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Nebra regresa a Madrid de la mano de Lucrecia
Dirigida por Alberto Miguélez Rouco, Premio ÓPERA ACTUAL 2022, llega al Teatro de La Zarzuela una obra de José de Nebra inspirada en la violación de Lucrecia
Madrid
Teatro de La Zarzuela
Nebra: LA VIOLACIÓN DE LUCRECIA (DONDE HAY VIOLENCIA, NO HAY CULPA)
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Lucrecia: María Hinojosa. Colatino: Carol García. Tulia: Marina Monzó. Laureta: Anna Gomà. Lucrecia Contemporánea: Manuela Velasco. Ensemble Los Elementos. Dirección musical: Alberto Miguélez Rouco. Dirección de escena: Rafael R. Villalobos.
De Tiziano a Shakespeare, de Tito Livio a Britten, todos cayeron rendidos a la historia de Lucrecia, la mujer capaz de incendiar los ideales de un pueblo y provocar la caída de la monarquía como respuesta a la crueldad de su violación. Con Lucrecia nace la modernidad: la de la república romana, la de un modelo de mujer que no se arredra. José de Nebra escribió su historia en 1744, dos siglos antes de que Britten la sublimase. En marzo llega, por fin, al Teatro de la Zarzuela, bajo la dirección de Alberto Miguélez Rouco, Premio ÓPERA ACTUAL 2022.
La década de 1740 fue especialmente fructífera para José de Nebra, volcado en escribir óperas y zarzuelas que unieran la moda italianizante con los giros rítmicos de la música española. En esos años, cuando brillaba la madrileña Corte de las Maravillas –con Farinelli, Corselli, Conforto o Scarlatti–, compuso Viento es la dicha de Amor (1743), Vendado es Amor, no es ciego (1744), Donde hay violencia, no hay culpa (1744) e Ifigenia en Tracia (1747), entre otras. A pesar de no ser la última de ellas, la zarzuela barroca en dos jornadas titulada Donde hay violencia, no hay culpa es, con mucho, la más avanzada de todas ellas, tal vez por su vinculación con el mecenazgo privado en lugar de con el teatro público.
Nebra se acerca al libreto de Nicolás González Martínez con sus mejores galas, para dar voz a cuatro de los once personajes de la obra (el resto son declamados, tal y como se estilaba en la época). La historia de la violación de Lucrecia por parte de Sexto Tarquino y el posterior suicido de la heroína, ha rondado el arte durante 20 siglos, a pesar de lo incómodo de su premisa dramática. “Es obra de corte tardío”, explica el director y contratenor Alberto Miguélez Rouco, Premio ÓPERA ACTUAL 2022 al artista joven más prometedor y responsable de la adaptación musical. Ante su debut en el podio del madrileño Teatro de La Zarzuela, el artista gallego afirma que esta zarzuela de Nebra fue escrita “para un ambiente privado, el de la casa del Duque de Medinaceli, y tal vez por ello el compositor arriesgó más estilísticamente, aproximándose a una especie de primer Clasicismo. Las arias de los personajes podrían perfectamente haber sido compuestas 20 años más tarde, por el uso de sus recursos, como los tipos de cadencias, el uso de seisillos y tresillos o la presencia de motivos recurrentes”, aclara Miguélez Rouco, que dirigirá la obra contando con la orquesta que creara en Basilea, Los Elementos. “Pero la mayor dificultad a la hora de interpretarla”, continúa el joven director, “está en sus partes habladas, que duran más de una hora. Al desarrollarse la trama íntegramente en los diálogos, interpretar solo la música brinda un resultado completamente inconexo, y por ello es compleja de adaptar”, concluye.

Pablo Meléndez-Haddad y Alberto Miguélez Rouco
Precisamente por ello, la dirección de escena de Rafael R. Villalobos juega un papel esencial en la exhumación de la obra, con un concepto que queda claro desde el propio título, que pasa de Donde hay violencia… a La violación de Lucrecia, no tanto por homenaje a Shakespeare, sino para indicarle al público el punto de vista que pretende dar a conocer la propuesta teatral: el del daño inmoral a Lucrecia. Desde una óptica de la deconstrucción de lo masculino, y con un texto actualizado por la escritora Rosa Montero, la obra se convierte en una reflexión sobre el hecho de la recuperación en sí misma, sobre hasta qué punto el público actual puede ignorar sus valores al ver una obra antigua. ¿Qué pensaría una Lucrecia de hoy del suicidio de la Lucrecia romana?
Salto al barroco
En la entrevista concedida por la soprano Marina Monzó a ÓPERA ACTUAL con motivo de su Premio a la artista joven 2022, la cantante valenciana confesaba que le encantaría hacer Barroco. Su debut –al menos en un papel completo– llegará con La violación de Lucrecia, donde interpretará a Tulia, la hermana de Colatino (el marido de Lucrecia) interpretado por la mezzosoprano Carol García, (Premio OPERA ACTUAL 2015) y prometida de Sexto, que es quien perpetra la violación. “Tulia es un personaje con el que es fácil conectar”, comenta Monzó antes del comienzo de los ensayos, “debido a su honestidad por un lado y porque todos reconocemos las fases del desengaño por el otro. Pasa de la tristeza melancólica al principio de la obra a dejarse arrastrar por la rabia. Eso está muy bien plasmado en sus dos arias: la primera más añorante, casi etérea, que nos explica todo lo que le queda por asimilar; en la segunda, todo se ha vuelto más negro, más terrenal, con un ritmo agresivo y una escritura musical donde se transparenta la rabia. A nivel estilístico no es mi registro habitual, pero siempre he sentido el Barroco como un lenguaje muy cercano, muy familiar”, aclara.

Marina Monzó y Gema Pajares con el Premio ÓPERA ACTUAL
Tras su doble éxito en estos meses (como Musetta en el Palau de Les Arts y como Lisa en La sonnambula de la Opéra Royal de Wallonie-Liège), la soprano valenciana vuelve a uno de sus escenarios fetiche, el Teatro de La Zarzuela: “Me encanta participar en esta Lucrecia aportando mi granito de arena para poder transmitir la intensidad de la partitura de una manera más orgánica. Vengo de otros compositores, Puccini y Bellini, en cuyas obras todo está más claramente escrito y las melodías aparecen una única vez. Pero en el Barroco, con las arias da capo, tienes que poner más de ti mismo en busca de la variedad, has de hacer una búsqueda de colores, de recursos, que en mi caso me aporta mucha frescura. Es un estilo que exige además una gran elegancia en el canto, y eso repercute positivamente en otros estilos y compositores que tengas en tu repertorio”, concluye.– ÓA
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