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ÓA 235: La Opéra de Lausanne cumple 150 años
El coliseo suizo de Lausanne apuesta por unas temporadas imaginativas con excelentes propuestas escénicas y jóvenes intérpretes de gran futuro
El teatro de la Ópera de Lausana presenta su Temporada del 150º aniversario. Cinco producciones a cargo de nombres como los de Éric Vigié, Robert Carsen, Olivier Py y Stefano Poda e intérpretes y directores de reconocido prestigio configuran la apuesta del coliseo lírico en activo más antiguo de la Confederación Helvética. Por su escenario han pasado los intérpretes más grandes del panorama internacional en el que también han recalado jóvenes promesas antes de su despegue internacional.
Por Albert GARRIGA
Dotado de personalidad artística singular, la Opéra de Lausanne se ha hecho un lugar entre los coliseos líricos más destacados de Europa gracias a una apuesta no exenta de creatividad y riesgo, en la cual confluyen títulos del gran repertorio, rarezas y estrenos absolutos, sin cerrarle la puerta a géneros como la zarzuela española o la opereta vienesa. La compañía ha contado con directores relevantes, como Dominique Meyer –actual intendente de La Scala milanesa– o la soprano franco-suiza, Renée Auphan. Desde 2005 su director general, Éric Vigié, ha vivido el reto de la profunda y polémica reforma del edificio sede de la Ópera y ha conseguido reubicar el teatro en el panorama internacional con una propuesta en la que prima la calidad sobre la cantidad, navegando con uno de los presupuestos más ajustados de Suiza, sobre los 19 millones de euros si se compara con los 62 millones del Grand Théâtre de Genève o los 114 de la Opernhaus-Zürich. El Lago Leman ha sido testigo de ilustres visitantes que han dejado su huella, como Voltaire, Lord Byron, Mary Shelley o Stravinsky, entre muchos otros.
La ópera en Lausanne
La historia del arte lírico en Lausana se remonta a principios del siglo XVIII, cuando la ciudad contaba entre 7.000 y 9.000 habitantes. La primera referencia conocida del género operístico en la ciudad se remonta a 1755. Ese año, el Ayuntamiento otorgó al empresario napolitano Michele Carulli permiso para ofrecer quince actuaciones. En ausencia de un escenario adecuado, se le ofreció el antiguo Palacio Episcopal y la sede del propio Ayuntamiento. Se desconoce el programa, pero tuvo que haber gustado, ya que en los años siguientes varias compañías itinerantes, en su mayoría francesas e italianas, regresaron a la ciudad para ofrecer representaciones de teatro lírico y dramático instalándose en salas efímeras construidas para la ocasión. En la época recalaron personalidades de la talla de Grétry, Duni, Monsigny, Rosseau, Gossec, Philidor, Dalayrac, Paisiello o Piccinni.
Cuando Voltaire llegó a Lausana durante los inviernos de 1757 y 1758, también se presentaron óperas en el teatro de la casa del marqués de Langallerie, como La serva padrona de Pergolesi y Le Devin du village de Rousseau. En 1804, en un enclave llamado La Caroline, se construyó el teatro La Comédie o Salle Dupleix, con capacidad para 1.100 personas, el cual se convertiría en el teatro principal de la ciudad hasta su cierre en 1860. En ese escenario se ofrecería, como era habitual en la época, espectáculos variados de teatro, danza y ópera, donde se estrenaron títulos relevantes como Norma, Don Giovanni, Fidelio, Robert Le Diable, Der Feischutz, La Sonnambula, La Cenerentola o L’elisir d’amore, entre otros. En el momento del cierre del coliseo debido a su estado ruinoso, se trasladaron las funciones de ópera al Casino Derrière-Bourg, un espacio completamente inadecuado y solo para 400 espectadores, pero que igualmente pudo acoger fragmentos de óperas como Il Trovatore o La Traviata a cargo de compañías de ópera italiana con miembros destacados de La Scala milanesa.
En 1866, y ante la precariedad de la vida teatral de la ciudad, los propios lausaneses se movilizaron para la construcción de un coliseo municipal. Se decide la construcción de un nuevo Casino-Théâtre gracias a la cesión gratuita de un terreno a las afueras de la ciudad y a una recolecta popular que ascendió a más de 355.000 francos, contando con la aportación del ayuntamiento hasta completar los 570.000 francos a los que ascendía el total del coste. Entonces se estableció la Societé du Casino-Théâtre, tal y como sucedió en otros teatros con origen en la sociedad civil, como el Liceu de Barcelona o la Opernhaus de Zúrich. El edificio, con una sala a la italiana, fue diseñado por Jules-Louis Verrey, y los trabajos se iniciaron en 1869 para inaugurarse el 10 de mayo de 1871 con Il barbiere di Siviglia rossiniano.
