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ÓA 242: (II) Plácido Domingo: Uno de los más grandes artistas líricos de la historia de la ópera
Perfil biográfico del gran artista español, el más importante de la lírica mundial de los siglos XX y XXI, cantante, director de orquesta y gestor
Es la fuerza del destino: estaba predestinado a subirse a un escenario. Hijo de cantantes líricos, Plácido Domingo encontró en la música su propio lenguaje expresivo hasta convertirse en un fenómeno de leyenda. Cantante (tenor y barítono), director de orquesta, gestor… El artista madrileño se ha transformado en todo un fenómeno al continuar plenamente en activo a los 80 años.
Nacido en Madrid el 21 de enero de 1941, Plácido Domingo realizó una espectacular carrera como tenor, consagrándose como uno de los más importantes de la historia. Más tarde pasó a la cuerda de barítono y desde siempre intentó combinar su trayectoria como cantante lírico con la de director de orquesta, en ambas facetas todavía en activo. Además fue director de la Washington National Opera y de la Ópera de Los Ángeles.
Domingo bebió de la música desde pequeño al nacer en una familia de cantantes líricos, comenzando su carrera artística en México, donde creció y se formó como cantante y actor. A ese país viajó junto con sus padres, los cantantes Plácido Domingo y Pepita Embil, quienes a su llegada crearon una compañía de zarzuela cuando el futuro cantante lírico tenía ocho años (1949) y donde comenzó a tomar clases de piano. Dio sus primeros pasos como artista acompañando a su madre en recitales líricos y cantando papeles de barítono en la compañía paterna. En el Conservatorio de México estudió piano, dirección y canto. Entre sus primeras actuaciones figuran un papel secundario en My Fair Lady, de Loewe, de la que llegó a ofrecer 185 actuaciones; también cantó 170 funciones de la opereta La viuda alegre, de Lehár, y trabajó como pianista acompañante de una compañía de ballet en gira.
En este período de formación, Domingo también se interesó por el periodismo, el teatro, el cine y la actuación: dirigió un espacio de música en una cadena de televisión en México e interpretó papeles secundarios en producciones televisivas de obras teatrales de Pirandello, Benavente, García Lorca o Chejov, además de participar como asesor musical de esos programas. Paralelamente no dejó de participar en el coro de la compañía de zarzuela de sus padres, además de realizar arreglos y adaptaciones de canciones populares en inglés para grabaciones discográficas a cargo de cantantes mexicanos.
Su debut en ópera como tenor en un primer papel lo realizó en 1961 en la ciudad mexicana de Monterrey, interpretando a Alfredo de La Traviata (Verdi), antes de establecerse durante dos años y medio junto a su mujer, la soprano mexicana Marta Ornelas, como miembro estable de la Israel National Opera, compañía en la que llegó a cantar 280 funciones de doce títulos diferentes. Antes, el 12 de mayo de 1959, había participado como bajo-barítono por vez primera en una ópera como Pascual de Marina (Arrieta) en el Teatro Degollado de Guadalajara. En ese mismo año cantó Borsa de Rigoletto (Verdi) y el Capellán de Diálogos de carmelitas (Poulenc), ambas en Ciudad de México. En enero de 1966 debutó en España actuando con la Compañía de la Ópera Nacional de México en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona en tres óperas de compositores mexicanos, poco antes de comenzar su despegue internacional al encarnar, en febrero de ese mismo año, el papel titular en el estreno en Estados Unidos de la ópera Don Rodrigo del compositor argentino Alberto Ginastera en la New York City Opera, compañía en la que cantó varios papeles. Al año siguiente debutó en Hamburgo, Lima, Berlín, Santiago de Chile, Viena y en varias ciudades del interior de Estados Unidos en una gira con la New York City Opera. Su debut en la Metropolitan Opera House neoyorquina se produjo en 1968, como Maurizio en Adriana Lecouvreur, de Cilèa.
Una carrera espectacular
A partir de entonces, Plácido Domingo comenzó a desarrollar la carrera operística más espectacular jamás realizada por un cantante no italiano, consiguiendo varios récords personales respecto de su repertorio operístico, como el haber llegado a interpretar 151 diferentes papeles tanto de tenor como de barítono, más que ningún otro cantante en la historia de la ópera y dejando grabados muchos de ellos: más de cien óperas completas, habiendo ganado varios Grammy por algunos de estos trabajos. A modo de ejemplo, solo en el citado Met de Nueva York cantó más de 50 papeles diferentes realizando más de 600 actuaciones e inaugurando la temporada más de 20 veces, por supuesto, más que ningún otro cantante (Enrico Caruso lo hizo en 17 ocasiones). En La Scala de Milán debutó con 28 años interpretando Ernani inaugurando la temporada.

