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ÓA 250: ABAO Bilbao Opera inaugura con Hoffmann su 70º temporada

La ópera de Offenbach 'Les contes d'Hoffmann' protagonizada por Michael Fabiano, Jessica Pratt y Simón Orfila arranca el curso abaísta

01 / 10 / 2021 - Por Pablo GALLEGO - Tiempo de lectura: 9 min

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Contes Hoffmann ABAO / operaactual.com 'Les contes d’Hoffmann' en la producción de Vincent Huguet que inaugura la temporada, con Michael Fabiano como protagonista, Jessica Pratt en los cuatro papeles femeninos y Simon Orfila a cargo de los malvados © Opera National de Bordeaux / Eric BOULOUMIE
Jessica Prat en 'Les contes d’Hoffmann' Jessica Pratt en 'Les contes d’Hoffmann' en la producción de Vincent Huguet para la Opéra National de Bordeaux que este mes inaugura el curso de ABAO Bilbao Opera © Opera National de Bordeaux / Eric BOULOUMIE
Jessica Prat en 'Les contes d’Hoffmann' Jessica Pratt en 'Les contes d’Hoffmann' en la producción de Vincent Huguet © Opera National de Bordeaux / Eric BOULOUMIE

ABAO Bilbao Opera levanta el telón tras año y medio sin producciones escénicas por las restricciones derivadas de la pandemia. Michael Fabiano, Jessica Pratt y Simón Orfila encabezan un reparto de campanillas en el que la soprano interpretará los cuatro papeles para soprano y el bajo barítono a los cuatro malvados.

 

Bilbao

ABAO Bilbao Opera

Offenbach: LES CONTES D’HOFFMANN

23, 25, 27, 29_10, 01_11 (Palacio Euskalduna)

Hoffmann: Michael Fabiano. Olympia, Giulietta, Antonia y Stella: Jessica Pratt. Lindorf, Coppélius, Dr. Miracle y Dapertutto: Simón Orfila. Niklausse y la Musa: Elena Zhidkova. Cochenille, Pitichinaccio, Frantz y Andrés: Mikeldi Atxalandabaso. Luther y Crespel: José Manuel Díaz. Spalanzani y Nathanael: Moisés Marín. Hermann y P. Schlemil: Fernando Latorre. Madre de Antonia: Itxaro Mentxaka. Wilhem / Le Capitaine de Sbires: Gexan Etxabe. Bilbao Orkestra Sinfonikoa. Coro de Ópera de Bilbao (Dirección: Boris Dujin). Dirección musical: Carlo Montanaro. Dirección de escena: Vincent Huguet.

El sábado 23 de octubre está marcado en rojo en el calendario de ABAO Bilbao Opera. Un año después, y tras ver cómo las restricciones de aforo asociadas al control de la pandemia dinamitaban parte importante de la pasada temporada, una producción de ópera levanta de nuevo el telón del curso abaísta en el Palacio Euskalduna. Será Les contes d’Hoffmann, de Offenbach, un título al que la temporada bilbaína suma el atractivo de ver a Jessica Pratt, una de las cantantes predilectas del público de ABAO, abordar los cuatro papeles para soprano. Un auténtico tour de force para vivir de nuevo la ópera. Otro tanto hará el bajo-barítono Simón Orfila, que dará vida a los cuatro villanos de esta historia, con el aclamado tenor Michael Fabiano en el extenuante rol que da título al drama.

A la espera de decisiones políticas sobre una probable supresión del límite de aforo en los teatros a nivel nacional, ABAO inicia su temporada con un techo de 800 localidades en el Palacio Euskalduna, poco más del 36 por cien de la capacidad del auditorio. Una situación que ha obligado a añadir una función extra sobre las cuatro originalmente previstas, y solo para poder ubicar a los socios abonados al ciclo. La venta de entradas sueltas dependerá de las modificaciones sobre la normativa actual que las autoridades habrán de acompasar a la favorable evolución de la crisis sanitaria.

Sobre el escenario estará la obra maestra de Offenbach. Les contes d’Hoffmann cuenta la historia de un hombre al final de una vida plagada de ilusiones y desengaños. El poeta y la cantante Stella se amaron apasionadamente, pero el fracaso de él y el éxito de ella acabaron por separarlos. “Es un viaje desde la cordura a la locura”, explica Michael Fabiano a ÓPERA ACTUAL, un periplo que el tenor estadounidense trasladará al arco dramático del personaje en esta producción. Una vida, la de Hoffmann, que deja también enseñanzas vestidas de advertencia: “Disfruta al máximo, pero no vivas por encima de tus posibilidades; y valora la dignidad humana y la inteligencia por encima de la apariencia y la lujuria, por muy duro que sea en una circunstancia determinada”.

