Muere el director de orquesta Bernard Haitink a los 92 años

Director musical del Festival de Glyndebourne y del Covent Garden de Londres, se retiró en 2019 tras 65 años dirigiendo

22 / 10 / 2021 - Lourdes MORGADES - Tiempo de lectura: 6 min

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Bernard Haitink Bernard Haitink © Chicago Symphony Orchestra / Todd ROSENBERG

El director de orquesta neerlandés Bernard Haitink murió ayer 21 de octubre a los 92 años en Londres. Director muy respectado, controlaba como pocos los más mínimos detalles de la interpretación en versiones en la que primaban la verdad musical frente a la espectacularidad. Fue director musical del Festival de Glyndebourne y del Covent Garden de Londres, y dirigió las orquestas más importantes en una larga carrera que finalizó en 2019 tras 65 años sobre el podio.

Bernard Haitink se parecía muy poco a sus colegas directores de orquesta. Era una gran director, pero su actitud era la propia un director de orquesta modesto; no era falsa modestia la suya, era su espíritu calvinista que le hacía ser taciturno, tenaz y decidido. Cuando le preguntaban porque trabajaba tan duro, siempre respondía que debía compensar todos los días que durante su infancia y adolescencia fue perezoso.

El crítico del The Daily Telegraph Geoffrey Norris le preguntó en marzo de 2004 qué haría después de la brillante celebración de su 75º aniversario rodeado de tantos músicos que le respetaban y tras un magnífico concierto con la Filarmónica de Berlín, que dirigió en Londres. «¿Luego?»,  inquirió Haitink, «me sentiré muy miserable. Como todo buen calvinista, el placer hay que pagarlo, y si hay mucho hay que equilibrarlo con miseria o depresión. Es parte del arte de este director, si recibes demasiados aplausos crees que no los mereces, si te diviertes mucho deberás rendir cuentas contigo mismo al día siguiente».

Bernard Haitink durante sus años al frente de la Royal Concertgebouw Orchestra

Bernard Haitink nació el 4 de marzo de 1929 en Ámsterdam, donde estudió música en el conservatorio de la ciudad. Sus años de formación los vivió durante la ocupación nazi de los Países Bajos, un hecho que le marcó profundamente, e incluso le hizo dudar de su auténtico talento y retrasó considerablemente su acercamiento a la obra de Wagner, de cuyas óperas ofreció grandes interpretaciones. Llegó a creer que si durante la II Guerra Mundial no hubieran matado a tantos judíos y no hubieran muerto tantos jóvenes en el frente, habría habido tantos talentos musicales que él no hubiera llegado a ser director de orquesta. «Cuando empiezas a pensar en ello, da un poco de miedo. ¿Por qué yo? ¿Por qué no los que fueron asesinados?», señaló en una entrevista en 2000.

Estudió violín y dirección de orquesta, y antes de empezar a dirigir fue violinista en la Orquestra de la Radio Holandesa, que fue la primera formación orquestal que dirigió el 19 de julio de 1954. Un año más tarde fue nombrado director asistente del conjunto. Su gran oportunidad le llegó el 7 de noviembre de 1956 cuando fue llamado a dirigir la Royal Concertgebouw Orchestra para sustituir a Carlo Maria Giulini. En 1957 fue nombrado director titular de la Orquestra de la Radio Holandesa y en 1961, principal director invitado de la Concertgebouw, que en 1963 le convirtió con 34 años en su director titular, puesto que ocupó hasta 1988.

Aunque él consideraba que era un director de orquesta todavía inmaduro, Haitink fue adquiriendo progresivamente prestigio y en 1967 fue nombrado director de la London Philharmonic, cargo que ocupó hasta 1979. El año anterior, ya casi con 50 años y sin experiencia operística, fue nombrado director musical del Festival de Glyndebourne, donde la London Philharmonic era la orquesta residente. Y en 1988 fue nombrado director musical del Royal Opera House Covent Garden, teatro en el que ocupó el cargo hasta 2002. «No era la elección obvia, porque su experiencia operística era limitada, pero era lo que necesitábamos, porque era un músico y un entrenador de orquestas de primer orden. La orquesta comenzaba a necesitar la disciplina que Bernard podía aportar», señaló John Tooley, que fue el director general del Covent Garden que lo nombró.

En sus primeros años en el coliseo lírico londinense fue duramente criticado, ya que su conocimiento de repertorio italiano era limitado y sus versiones de las óperas de Verdi no convencieron a nadie. En una producción de Il Trovatore fue abucheado por parte del público. Pero cuando empezó a abordar el repertorio wagneriano las cosas cambiaron y a finales de la década de 1990, Bernard Haitink era ya respectado y le reconocieron la autoridad moral para estar al frente de la dirección musical de un teatro de la categoría del Royal Opera House de Londres.

Su condición inicial de músico de orquesta fue siempre muy valorada por los músicos de las formaciones que dirigió. En 2000 el presidente de la London Philharmonic, Bob St John Wright, que había tocado bajo la dirección de Haitink, aseguró que era el director de orquesta ideal. «Entiende la mentalidad de una orquesta y el potencial tedioso de la misma. Lo entiende porque él lo ha vivido y está psicológica y emocionalmente conectado con la forma de pensar de un músico».

Bernard Haitink fue director de la Staatskapelle Dresden entre 2002 y 2004, también fue principal director invitado de la Sinfónica de Boston entre 1995 y 2004, así como principal director de la Sinfónica de Chicago entre 2006 y 2010. Dirigió numerosas ocasiones a la Filarmónica de Viena, orquesta frente a la que debutó en 1972 y se despidió de la batuta dirigiendo su último concierto el 6 de septeimbre de 2019 a la Filarmónica de Viena en el Festival de Lucerna tras 65 años sobre el podio. Para su adiós eligió el Concierto para piano nº 4 de Beethoven con Emmanuel Ax como solista, y la Sinfonía nº 7 de Bruckner, compositores del que fue un gran interprete, así como de la obra de  Beethoven, Mahler, Brahms, Debussy y Shostakóvich.

Fue nominado a nueve premios Grammy y ganó dos, por una grabación de ópera Jenufa, registrada en 2003 con el Covent Garden, y un disco de 2008 con la Sinfónica de Chicago dirigiendo la Sinfonía nº 4 de Shostakóvich. Grabó más de 400 discos buena parte de ellos con la Concertgebouw Orchestra, que fueron parte de la base del catálogo del sello Philips, y más tarde de los sellos Decca y EMI.

Sus grabaciones se centraron en el repertorio romántico del siglo XIX, pero tiene también discos dirigiendo desde obras de Mozart, de que grabó en la década de 1980 con la London Philharmonic en el Festival de Glyndebourne las óperas del compositor de Salzburgo con Da Ponte, hasta obras del siglo XX. Entre sus grandes registros figuran las óperas de Wagner, con la Tetralogía dirigiendo a la Orquesta de la Radio de Baviera, y las sinfonías de Bruckner, donde su control y precisión son absolutos. Sus grabaciones incluyen ciclos sinfónicos de Beethoven y Brahms para el sello LSO Live de la London Symphony Orchestra. Las reediciones de las grabaciones de Bernard Haitink son continuas.- ÓA