Plácido Domingo como protagonista en el estreno mundial de 'The first Emperor' de Tan Dun
Su amplio espectro estilístico le permitió moverse –siempre con éxito– entre el Barroco y la ópera contemporánea, paseándose por Mozart, Donizetti, Rossini, Verdi, Berlioz, Wagner, Chaikovsky, Richard Strauss, Alfano o Menotti. Su repertorio incluye los más importantes papeles para su cuerda del operismo italiano y francés además de haber incorporado como protagonista las óperas wagnerianas Parsifal, Lohengrin, Die Walküre y Tannhäuser; fue reconocido unánimemente como un ejemplar protagonista del Fidelio beethoveniano. Por otra parte, también se interesó por el repertorio ruso y español, con óperas como Dama de Picas, de Chaikovsky, Margarita la Tornera, de Chapí, o El gato montés, de Penella. Entre otras, ha estrenado las óperas Goya, de Gian carlo Menotti; Divinas palabras, de Antón García Abril; Nicholas and Alexandra, de Deborah Drattell, o The First Emperor, de Tan Dun.
Defiende con ahínco y lleva por todo el mundo el género de la zarzuela, cantándola por primera vez en escenarios como La Scala de Milán o los teatros operísticos de Los Ángeles, Viena o Washington.
Durante sus más de 50 años de actuaciones, Domingo se ha paseado por los escenarios más importantes del mundo, sin olvidar tampoco aquellos más humildes, ya que llegó con su canto a todas las capas sociales y a todos los países que han estado interesados en su arte. Ha sido invitado habitual en La Scala de Milán, la Staatsoper de Viena, la Royal Opera House del Covent Garden de Londres, la Opéra-Bastille de París, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, la Staatsoper Hamburg, el Teatro Real de Madrid, Les Arts de Valencia y en los festivales de Bayreuth, Salzburgo, Verona y Peralada. Por su entusiasmo y talento, Domingo se transformó en omnipresente, además de interesarse por estilos musicales populares, grabando también discos de boleros, canciones y rancheras con los que llegó a vender millones de copias.
Múltiples caminos
En los últimos años de su carrera abandonó la cuerda de tenor para incorporar a su repertorio los principales personajes de barítono de óperas de Verdi, como los protagonistas de Rigoletto, Simon Boccanegra, I due Foscari, Ernani, Nabucco o Macbeth, como también los personajes de esa cuerda de Il Trovatore o La Traviata. También ha interpretado papeles baritonales en otros repertorios, como el protagonista de Thaïs (Massenet), Gianni Schicchi (Puccini), la ópera española El gato montés o la zarzuela Luisa Fernanda, dando un vuelco a su carrera y revitalizándola.
Domingo, además, fue protagonista de medio centenar de vídeos de óperas completas y de selecciones de óperas, además de haber sido protagonista de tres adaptaciones para el cine, dos de ellas dirigidas por Franco Zeffirelli –La Traviata y Otello– y una por Francesco Rosi –Carmen–; para la televisión grabó infinidad de actuaciones, como una Tosca, rodada en los escenarios originales en Roma que apunta el libreto, vista por más de mil millones de espectadores en ciento diecisiete países. Ya como barítono, llegó a las televisiones de medio mundo presentándose como el jorobado protagonista de Rigoletto. Sus inquietudes musicales también le llevaron a interesarse desde muy temprano por la dirección orquestal, habiendo debutado en el podio de importantes formaciones, y no solo revisando el repertorio operístico, también el campo sinfónico.
Ha formado parte de múltiples proyectos discográficos y de espectáculos de masas. En 1990, junto con Josep Carreras y Luciano Pavarotti, formó Los Tres Tenores, un trío con el que realizó la vuelta al mundo en una gira con cientos de miles de espectadores y con ventas de discos y vídeos de millones de ejemplares. En 1992 se le nombró director musical de la Exposición Universal de Sevilla y, además, desde esa misma década, combinó su carrera artística con la de gestor musical, dirigiendo las compañías de la Washington National Opera y de la Ópera de Los Ángeles, ambas en Estados Unidos.
El legado de Operalia
Su interés por la divulgación de la ópera y por el apoyo a los jóvenes cantantes lo llevó a fundar y presidir el concurso de canto itinerante Operalia, el cual se ha organizado en París, Ciudad de México, Madrid, Burdeos, Tokio, Hamburgo, San Juan de Puerto Rico, Los Ángeles, Washington, Pequín, Milán, Londres o Valencia, entre otras ciudades.