En 1931, se inició una reestructuración completa del teatro. La ornamentación y decoración originales dieron paso al estilo art-déco actual y el Casino-Théâtre se convirtió en el Teatro Municipal. En la reapertura, durante la temporada lírica de 1932, se crearon las compañías de ópera, opereta y ópera-comique, así como un coro integrado por 42 voces reinaugurándose con Orfeo et Eurydice (Glück).

'L'amour Vainqueur' en la dirección de escena de Olivier Py, estrenado con gran éxito en el Festival de Avignon
Son años en los que la ciudad recibe la visita de grandes nombres, como Arthur Rubinstein, Ginette Neveu o Andrés Segovia. En este periodo se estrenan Lohengrin (1932) y Tristan und Isolde (1933) en un abarrotado foso para seguir las exigencias wagnerianas. En 1937 se programó Siegfried y se invitó a Franz von Hoesslin, director de la Festspielhaus en Bayreuth, contando con 83 músico en el foso.
Con la creación del Teatro Vidy (1964), las representaciones teatrales se separan del Teatro Municipal, que se dedica exclusivamente al género lírico y a la danza. En 1983, la soprano franco-suiza Renée Auphan toma las riendas de la dirección de la compañía y se crea la Fundación Municipal de Teatros, cuna de la actual Opéra de Lausanne. Se ofrece una temporada operística con producciones propias y con la colaboración de la Ochestre de Chambre de Lausanne y de la Sinfonietta de Lausanne. En 1995, el actual director de La Scala de Milán, Dominique Meyer, sustituyó a Auphan en la dirección del teatro imponiendo un aire renovador y una línea artística más vanguardista que trajo obras como La Nariz (Shostakovich), The Rape of Lucretia (Britten) y La Frontière (Manoury), entre otros estrenos locales.
Nombrado director en 2005, Éric Vigié (ver Primera Fila en ÓPERA ACTUAL 234) y ante las claras deficiencias técnicas del teatro que le impedían optar al nivel internacional requerido, considera la renovación necesaria de las zonas técnicas y administrativas, trasladando las temporadas a la Salle Métropole y al Théâtre de Beaulieu.
La Opéra de Lausanne se reabre en octubre de 2012, con oficinas, vestuarios, caja escénica y equipos técnicos que le permiten albergar producciones anteriormente imposibles de presentar en el escenario. Continuando con la tradición, la programación de Vigié no se limita a las óperas de repertorio, apostando por zarzuela, estrenos absolutos –como Davel, de Christian Favre, cancelado por la pandemia del coronavirus–, sino también ballets, conciertos y espectáculos para niños, como El Gato con botas de Xavier Montsalvatge, o La petit chaperon rouge de Guy-François Leuenberger. También le preocupa la promoción de jóvenes artistas líricos locales, y en 2010 la compañía lanzó la Route Lyrique, una gira de verano por la Suiza francófona con un elenco de jóvenes cantantes con títulos como La serva padrona (Pergolesi) o Pimpinone (Telemann) que se interpretan al aire libre, junto al lago, o en un castillo. Para la temporada 2020-21 está prevista Dedé, de Henri Christiné.
Como ya se ha dicho, Vigié también ha introducido el género lírico español en la capital del cantón Vaud, con Pan y Toros de Barbieri (2009) y la reciente y exitosa coproducción con el Liceu y el Zarzuela de Doña Francisquita firmada por Lluís Pasqual, con Ismael Jordi y Leonor Bonilla como protagonistas.
La temporada del aniversario

El director artístico Éric Vigié
Para celebrar este siglo y medio de andadura se ha preparado una estimulante temporada que se abrirá en octubre con Evgeni Onegin de Chaikovsky, en una nueva producción dirigida por el intendente del coliseo, Éric Vigié con el maestro estadounidense Gavriel Heine, actual director residente del Mariinsky, en el podio. Del elenco cabe destacar el galardonado tenor Pavel Petrov (Lensky), quien inauguró el pasado festival de la Arena de Verona; el ascendente barítono lituano Kostas Smoriginas (Onegin); y la soprano rusa residente en el Mariinsky Maria Bayankina (Tatyana), entre otros sólidos cantantes eslavos.
Para las fechas navideñas, como viene siendo tradicional, Lausana programará una opereta, L’Auberge du Cheval Blanc de Ralph Benatzky en la versión francesa revisada de 1968 que tan popular se hizo en el París de la época. Se trata de una nueva producción firmada por Gilles Rico con la Sinfonietta de Lausanne dirigida por Jean-Yves Ossonce. Esta comédie musical estará integrada por un sólido reparto encabezado por Fabienne Conrad, Mathias Vidal, Patrick Rocca o la cantante de yodel Miss Helvetia.
