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Peter Grimes y su diferencia atracan por fin en Madrid
La obra maestra de Britten se ofrece en una nueva coproducción que firma Deborah Warner para el Teatro Real, la Royal Opera de Londres, la Opéra de Paris y la Opera de Roma
Teatro Real
Britten: PETER GRIMES
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Peter Grimes: Allan Clayton. Ellen Orford: Maria Bengtsson. Cap. Balstrode: Christopher Purves. Auntie: Catherine Wyn-Rogers. Bob Boles: John Graham Hall. Swallow: Clive Bayley. Mrs. Sedley: Rosie Aldridge. Rev. Horace Adams: James Gilchrist. Ned Keene: Jacques Imbrailo. Hobson: Barnaby Rea. Sobrina primera: Rocío Pérez. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real (Coro Intermezzo. Dirección: Andrés Máspero / O. S. de Madrid). Dirección: Ivor Bolton. Dirección de escena: Deborah Warner.
Vuelve la especialidad de la casa al Teatro Real: Britten. Y lo hace de la mano de quien mejor ha entendido la mixtura entre teatro y ópera en el compositor inglés, la dramaturga Deborah Warner. En este caso le toca el turno a Peter Grimes, ese descarnado canto a la incomprensión que aboceta el proceso de transformación entre individuo y muchedumbre.
Resulta irónico que una ópera que versa sobre la carga de oscuridad que arrastra el ser humano cuando se convierte en masa como Peter Grimes se estrenara apenas dos meses antes de que acabase de cicatrizar la gran herida que fue la Segunda Guerra Mundial. Britten y su pareja, Peter Pears, habían estado trabajando durante los últimos años en una versión menos maniquea de un poema de Crabbe, en el cual un pescador acaba por suicidarse ante la reiterada muerte de sus aprendices y las sospechas por parte de la comunidad hacia él. En realidad Britten volvía en esta obra a uno de sus temas primordiales: la batalla entre lo extraño y la sociedad.
Ivor Bolton es el encargado de la batuta una vez más en esta especie de integral necesaria sobre el músico británico que está acometiendo el Teatro Real estos años (ver artículo En portada en este enlace) . «En Peter Grimes la tragedia no gira en torno a la sexualidad (como sucede en Death in Venice) o la indefensión de la alegría frente a la ira (adonde apunta Billy Budd), sino que anida en la figura de un incomprendido dentro de la cotidianeidad de un pueblo», explica el director musical del Teatro Real a ÓA. «Aunque cada ópera tiene su microuniverso emocional, la diferencia en Peter Grimes radica en su elaborada armonía. La construcción motívica está muy condensada, vinculando los dibujos melódicos de la primera escena con lo que escucharemos más adelante, y eso hace que se cree una peculiar atmósfera extrañamente opresiva. En un primera momento puede parecer que nos encontramos en un mundo piadoso, pero esto se transforma en el último acto donde la energía instrumental y el odio se abren paso. Es la otra cara de la moneda, y la música está repeliendo una visión simplista del drama».
Esta caracterización musical tan poderosa en Grimes aleja esta ópera de cualquier otra de Britten. «Hay un ingente trabajo a la hora de presentar la separación moral entre los protagonistas. Su orquestación es realmente milagrosa, Britten fue uno de los orquestadores más grandes del siglo XX, con valentía a la hora de experimentar efectos sonoros dentro de la armonía tradicional que iba derrumbándose», concluye el director.
Dramáticamente convincente
El versátil tenor Allan Clayton es el encargado de dar vida a Peter Grimes en esta nueva producción. El cantante británico, que ilustra la portada de esta edición de ÓPERA ACTUAL, afirma que «la obra de Britten es un compendio de dificultades técnicas, entre otros motivos porque mi papel está escrito para una voz muy especial con continuas zona de pasaje y modulaciones», refiriéndose a un rol concebido para Peter Pears. «Pero además ocurre que Grimes pasa poco tiempo en el escenario, no está cantando, ni mucho menos, de manera continuada, con lo que tienes que aprender a focalizarte en cada palabra para mantener la conexión natural con el público. Intento centrarme en las esperanzas y los fantasmas que le martirizan. Ese es el reto», sentencia el tenor: «Ser dramáticamente muy convincente sin descuidar la dificultades técnicas del papel».

Allan Clayton
En cualquier caso, la especial imbricación de los textos de las óperas de Britten con la música hacen necesaria una preparación especial, según la visión de Allan Clayton. «Para mí el principio es el poema de George Crabbe, The borough. Revisando el fragmento que utilizaron Pears y Britten es posible trazar el itinerario hasta sus orígenes y entender las esperanzas y los fantasmas que acosaban al protagonista, sin dejarlo todo al argumento de la locura. Es una persona real, que apenas establece relaciones positivas –exceptuando a Ellen Orford–, pero que no encaja en su entorno, y eso le hace automáticamente sospechoso a los ojos de los demás». Un único reparto se hará cargo de las nueve funciones programadas en Madrid, en las cuales, además de Bolton y Clayton, estará como Ellen Orford la soprano Maria Bengtsson, cada vez más cómoda en el ámbito del siglo XX. Para el papel de Balstrode se contará con todo un especialista, Christopher Purves, en la que será su séptima vez ante el personaje. Cierra el elenco la Auntie de Catherine Wyn-Rogers y John Graham como Bob Boles.– ÓA
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