Plácido Domingo entregando el premio de Operalia a la soprano Hye Sang Park
Entre otros reconocimientos, ha sido condecorado con la Legión de Honor en Francia, es caballero del Imperio Británico, posee la Medalla de la Libertad de los Estados Unidos y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Además es doctor honoris causa por la Universidad de Oxford, la New York University y una docena de otras universidades como las de Salamanca, Murcia, Alfonso X El Sabio o la Europea de Madrid. Es miembro del Comité de Honor de esta revista y en 2003 recibió el Premio ÓPERA ACTUAL, galardón con el que también se distinguió al concurso Operalia en 2016.
También participó activamente en los programas de jóvenes intérpretes de la Washington National Opera, de la Ópera de Los Ángeles y del Palau de Les Arts de Valencia, cuyo Centre de Perfeccionament se inauguró con su nombre. Domingo se ha preocupado en muchas ocasiones de causas humanitarias, recaudando fondos a través de conciertos benéficos para las víctimas del terremoto de México de 1985, del sida, del huracán Catherine de Nueva Orleans, etc.
En el verano de 2019 fue objeto de una investigación periodística en Estados Unidos basada en acusaciones sin pruebas de acoso hechas por algunas mujeres, en su mayoría anónimas, que datan de hace 20 y 30 años. Domingo rechazó esas acusaciones e inmediatamente pidió disculpas si su comportamiento, aunque sin intención, pudiera haber ofendido a alguien. Mientras que la Washington National Opera, donde había sido director general, no consideró necesario iniciar ninguna investigación, la Ópera de Los Ángeles (de la cual también fue director general) y el sindicato AGMA realizaron dos investigaciones internas en las que Domingo cooperó activamente. Estas se concluyeron entre febrero y marzo de 2020 sin evidencia de ninguna forma de abuso, especialmente del abuso de su posición de poder. Domingo nunca ha sido denunciado por delito alguno y nunca ha sido juzgado ni condenado por ningún tribunal civil o penal en ningún país del mundo.
En marzo de 2020 contrajo el coronavirus de la Covid-19 superándolo con éxito y regresando triunfalmente a los escenarios.
Ya convertido en una leyenda, Plácido Domingo continúa imparable con su carrera internacional, en plena forma y con gran éxito allí donde va.– ÓA
Una agenda de vértigo
A PESAR DE HABER COGIDO LA COVID-19, Plácido Domingo ha continuado imparable con su carrera. Después de la enfermedad regresó a los escenarios con un concierto en la Regia de Caserta, continuando con su regreso a la Arena de Verona cantando en un concierto con Saioa Hernández y en otro dirigiendo a Sonya Yoncheva y Vittorio Grigolo. Más tarde cantó Simon Boccanegra en la Vienna Statsoper, Nabucco en el Maggio Musicale de Florencia, dirige Manon Lescaut en el Teatro Bolshoi de Moscú y, en ese mismo escenario, una gala con Anna Netrebko, Yusif Eyvazov, Ildar Abdrazakov, Piotr Beczala, Michael Volle, Pretty Yende, Christina Nilsson y Xabier Anduaga. Tuvo que cancelar el papel protagonista de Belisario, de Donizetti, en el Festival de Bérgamo por un puntual problema médico.
El 7 de diciembre participó en la gala de apertura del Teatro alla Scala de Milán –siendo esta su novena inauguración de temporada–, cantó I due Foscari en la Opéra de Monte-Carlo y Nabucco en forma de concierto en el Mariinsky de San Petersburgo junto a Valery Gergiev. Entre sus futuros compromisos figuran su regreso a Viena con Nabucco con tres funciones a partir del 11 de enero y dos representaciones del mismo título en el Maggio Musicale. Le siguen en febrero dos funciones de La Bohème en el Bolshoi como director, un recital en la Sala Gaveau de París, cantará en un concierto en el Festival de Baden-Baden el 6 de marzo, una gala en el Bolshoi el día 9 y, ya en abril, un concierto en Lucerna y dos funciones de Don Carlo en Moscú. En mayo cantará dos funciones de La Traviata siempre en el Bolshoi antes de trasladarse a Piacenza para dirigir la Messa da Requiem. Le esperan un concierto en Minsk y su ya tradicional Gala Domingo en la Arena de Verona. Su regreso a Alemania está fijado para 2022 con un concierto en la Lanxess Arena de Colonia. También tiene previstas actuaciones en las Óperas de Berlín y Londres, escenarios en los que interpretará uno de los personajes para barítono verdiano de los muchos que tiene en repertorio: son prácticamente todos, excepto el villano de Yago, que por respeto a Otello nunca interpretará. * P. M.-H.