En enero llegará Le Domino Noir de Daniel Auber en la premiada coproducción de la Opéra Comique de París con la Opéra de Wallonie-Liège y Lausana firmada por Valérie Lesort y Christian Hecq. La obra, que tuvo un notable éxito hasta principios de siglo XX, tiene su eje argumental en el Madrid de finales del siglo XVIII y tendrá como principales protagonistas a la soprano Jodie Devos y el tenor Philippe Talbot, último Orphée en Lausana.
Para finales de marzo de 2021 está prevista la gala del 150º aniversario de la Opéra de Lausanne, un concierto que revisará el gran repertorio lírico del siglo XIX con la Orchestre de Chambre de Lausanne dirigida por Roberto Rizzi Brignoli y que contará con Camille Schnoor, Marina Viotti, Tadeusz Szlenkier y Nicolas Cavallier. Rossy de Palma será la presentadora, que tan buena impresión dejara al público lausanés cuando participó en la producción del Teatro de La Zarzuela de Le Chanteur de Mexico.
Uno de los puntos álgidos de la temporada llegará con la producción de Rinaldo que Robert Carsen firmaría para el Festival de Glyndebourne. El regista canadiense, de especial relación con el coliseo suizo, vuelve a Lausana con su este montaje ya clásico y ecléctico junto a un equipo artístico de campanillas encabezado por Philippe Jaroussky en el rol protagonista y con el gran especialista en el repertorio barroco Andrea Marcon en el podio.
En junio se anuncia una nueva producción de Norma de Stefano Poda, montaje que cerrará la temporada contando en el podio con el maestro tesinés, Diego Fasolis en una lectura de acento filológico, con un reparto encabezado por Salome Jicia, Paolo Fanale, Lucia Cirillo y Riccardo Fassi.
La temporada se completará con dos espectáculos del Ballet Béjart de Lausanne (en noviembre y en junio); uno de ellos, Improvisations, creado por Gil Roman, se estrenará en el escenario de la Opéra de Lausanne con motivo de su aniversario.
El teatro suizo estrenará además dos producciones para el público joven, Le petit chaperon rouge de Leuenberger y L’amour Vainqueur de Olivier Py, estrenado con gran éxito en el Festival de Avignon.
En este aniversario, la Ópera de Lausana también ha querido realizar un homenaje al Teatro Vidy, escenario que en 1964 acogió a la compañía operística mientras se restauraba la sede. Para ello se ofrecerán espectáculos de pequeño formato a cargo de grandes del teatro y de la danza como Christoph Marthaler, Anne Teresa de Keersmaeker, Milo Rau y William Forsythe.
Un teatro que deja huella
Los artistas que visitan la compañía quedan encantados con el trato y los resultados artísticos. Es el caso del tenor tinerfeño Airam Hernández, que en en 2017 debutó en la Opéra de Lausanne el rol de Edgardo de Lucia di Lammermoor. El cantante español recuerda de su experiencia en el escenario suizo “el entusiasmo del público, muy entendido, una acústica formidable y un equipo de trabajo no solo profesional, si no entusiasta y entregado. Lausana es un verdadero trampolín para cualquier cantante joven, porque además también la dirección consigue que las obras se retransmitan por radio y televisión, lo que ayuda a la difusión de la ópera y de los nuevos valores”. Lo cierto es que uno de los puntos que más destacan los artistas consultados por ÓPERA ACTUAL sobre el teatro lausanés es, precisamente, la calidad del equipo técnico y musical del teatro. Marie Cécile Bertheau, maestra repetidora de la compañía tiene especial estima por el que considera “su teatro”, que, según afirma, “tiene un tamaño ideal –950 localidades–, de proporciones armoniosas detalle que favorece la proximidad entre público y artistas, lo que es un regalo. La acústica es maravillosa y permite que se proyecten todos los matices de los intérpretes y que el público perciba la pátina de colores, la sutileza y la transparencia; realmente, es un verdadero joyero musical”.
El coliseo de Lausana se caracteriza también por un cuidado especial en la selección de las voces. Éric Vigié afirma que siempre intenta escoger los cantantes “según su dicción: para el repertorio ruso, voces eslavas, para el francés, cantantes franceses o para la zarzuela, ¡cómo no!, intérpretes españoles”. En la Opéra de Lausanne se cuida especialmente a los intérpretes, tanto en su elección como durante los ensayos, acompañándolos estrechamente. Ismael Jordi, que participó en Doña Francisquita (2020) y La Traviata (2015), subraya “el conocimiento de Vigié de las voces y su seguimiento para su mayor florecimiento”. Según el tenor jerezano, uno de los éxitos clave del coliseo suizo es “precisamente su conocimiento [de Vigié] a la hora de escoger un reparto” intentando contar siempre con lo mejor del momento.
