Triple fiesta mozartiana en Barcelona

El Liceu programa durante el mes, en cuatro ciclos consecutivos, la trilogía de óperas de Mozart y Da Ponte, bajo la batuta de Marc Minkowski

28 / 03 / 2022 - Aniol COSTA-PAU - Tiempo de lectura: 5 min

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dongiovanni-operaactual-alexandre Una escena del montaje de 'Don Giovanni' que recalará en el Liceu © Mats BÄCKER

Barcelona

Gran Teatre del Liceu
Mozart: LE NOZZE DI FIGARO
07, 11, 19, 23_04.

Conde de Almaviva: Thomas Dolié. Condesa: Ana Maria Labin. Susanna: Angela Brower / Arianna Venditelli. Figaro: Robert Gleadow. Cherubino: Lea Desandre. Marcellina: Alix Le Saux. Bartolo / Antonio: Norman Patzke. Basilio / Don Curzio: Paco García. Barbarina: Mercedes Gancedo.

 

Mozart: DON GIOVANNI
08, 12, 20, 24_04

Don Giovanni: Alexandre Duhamel. Donna Anna: Iulia Maria Dan. Donna Elvira: Arianna Venditelli. Don Ottavio: Julien Henric. Leporello: Robert Gleadow. Commendatore: Alex Rosen. Masetto: Alex Rosen. Zerlina: Alix Le Saux.

 

Mozart: COSÌ FAN TUTTE
09, 13, 21, 25_04

Fiordiligi: Ana Maria Labin. Dorabella: Angela Brower. Ferrando: James Ley. Guglielmo: Robert Gleadow. Despina: Miriam Albano. Don Alfonso: Alexandre Duhamel. Orquestra Simfònica del Gran Teatre del Liceu. Cor del Liceu (Dir.: Pablo Assante).
Dirección musical: Marc Minkowski. Dirección de escena: Ivan Alexandre.

 

El Liceu programa durante el mes, en cuatro ciclos consecutivos, la trilogía de óperas de Mozart y Da Ponte. Las tres obras, escritas por separado, vistas en conjunto, se potencian recíprocamente como diferentes versiones sobre el tema del amor. Marc Minkowski capitaneará una lectura historicista y atrevida que contará con un mismo reparto joven que encarna a los personajes de las tres obras en todas las funciones.

Por primera vez en su historia, el Gran Teatre del Liceu representará, en una misma temporada y en días consecutivos, las tres óperas que unieron a Wolfgang Amadeus Mozart con el libretista Lorenzo Da Ponte, Le nozze di Figaro, Don Giovanni y Così fan tutte. Y, además, lo hará de manera concentrada e intensiva, generando así en Barcelona una especie de festival mozartiano que alternará las funciones en cuatro ciclos consecutivos, del 7 al 25 de abril.

Estrenadas entre 1785 y 1789, Mozart y Da Ponte no escribieron las obras de esta trilogía pensando en una continuidad argumental o cruzando las relaciones de los personajes como sucede, por ejemplo, en el universo wagneriano, ya que los tres títulos son independientes, con historias disímiles y que funcionan de manera autónoma y autoconclusiva. Sin embargo, también resulta evidente que de la depredación sexual de Don Giovanni al tributo a la virtud de Le nozze, pasando por los celos y el custionamiento de la fidelidad de Così, persiste una misma temática de fondo común y conectada. Y esta es, sin duda, la pulsión universal del amor que, desde la versión y la mirada de cada una de las comedias líricas de Mozart, expresa un discurso unitario que vincula las historias del siglo XVIII con cualquier vivencia humana de la actualidad. Sobre esta asociación temática que vehicula la música, el director artístico del Liceu barcelonés, Víctor García de Gomar, principal promotor de este festival mozartiano de abril, destaca que las tres obras “narran la historia de uno o de diversos abusadores masculinos que atacan al mundo femenino. Y, ante el abuso, las mujeres, en un acto de respuesta colectiva, deciden enfrentarse al insulto, pero no a través de la violencia y la fuerza, sino del perdón y la disculpa”. Este sujeto mozartiano, a la vez tan ilustrado como actual, según García de Gomar, se manifiesta de múltiples formas a lo largo de la trilogía, por lo que, aclara el director, “programarlas de manera intensiva supone una experiencia única para amplificar y potenciar las tres óperas, descubriendo conexiones y detalles, que, por separado, podrían pasar inadvertidos”.

