Opinión

Mi versión favorita. 'Il trittico', ÓA 262

Dos visiones diversas para escuchar estas tres óperas breves del genio de Lucca, con nombres como los de Victoria de los Ángeles o Mirella Freni

31 / 10 / 2022 - Marcelo CERVELLÓ / Jaume RADIGALES - Tiempo de lectura: 3 min

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Versión favorita Trittico
Versión favorita Trittico

PUCCINI, Giacomo (1858-1924)
IL TRITTICO

Mirella Freni, Juan Pons, Leo Nucci, Giuseppe Giacomini, Roberto Alagna, Elena Suliotis. Dirección: Bruno Bartoletti. Decca 431261-2. (1991). 1994.

Cuando esta grabación efectuada en el Teatro Verdi de Florencia en 1991 llegó al mercado –con cierto retraso, por cierto–, el aficionado dudaba acerca de la idoneidad de Mirella Freni para encarnar el personaje de Giorgetta de Il tabarro un papel que muchos estimaban excesivamente spinto para las capacidades de la soprano de Módena. Desconfianza que nunca hubiera tenido que producirse tratándose de una virtuosa del bien cantar y de la decisión de una artista consciente de sus posibilidades, aquí demostradas de modo indiscutible por gracia del fraseo y de la expresividad que Freni siempre había atesorado. Su Suor Angelica presenta similares características, con una versión de “Senza mamma” cantada sin forzar y con la emoción justa, y para la Lauretta de Gianni Schicchi es difícil pensar en un retrato más acabado por intención y por adecuación vocal. Pudiera haberse considerado esta versión del Trittico como una mera plataforma para mostrar las cualidades de la Freni, pero no se quedan atrás un Juan Pons que hizo de Michele una carta de presentación en los principales teatros –y que frasea como un maestro– y ambos tenores, un arrojado Giuseppe Giacomini –menos sutil en el fraseo que en el empuje como Luigi– y un Roberto Alagna que es el frescor hecho canto. El aria de Rinuccio es en su espontaneidad un puro goce. Entre los demás componentes de los repartos se saluda con gusto la presencia de figuras míticas como Ewa Podles y Piero de Palma y no se puede sino lamentar la intervención de una Zia Principessa como Elena Suliotis, ya en los últimos jadeos de una carrera que un repertorio imprudentemente abarcado acabó arruinando antes de tiempo. Bruno Bartoletti dirige a los cuerpos estables del Maggio Musicale Fiorentino con un admirable tratamiento de una instrumentación cuya modernidad muchos se empeñaron tenazmente en no admitir y acompaña a los cantantes con patente devoción. * Marcelo CERVELLÓ

PUCCINI, Giacomo (1858-1924)
IL TRITTICO

Victoria de los Ángeles, Tito Gobbi, Fedora Barbieri, Margaret Mas, Paolo Montarsolo. Dirección: Tullio Serafin. EMI 7 64165 2. ADD. 1 CD. (1957). 2003.

Tito Gobbi y Victoria de los Ángeles son los reyes absolutos de este magnífico juego de cartas que es Il trittico pucciniano. El barítono italiano demuestra su versatilidad en personajes tan contrastados como son los de Michele (Il tabarro) y Gianni Schicchi, en una prestación magnífica, digna del gran cantactor que fue el intérprete del Véneto, desternillante en la farsa dantesca que cierra el ciclo. Por su parte, la soprano barcelonesa tiñe de sublime todo lo que canta, con una Lauretta sencillamente encomiable, a la que sabe a poco su célebre “O mio babbino caro”, de dicción perfecta. Su musicalidad angelical (nunca mejor dicho) empapa su Suor Angelica en uno de los personajes más puros y cristalinos de la obra pucciniana y que se suma a la gran Mimì y a la gran Cio-Cio San que fue Victoria de los Ángeles, aquí bajo el hábito de la monja por antonomasia de la historia de la ópera, al lado de la sibilina Fedora Barbieri, una mezzo en estado de gracia y ensañándose en la escena con su sobrina de modo magistral.
Profesionalidad y conocimiento de causa se dan la mano con la batuta de Tullio Serafin al frente de la Orquesta y Coro de la Ópera de Roma y con buenas intervenciones del resto de los elencos (especialmente la Giorgetta de Margaret Mas), a los que se añade un joven Paolo Montarsolo bajo la piel de Simone (Gianni Schicchi). El legendario director consigue, por encima de todo, una asombrosa unidad de estilo a pesar de los muchos contrastes que operan entre los tres títulos, desde la húmeda sordidez de Il tabarro hasta los aires de opera buffa de Gianni Schicchi, pasando por la espuria espiritualidad de Suor Angelica. Magistral sin lugar a dudas e indispensable para todo discófilo que se precie. Además, la calidad de la remasterización (pese a que Il tabarro esté en un registro monoaural) permite gozar de algo que, siendo tan antiguo, resulte nuevo (¿será que se trata de un clásico?). * Jaume RADIGALES