 1960, la noche antes de que ganara las primarias de New Hamspshire. Con esos mimbres no resulta extraño que algunas de sus óperas se ambienten en acontecimientos históricos, como cuando en 1972 el presidente Richard Nixon visita China. El momento mundial era complicado y Adams (Worcester, Massachusetts, 1947) decide componer una ópera con libreto de Annie Goodman sobre ese cara a cara que se estrena en la Ópera de Houston en 1987.
Tras La nariz de Shostakóvich toma el relevo contemporáneo en el Teatro Real Nixon in China, emblemático trabajo del músico que, antes de llegar a Madrid, se representará en esta misma producción en la Ópera de París del 25 de marzo al 16 de abril, dirigida por Gustavo Dudamel y con las voces de Thomas Hampson y Renée Fleming (Ver Web ONP).
Pero, ¿por qué llevar aquel momento histórico a escena? “Cuando escribo una ópera me planteo solo una cosa: elegir un tema que me llame la atención. Nixon y Mao marcaron mis años de juventud. Hablar del presidente fue una excusa para poner sobre la mesa la actitud de un hombre vanidoso, no para satirizarlo”, ha asegurado Adams, que resalta en la obra la importancia que empezaban a cobrar los medios de comunicación y que marcaron aquel encuentro.
En el podio estará Ivor Bolton (Ver web del Real), director musical del Teatro Real, al mando del montaje de John Fulljames. El director artístico del coliseo, Joan Matabosch, destaca la importancia del primer regista de esta ópera, Peter Sellars, colaborador habitual de Adams: “Lo normal en el mundo de la ópera es que la puesta en escena entre en juego una vez el libreto está escrito y la música compuesta sobre la base de ese libreto, al menos parcialmente. Nixon in China creó un precedente insólito: por primera vez un compositor y un libretista que no se conocen y acceden a un matrimonio concertado por el director de escena. Sellars fue quien puso las bases de trabajo para el triángulo que, a partir de 1985, iba a desarrollar el proyecto”.
Bolton habla casi con veneración de Adams, de su producción, de cómo suena cada instrumento: “Uno de los compositores, sin duda más interesantes que conozco. Es uno de los más atractivos y variados autores minimalistas. Su música es infinitamente diferente por las técnicas que utiliza”, comenta a ÓPERA ACTUAL. “Admiro su fascinante orquestación, compone para una plantilla enorme (dos pianos, sampler, grupo generoso de instrumentos de viento). Es una pieza que resulta implacable. Utiliza también una inmensa variedad de texturas y me encanta la forma en que usa las madera y las cuerdas. Con todo ello es capaz de dar forma a un increíble mosaico de texturas que siempre estimula el oído y el drama que lo rodea”.
Adams, que es uno de los compositores contemporáneos más interpretados (Ver noticia del Premio BBVA Fronteras del Conocimiento), señala que huye de la sátira, pero ¿hay humor en este solemne e histórico duelo en la cumbre? Responde Matabosch que en su música está presente “algo que ha sido desterrado de la música contemporánea: el humor”. Y eso lo comparte con el Shostakóvich de La nariz. “Una de las cosas más cansinas de la música contemporánea es –dice John Adams– su increíble austeridad y falta de sentido del humor. Si te atreves a reírte, te sacas a ti mismo de las alturas del Parnaso”. Y sí, hay bastante humor en Nixon in China. “El ballet del segundo acto, por ejemplo, es una escena surrealista en la que se hace intervenir, como en un sueño, a los personajes de la ópera durante la representación del ballet The Red Detachment of Women, un panfleto propagandístico organizado por la esposa de Mao. También un guiño a los grandes ballets que figuraban al inicio del segundo acto en la tradición de la grand opéra francesa. El tratamiento es de comedia musical, y de hecho, prepara el camino para un acto, el tercero, completamente diferente, intimista y reflexivo”.
John Fulljames define la obra como “una ópera clásica en la que el personaje de Nixon posee la complejidad de los roles verdianos, y el de la señora Mao la dificultad y envergadura vocal de una Reina de la Noche mozartiana. Adams es uno de los grandes compositores contemporáneos que ha sido capaz de situar la ópera escrita en Estados Unidos en el mapa lírico mundial”. Su propuesta escénica rezuma color, aunque tamizado y ausente de una paleta chillona. Bailarines, escenografía plena de dinamismo, ese abrigo rojo fuego de Pat Nixon, las imágenes reales que se proyectan y que se contraponen a la realidad del escenario… Y un abundante material de archivo que trata de acercar al espectador al hecho histórico: portadas de revistas, de periódicos, fotografías. El libro rojo de Mao, los ballets de la Revolución también. 50 años después, de la mano de Adams, el público regresa a aquella semana que sin duda cambió al mundo.– ÓA