© Mats BÄCKER

En la producción de Ivan Alexandre, los intérpretes deben aprender a manejar los telones del escenario

Alexandre & Minkowski

Siendo fiel a la unidad discursiva de la trilogía, el Liceu propone una producción conjunta para las tres óperas: una revisión históricamente fiel al clasicismo y a la vez innovadora capitaneada desde el podio por el especialista en Mozart Marc Minkowski y el regista francés Ivan Alexandre en el apartado escénico. El triple montaje, con el objetivo de acercarse a la manera de vivir la ópera en el siglo XVIII, se estrenó en 2016 en uno de los escenarios cortesanos más antiguos y bien conservados de Europa, el Teatro Drottningholm en Suecia, y se repitió en 2018 en la Opéra Royal de Versalles (Francia), símbolo de los monarcas Luis XIV y Luis XV. En 2021, la producción de Alexandre y Minkowski debía reponerse en la Opéra National de Burdeos y de nuevo en Versalles antes de llegar al Liceu, pero, a causa de la pandemia, las funciones se aplazaron, por lo que, finalmente, la reposición empezará primero en Barcelona antes de viajar a Francia.

“A nivel escénico, Ivan Alexandre mantiene fijo un mismo escenario en las tres óperas”

A nivel escénico, Ivan Alexandre mantiene fijo un mismo escenario en las tres óperas conformado por una especie de caja de madera central, simple y austera, con unos telones y cortinajes laterales que van cambiando de color. Además de esta composición fidedigna y reconocible para el público del siglo XVIII, el vestuario, diseñado por Antoine Fontaine, también es el propio de la época, y la iluminación, a cargo de Tobias Hagström Stahl, pese a ser obviamente eléctrica imita constantemente el temblor de la luz de las velas. Así, con esta visión de la trilogía, el director de escena pretende emular el espíritu operístico del clasicismo, desmarcándose de la obsesión cada vez más generalizada entre los registas contemporáneos por forzar sus lecturas en las representaciones de las óperas clásicas.

Para Alexandre, Le nozze di Figaro, Don Giovanni y Così fan tutte son obras absolutamente imperecederas que no requieren actualizarse, de manera que experimentarlas tal y como se hacía en tiempos de Mozart sigue siendo hoy en día igualmente interesante. Ahora bien, el criterio historicista del director de escena tampoco es dogmático ni inflexible, ya que, para mantener vivo el carácter cómico de la commedia dell’arte en la visión mozartiana, incorpora detalles sorprendentes para el espectador, como el recurso del teatro dentro del teatro, que, a la manera de Bertolt Brecht y Luigi Pirandello, carga de autoconsciencia el propio hecho operístico.

© Palau de Les Arts / Mikel PONCE

Marc Minkowski en el podio de 'Mitridate' en el Liceu

Sin duda uno de los protagonistas de este proyecto es, efectivamente, Marc Minkowski, mozartiano de referencia, responsable musical de la Mozartwoche de Salzburgo. El director francés, también con el fin de acercarse a la interpretación más próxima a Mozart, plantea una lectura de las tres óperas bufas con tempi ligeros y ágiles, recitativos electrizantes y dinámicos y arias impetuosas y enérgicas, sin decaer nunca en la solemnidad pomposa que a veces se atribuye al compositor vienés, jocoso y más bien frívolo por naturaleza. En este caso, Minkowski no capitaneará a sus Musicines du Louvre como hizo la temporada pasada con Mitridate en el Liceu y en Les Arts, sino a la Simfònica del Liceu, exultante con la oportunidad y en plena forma después de Pelléas et Mélisande. En palabras de Víctor García de Gomar, “Minkowski representa el referente absoluto del programa, ya que, como traductor erudito de la obra de Mozart, es capaz de pintar la complejidad de emociones profundas que el compositor esconde bajo la ironía de sus obras, desde el dolor de la muerte y el odio a la felicidad del nacimiento y el amor”.