 

© Jiyang CHEN

El tenor Michael Fabiano

Hablar de dureza hace imposible obviar la travesía del desierto de las artes escénicas, y en particular de la lírica, en buena parte del globo debido a la pandemia. España fue y sigue siendo punta de lanza a la hora de defender que el espectáculo debe continuar, algo que Fabiano subraya con insistencia “frente a quienes dejaron que el miedo al virus a corto plazo dictase la toma de decisiones”. Principalmente, “a costa de las artes, la institución más democrática del mundo”. En un encendido alegato el tenor, natural de Montclair, en Nueva Jersey, argumenta que “la inspiración humana es un subproducto de la música en directo. Si eliminamos la música, asistimos a un retroceso de la inspiración. Hay muchas maneras de analizar esto a la luz de los cierres mundiales, y mientras algunas personas crecieron económicamente durante la crisis, las cifras de enfermedades sociales y emocionales aumentaron dramáticamente. Sin música en vivo no hay inspiración, lo que significa limitar el progreso de la sociedad. Las artes deben permanecer abiertas a toda costa”, asevera.

Siendo esta ópera fantástica una obra parcialmente desconocida de la que solo existen versiones, adaptaciones y algunas falsificaciones, no es fácil acudir a las fuentes. Offenbach solía proceder a la fijación definitiva de sus creaciones después del estreno y de las posteriores representaciones, un proceso que para este título quedó incompleto. La ópera se representó, por primera vez y con cortes, en la casa del compositor el 18 de mayo de 1879. El 5 de octubre de 1880 moría dejándola inacabada. Su estreno se produjo el 10 de febrero de 1881 en la Opéra-Comique de París, y hoy se ofrece en cinco actos incluyendo un prólogo y un epílogo. Hasta los años 90 del siglo pasado la obra aún se conocía de forma fragmentaria. Incluso en 1993 aparecieron más de cien páginas de los manuscritos originales en un castillo de la Borgoña, y con un final alternativo: Giulietta no desaparece con Dapertutto, sino que Hoffmann mata a Pitichinaccio y, por la desesperada reacción de la cortesana, entiende que el enano era su verdadero amante.

© Benjamin EALOVEGA

La soprano Jessica Pratt cantará los cuatro papeles para soprano de esta ópera

Lo que sí se sabe que era deseo de Offenbach es que una sola cantante interpretase los cuatro papeles escritos para soprano: el prólogo de Stella, los agudos extremos de la muñeca Olympia en el primer acto, la penetrante fuerza de Antonia en el segundo y la oscura sensualidad de Giulietta en el tercero. Así sucedió en aquella primera función casera, con Madame Franck-Duvernoy; y ocurrirá de nuevo en la ABAO Bilbao Opera. Un reto de altísima exigencia, solo a la altura de las mejores cantantes.

Será Jessica Pratt quien recorra con su voz el registro de soprano, de ligera a cuasi dramática, y del temido “Les oiseaux dans la charmille” inicial a la conocida Barcarolle (“Belle nuit, ô nuit d’amour”) del tercer acto. “Asumir los cuatro papeles no es solo una cuestión de técnica, sino también de resistencia, porque es una velada larga”, comenta a ÓPERA ACTUAL entre las funciones de Don Giovanni en el Teatro Petruzzelli de Bari. En una casual carambola, el mismo título y el mismo rol, Donna Anna, que el personaje de Stella interpreta en el prólogo de Les contes d’Hoffmann.

El entrenamiento, reconoce Pratt, es esencial para afrontar un reto como este. “No solo vocalizando y practicando el papel”, detalla, “sino también haciendo al menos media hora de ejercicios de respiración al día”. “En este sentido”, prosigue, “soy afortunada, porque en mi repertorio de bel canto, especialmente en el Rossini serio, una Semiramide sin cortes es tan desafiante como las cuatro mujeres de Hoffmann”. “También me aseguro de contar con un buen periodo de ensayos”, continúa, “cantando siempre a voz, para probar mis límites y jugar con los colores, y encontrar así lo que mejor se adapta a la producción y a la acústica del momento”. Algo fácil de plantear, pero muy difícil de conseguir.

La preparación de este tour de force para soprano ha ido también de la mano de Offenbach, “al mantener el orden de los actos como él pretendía”. En un férreo dominio técnico, la ruta es la siguiente: “Empiezo en una posición alta para Olympia, calentando muy poco antes de su acto; abro la voz para ser un poco más lírica como Antonia, y luego puedo abrir aún más y jugar con las notas de pecho para Giuliet­ta. De este modo, la voz está fresca para la coloratura inicial y bien calentada para los pasajes líricos que requiere Giulietta”.