Olga Peretyatko tiene a su haber dos debuts en la Opéra de Lausanne, Violetta –junto a Ismael Jordi– y Amina (La Sonnambula, 2018). Para la soprano rusa Lausanne “siempre será un teatro importante” en su trayectoria. “Todo el personal te hace sentir como en casa, te ayuda incluso en los más mínimos detalles, son muy eficaces y profesionales. Éric Vigié siempre elige con gran criterio el repertorio y las voces. Ese debut en Traviata fue un sueño y siempre estaré agradecida al teatro y a su maravilloso público, donde espero volver pronto”.
Otro aspecto del coliseo suizo que suele destacarse es la calidad de la Orchestre de Chambre de Lausanne, que en las últimas temporadas ha contado con directores de la talla de Diego Fasolis, David Hermann o Gianpaolo Bisanti, sin olvidar los elogios que recibe el Coro de la Ópera, dueño de un sonido homogéneo, genuino y adaptable a distintos registros y géneros.
Cuidar el lenguaje escénico también es uno de los propósitos de la dirección del teatro, y por ello se cuenta con coproducciones con escenarios de prestigio internacional. Por el escenario de Lausana han pasado los grandes nombres de la escena internacional actual, como Robert Carsen, Àlex Ollé, Stefano Poda, Lluís Pasqual, Moshe Leiser y Patrice Caurier, entre otros.
Marie Cécile Bertheau tiene un recuerdo muy especial de la producción de Leiser-Caurier de La Nariz de Shostakovitch, ofrecida en 2001 bajo la dirección de Armin Jordan. “Musicalmente es muy difícil y el director supo llevar la partitura a buen puerto de manera clara y pulcra. La puesta en escena era genial con un estilo cínico, rozando el ridículo. Todos los personajes tenían mucha fuerza, hasta casi era molesta y generó un gran impacto en todos nosotros”. Para impacto el que recibió el barítono italiano Vittorio Prato cuando cantó el Marcello de La Bohème (2017). “En el cuarto acto mis compañeros y yo montamos una pelea de almohadas”, recuerda el barítono. “Pero cuando uno de los bohemios rompía una de mis pinturas en mi cabeza durante un ensayo, no apuntó bien y el marco del bastidor terminó en mi cabeza. Pero me atendieron de maravilla”. Ello hizo que Prato mantenga un buen recuerdo del teatro en el que, afirma, “realmente me sentí como en casa”. ÓA

La Orchestre Chambre de lausanne en una foto promocional en la Opéra de Lausanne
Una orquesta para la ópera
La Ochestre de Chambre de Lausanne (OCL) es la formación principal colaboradora de la Opéra de Lausanne, mientras la Sinfonietta de Lausanne acostumbra a hacer una producción de opereta. Fundada por Victor Desarzens en 1942, la OCL es una de las formaciones más reputadas del panorama internacional gracias a un sonido de pureza cristalina y a una labor de conjunto como pocas formaciones ofrecen hoy en día. Por su claustro de directores titulares han pasado Armin Jordan, Lawrence Foster, Jesús López Cobos o Christian Zacharias, y en la nómina de solitas y directores invitados figuran Antal Dorati, Radu Lupu, Marta Argerich, Simone Young o Bertrand de Billy, entre muchos otros. La formación acumula más de 40 premios y reconocimientos por sus grabaciones. En la actualidad solo un español forma parte de esta prestigiosa formación, el trompista valenciano Iván Ortiz, quien considera que “el punto fuerte” del conjunto “es su plasticidad. No somos una orquesta de ópera, pero hacemos unas cinco producciones anuales, galas líricas y una temporada de conciertos. Hacemos giras por todo el mundo y somos habituales en las programaciones de canales como Mezzo o Arte. Todo ello hace que seamos una orquesta polivalente, con un sonido propio, con una identidad singular, y los directores se acoplan a este sonido para dar su propia versión de las obras”. La estrecha relación de la OCL con la Opéra de Lausanne hace que se vivan especialmente las producciones. Iván Ortiz recuerda gratamente “una gira por Japón con Carmen por la profesionalidad del equipo técnico y la camaradería que llegó a crearse durante el viaje, consiguiendo cada noche momentos musicales excepcionales”. * A. G.