Opinión
Editorial ÓA 259: Proyectos comunes entre el Liceu de Barcelona y el Real de Madrid
Los encuentros entre los dos coliseos son un signo muy estimulante de que a nivel cultural y político las cosas se pueden hacer de otra manera
Los repetidos encuentros que se vienen produciendo desde hace algunos años entre los patronatos del Gran Teatre del Liceu de Barcelona y del Teatro Real de Madrid son un signo muy estimulante de que a nivel cultural y político las cosas se pueden hacer de otra manera. En lugar de criticar es mejor colaborar, y en vez de protestar por los recursos que se dan a unos y otros, es más práctico buscar proyectos conjuntos. Por todo ello es muy importante el paso dado en el encuentro realizado en la capital catalana el 13 de junio en el que se anunciaron diversas iniciativas compartidas que van mucho más allá de un encuentro protocolario y que se basa en la estabilidad de sus dirigentes y en la confianza que se ha ido creando entre ambas entidades. La mutua colaboración de los gestores de los dos coliseos más importantes del país –y de mayor presupuesto– está dando sus frutos, y se ha convertido en costumbre que se visiten en ocasión de sus estrenos.
Tras el encuentro de junio se anunció un abono conjunto Liceu-Real para funciones en fin de semana para 100 aficionados nacionales e internacionales que puedan asistir a dos títulos en cada uno de los teatros. En el Liceu se incluye Il Trittico pucciniano y Macbeth de Verdi, ambos con un reparto cuajado de estrellas internacionales y de grandes voces españolas, incluyendo una producción, el de la ópera de Verdi, de un artista consagrado a nivel mundial como es Jaume Plensa. El Real, por su parte, ofrece el estreno en España de la ópera Nixon in China del estadounidense John Adams, también con un reparto mixto de artistas internacionales y españoles, y la rossiniana Il turco in Italia. Se trata de óperas de diferentes épocas pero que retratan y juegan con sabia comicidad la gran diferencia cultural existente entre la China maoísta y unos Estados Unidos bajo la presidencia de Richard Nixon en contraste con el mundo turco y musulmán frente al italiano y cristiano ideado por Rossini. Esta última contará con un reparto italiano y de diversos artistas iberoamericanos, en una producción de Laurent Pelly. En la oferta liceísta se hace evidente un cambio de rumbo en su política artística que ahora también apuesta por artistas del país y, por tanto, ofrece unas temporadas con personalidad propia que lo diferencia de cualquier otro teatro internacional.
Los repetidos encuentros que se vienen produciendo desde hace algunos años entre los patronatos del Gran Teatre del Liceu de Barcelona y del Teatro Real de Madrid son un signo muy estimulante de que a nivel cultural y político las cosas se pueden hacer de otra manera. En lugar de criticar es mejor colaborar, y en vez de protestar por los recursos que se dan a unos y otros, es más práctico buscar proyectos conjuntos. Por todo ello es muy importante el paso dado en el encuentro realizado en la capital catalana el 13 de junio en el que se anunciaron diversas iniciativas compartidas que van mucho más allá de un encuentro protocolario y que se basa en la estabilidad de sus dirigentes y en la confianza que se ha ido creando entre ambas entidades. La mutua colaboración de los gestores de los dos coliseos más importantes del país –y de mayor presupuesto– está dando sus frutos, y se ha convertido en costumbre que se visiten en ocasión de sus estrenos.
Tras el encuentro de junio se anunció un abono conjunto Liceu-Real para funciones en fin de semana para 100 aficionados nacionales e internacionales que puedan asistir a dos títulos en cada uno de los teatros. En el Liceu se incluye Il Trittico pucciniano y Macbeth de Verdi, ambos con un reparto cuajado de estrellas internacionales y de grandes voces españolas, incluyendo una producción, el de la ópera de Verdi, de un artista consagrado a nivel mundial como es Jaume Plensa. El Real, por su parte, ofrece el estreno en España de la ópera Nixon in China del estadounidense John Adams, también con un reparto mixto de artistas internacionales y españoles, y la rossiniana Il turco in Italia. Se trata de óperas de diferentes épocas pero que retratan y juegan con sabia comicidad la gran diferencia cultural exitente entre la China maoista y unos Estados Unidos bajo la presidencia de Richard Nixon en contraste con el mundo turco y musulmán frente al italiano y cristiano ideado por Rossini. Esta última contará con un reparto italiano y de diversos artistas iberoamericanos, en una producción de Laurent Pelly. En la oferta liceísta se hace evidente un cambio de rumbo en su política artística que ahora también apuesta por artistas del país y, por tanto, ofrece unas temporadas con personalidad propia que lo diferencia de cualquier otro teatro internacional.
Además de este abono conjunto se ha dado un paso de gigante en cuanto a coproducciones, anunciándose nada menos que seis nuevos montajes –de los que solo se anunciaron los títulos–, todos previstos en futuras temporadas. Se trata de Evgeni Onegin de Chaikovsky, Jenufa de Janácek y La fanciulla del West de Puccini, en propuestas lideradas por el Gran Teatre, y Rusalka de Dvorák, Maria Stuarda de Donizetti y La sonnambula de Bellini con el Real como sede del estreno. Esta colaboración ha tenido precedentes de gran interés como el mantenido durante años entre los festivales líricos de la ABAO Bilbao Opera y la Ópera de Oviedo, que compartieron esfuerzos durante años. La entidad asturiana celebra 75 años de temporadas ininterrumpidas, efeméride que llevamos en portada.
Tanto el encuentro Real-Liceu, como los proyectos anunciados, brindan una imagen de cercanía y colaboración muy estimulante. Desde ÓPERA ACTUAL desearíamos que en un futuro las propuestas de coproducciones se decantasen también por títulos españoles o en español históricos y contemporáneos, ya que nuestros creadores merecen reconocimiento y difusión, lo mismo que el maltratado género lírico nacional.
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