Frente a la velocidad que, hasta el parón por el coronavirus, dominaba el circuito lírico, Jessica Pratt prefiere marcar su propio tempo. Cocinar cada papel a fuego lento, “esperando hasta que me sienta cómoda en él, y después planteando el debut a unos años vista para no estresarme cuando llega el momento”. En el caso del título que abre la temporada bilbaína, que ya ha interpretado en Burdeos y Bremen, el precio final es principalmente físico, “por toda la energía empleada durante la representación, lo que ocurre con muchos de los papeles más largos que canto”. Vocalmente, dice, “no me preocupa demasiado, normalmente sigo tarareando y jugando con las variaciones de camino a casa después de la función”.

El regreso a la ABAO Bilbao Opera de las representaciones escenificadas prácticamente coincide con el reencuentro de Pratt con una sala con público el pasado mes de septiembre, nada menos que con tres óperas –I Puritani en A Coruña, el citado Don Giovanni de Bari y Linda di Chamounix en Florencia– “y después de un año sin cantar con público y de que mi última actuación fuera un streaming con la Ópera de Roma en enero”. “Hoffmann me parecerá un buen descanso en octubre… ¡Cuatro papeles, pero todos en el mismo lugar, por lo menos!”, bromea.

El reto de Simón Orfila

Simón Orfila se hará cargo de los cuatro villanos de la ópera francesa

Otro póker de personajes –Lindorf, Coppélius, Dr. Miracle y Dapertutto, villanos en este caso–, es la mano que juega Simón Orfila. Otro reto vocal, con “unos papeles que todo bajo-baritono desea interpretar” y que se hará realidad sobre el escenario del Euskalduna. Un proceso que, en su caso, comenzó a tomar forma a través de “muchas grabaciones, porque ver y escuchar a los grandes me ayuda mucho”. Después vino “el trabajo musical con mi repertorista”, para llegar en forma a un nuevo debut, tras triunfar hace escasos días como Zaccaria en el Nabucco verdiano que abrió la temporada de ópera en Oviedo.

Dos intensos meses, “tras muchas cancelaciones y una gran tristeza, para el mundo y para la cultura en particular”, reconoce el intérprete, agradecido también por el “maravilloso esfuerzo que los teatros españoles hacen para seguir abiertos”. “El público demuestra las ganas y la necesidad que tenía de vibrar con la ópera, porque soñar algo, aunque sea inalcanzable, es extremadamente positivo”. Justamente esa es la lectura que Orfila hace del título de Offenbach, basado en la obra teatral homónima de Jules Barbier y Michel Carré: que “soñar o anhelar algo es lo que nos alimenta el alma”.

Michael Fabiano y Jessica Pratt también reconocen la importancia que España ha tenido en sus carreras. Con “debuts clave”, recuerda el tenor norteamericano, “frente a un público al que respeto enormemente”. No solo por considerarlo “extremadamente conocedor del género”, sino por la intensidad con la que vive la lírica: “Para los españoles, la ópera es como el fútbol”, sentencia. Una cuestión de pasión que, alaba Pratt, “se siente también por parte de la orquesta, del coro y de todos los profesionales del sector. Durante la pandemia, España ha apoyado mucho a la ópera. Los teatros lucharon por mantenerse abiertos, no abandonaron al público ni a los intérpretes, y creo que eso es algo que los artistas no olvidaremos”.

La tinta roja que rodea al sábado 23 de octubre marca un nuevo comienzo para ABAO Bilbao Opera, sobre un escenario “de optimismo y esperanza en el retorno paulatino de la mayor normalidad posible”. La temporada número 70 llega con ocho títulos, cuatro de ellos en programa doble, y recupera Alzira, que el pasado noviembre dejó en suspenso la clausura del proyecto Tutto Verdi. Para estos Cuentos de Hoffmann, los responsables de la temporada bilbaína traen a España a uno de los últimos enfants terribles de la escena actual, Vincent Huguet, en una producción de la Ópera Nacional de Burdeos, junto a la batuta del maestro Carlo Montanaro al frente de la Sinfónica de Bilbao. Elena Zhidkova, Mikeldi Atxalandabaso, José Manuel Díaz, Moisés Marín, Itxaro Mentxaka, Gexan Etxabe y el Coro de Ópera de Bilbao, que dirige Boris Dujin, completan el reparto de obra trepidante y compleja, que lucha por respetar el espíritu original con el que Offenbach la compuso. ÓA