Reparto joven

Asimismo, no solo Minkowski y Alexandre repetirán en las tres óperas, ya que un reparto de voces solistas, formado por jóvenes intérpretes especialistas en el repertorio, se mantiene estable en los tres títulos. El barítono Robert Gleadow se encargará de los fundamentales roles de Figaro, Leporello y Guglielmo y la soprano Ana Maria Labin dará voz a las réplicas femeninas de la Condesa de Almaviva en Le nozze y de Fiordiligi en Così, mientras que Alexandre Duhamel encarnará a Don Giovanni y Don Alfonso de Così.

© Gran Teatre del Liceu / Antoni BOFILL

Víctor García de Gomar

Los roles de Susanna de Le nozze y Zerlina de Don Giovanni, normalmente asignados a voces de soprano pero asequibles también para los registros medios, recaerán en las mezzosopranos Angela Brower –también Dorabella de Così– y Alix Le Saux –Marcellina de Le nozze– respectivamente. Finalmente, Lea Desandre, después de sus aclamadas actuaciones en París o Lausanna como Cherubino, volverá a interpretar el entrañable personaje juvenil.

Todos los solistas que aquí interpretan a más de un rol se enfrentan a un reto de extrema dificultad, tanto por la versatilidad que supone convivir con diferentes personajes como, sobre todo, por la resistencia física que exige actuar durante días consecutivos. Porque el proyecto propone Le nozze, Don Giovanni y Così seguidas, solo con una pausa de uno o días al final del cada uno de los cuatro ciclos para recomenzar de nuevo. Robert Gleadow, por ejemplo, en tres días encarnará nada menos que a Figaro, Leporello y Guglielmo. Es por eso que Víctor García de Gomar explica que han seleccionado a conciencia “voces notabilísimas con grandes capacidades, para poder garantizar el desafío, totalmente infrecuente en el mundo de la ópera, de subir al escenario en días consecutivos sin descanso”.

© Opéra de Lausana / Guy PYTHON

Lea Desandre como Cherubino en Lausanne

Un Liceu ahora mozartiano

Pese a que el reparto no cuenta con grandes divos y seguramente no sea conocido para la mayoría de los liceístas, el público barcelonés ha respondido con entusiasmo a la triple propuesta mozartiana, tal y como demuestra el ritmo de venta de entradas. Y es que la genialidad de los drammi giocosi de Mozart, por sí misma, ya posee un enorme poder de convocatoria al tratarse de auténticas obras maestras del género. Justamente por esto resulta difícil de explicar la poca y tardía presencia del compositor austríaco en la historia del Liceu, ya que, por ejemplo, Don Giovanni no se representó hasta 1865 (la única ópera del compositor en subir al escenario liceísta en el siglo XIX), Le nozze llegó la temporada 1915-1916 y el estreno barcelonés de Così se produjo en 1929.

Con la programación de la trilogía Mozart-Da Ponte en un mismo curso, el Liceu no pretende reparar la anomalía del pasado, porque en las últimas décadas ya se había revertido la tendencia, pero sí reivindicar tres obras universales, amadas por el público y los intérpretes.

Un amor que se retomará en junio con las esperadas funciones de La flauta mágica dirigidas por Gustavo Dudamel, el cuarto título de la temporada liceísta más mozartiana de la historia.– ÓA