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Una biografía narra la historia de tenacidad y superación de Gregory Kunde
'Gregory Kunde. Una vida para cantarla' de José Luis Jiménez se publica la segunda quincena de septiembre
La historia de tenacidad, perseverancia y superación de Gregory Kunde tiene los elementos que atraen a un buen periodista para elaborar un reportaje. Pero José Luis Jiménez, corresponsal de ÓPERA ACTUAL en A Coruña, vio más allá de una historia que merecía ser contada en un reportaje amplio y ha escrito la biografía del tenor estadounidense, Gregory Kunde. Una vida para cantarla, que la editorial Pigmalión publicará en su colección Ex Libris la segunda quincena de septiembre.
Afirma José Luis Jiménez que la historia de Gregory Kunde tiene dos elementos fundamentales que le atrajeron: la tenacidad y perseverancia y la capacidad para superar obstáculos. «Primero vence un cáncer y consigue seguir haciendo carrera en Europa y luego tiene una crisis vocal y en lugar de retirarse se reinventa, primero como cantante de Berlioz, luego como baritenor y por último como tenore di foza para cantar Verdi y actualmente Puccini». Esta capacidad para superar la adversidad atrajo a Jiménez, quien conoció a Kunde en 2010 cuando cantó en A Coruña Guillaume Tell. «Luego hubo un contacto profesional como periodista cuando al año siguiente regresó a cantar y lo entrevisté y acabamos forjando una amistad que es la que me ha permitido acercarme a su carrera, a su familia y hacer este retrato a través de la biografía del personaje», explica el periodista.

Portada del libro
Jiménez empezó a escribir Gregory Kunde. Una vida para cantarla en 2016 y la ha terminado en mayo de 2019 tras una pausa de dos años. La biografía aporta información sobre el tenor hasta este mismo año. El relato se articula a partir de 40 horas de conversaciones que el periodista mantuvo con el cantante en encuentros en cuatro ciudades europeas: Madrid, Turín, Londres y Bolonia. «Repasamos su trayectoria, repartos, directores, títulos, impresiones y reflexiones. La biografía se estructura en una parte que narra la vida personal y profesional de Kunde y otra, de carácter más literario, con sus reflexiones sobre el mundo de la ópera que desmitifican le imagen de glamour y éxito que se pueda tener sobre el mundo de la ópera. Lo primero que dice Kunde es que él no es un divo, que es un cantante que aprendió un oficio hace 40 años en la Lyric Opera de Chicago y que se debe a ese oficio y a su familia».
Además de las entrevistas con Gregory Kunde, Jiménez habló también con el musicólogo y director de orquesta Alberto Zedda, que cuenta en el libro los inicios del tenor en el Festival Rossini de Pesaro, con los directores Roberto Abbado y Gianandrea Noseda, el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, y el sobreintendente del Teatro de La Fenice de Venecia, Fortunato Ortombina.
José Luis Jiménez asegura que el aficionado español descubrirá en el libro que Kunde, «ese tenor de éxito que ha abierto temporadas en el Teatro Real de Madrid, el Palau de Les Arts de Valencia, que ha sido protagonista en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y en la temporada de la ABAO Bilbao Opera, es un tipo cuya trayectoria no ha sido un camino de rosas, que para llegar a donde está ha tenido que trabajar y sufrir. Que estuvo al borde de la expulsión del programa de jóvenes artistas de la Lyric Opera de Chicago, que es capaz de perdurar 40 años en el negocio de la ópera pasando de ser un contraltino rossiniano a un tenore di forza.

José Luis Jiménez
El periodista narra la estrecha relación de Gregory Kunde con España en un capítulo titulado El tour español en el que «el tenor cuenta como llegó a España, su primera función, un Don Pasquale en Valencia en 1987 con Carlos Chausson y Enedina Lloris. Su regreso en 1993 para cantar durante tres temporadas seguidas en el Teatro de La Zarzuela de Madrdi y nada durante una década, hasta una gira que en 2004 organizó Ernesto Palacio con La donna del lago en versión de concierto con Juan Diego Flórez, Kunde y Daniella Barcellona que le llevó a Pamplona, A Coruña, San Sebastián y Montpellier. Por aquella época también cantó un Tancredi en Sevilla», relata Jiménez, quien prosigue: «Él explica que su carreta se fraguó durante años con papeles de último minuto, haciendo sustituciones, y que a partir del éxito en A Coruña de Guillaume Tell con Alberto Zedda, en 2010, el mercado operístico español le abrió las puertas y pasó de ser un cantante de último minuto a un cantante al que preguntaban qué quiera cantar. Eso significó un cambio de paradigma respecto a lo que había vivido a lo largo de su carrera, sumado al cariño y la receptividad del público español que le llevó a decir que sí a casi todas las propuestas».
Y el periodista enumera: «En Valencia Kunde cantó durante mucho tiempo. En el Gran Teatre del Liceu Matabosch le llamó, in extremis, en 2011 para sustituir a José Bros, enfermo, en Anna Bolena y regresó con Il Pirata, Norma, Otello de Rossini, Poliuto, Manon Lescaut y ahora inaugurará la temporada con Turandot. Cuando Matabosch fue nombrado director artístico del Teatro Real le llamó para abrir la temporada con Otello, y cantó Roberto Devereux, Norma, Aida y Turandot. La primera vez que Gregory Kunde se ha sentido importante ha sido en España y eso fragua un vínculo. Aquí encontró confianza, cariño y aprecio», concluye Jiménez. – ÓA
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