'Los pescadores de perlas', el otro Bizet

El público del Liceu verá una propuesta plenamente contemporánea, porque la directora de escena Lotte de Beer traslada la acción a un plató de televisión en el que se rueda un 'reality show'.

11 / 05 / 2019 - Roger ALIER - Tiempo de lectura: 4 min

Print Friendly, PDF & Email
Producción de 'Les pêcheurs de perles' de Lotte de Beer © Gran Teatre del Liceu / Antoni BOFILL
Producción de 'Les pêcheurs de perles' de Lotte de Beer © Gran Teatre del Liceu / Antoni BOFILL
Producción de 'Les pêcheurs de perles' de Lotte de Beer © Gran Teatre del Liceu / Antoni BOFILL

Gran Teatre del Liceu
Bizet: LES PÊCHEURS DE PERLES
13, 14, 16, 17, 19, 20, 22, 23, 24, 25_05

Nadir: John Osborn / Dmitry Korchak. Leïla: Ekaterina Bakanova / Olga Kulchynska. Zurga: Michael Adams / Borja Quiza. Nourabad: Fernando Radó /Federico De Michelis. Orquestra Simfònica del G. T. del Liceu. Cor del Liceu (Dir.: Conxita Garcia). Dirección: Yves Abel. Dirección de escena: Lotte de Beer.

Bizet regresa al Liceu, pero esta vez no de la mano de su inmortal gitana, Carmen, sino con su Leïla, la protagonista de Les pêcheurs de perles, ambientada en la exótica Ceilán. Pero el público del Liceu no verá una obra costumbrista ni exótica, más bien plenamente contemporánea, porque la directora de escena holandesa de solo 35 años, Lotte de Beer, traslada la acción a los tiempos actuales, pero no a Sri Lanka (la actual Ceilán), sino a un plató de televisión occidental en el que se rueda un reality show. Sí, la polémica está servida.

"En Barcelona, las representaciones de 'Pescadores' de 1964 tuvieron un relieve especial porque llevaban el inconfundible sello del tenor Alfredo Kraus"

La obra, de larga tradición en el repertorio francés, se inscribe en la corriente exotista que inundó el país vecino durante buena parte del siglo XIX. No hay que olvidar que Carmen lleva un parecido sello exótico, teniendo en cuenta su ambiente andaluz y gitano. En Barcelona, las representaciones de Pescadores de 1964 tuvieron un relieve especial porque llevaban el inconfundible sello del tenor Alfredo Kraus, entonces en plena carrera internacional. Junto a él apareció la refinada Maria Luisa Cioni en el papel de Leïla y el barítono Josep Simorra como Zurga. Kraus, una de cuyas especialidades era este título, lo cantaría en Valencia algunos años más tarde. El público comentaba su perfección, pero también la frialdad de la prestación vocal del ilustre tenor canario, quien por cierto no volvería al Liceu hasta trece años más tarde con su primer Werther.

A pesar de lo poco que se programa este título, en el último medio siglo se han registrado en Barcelona otras dos presentaciones: la primera fue muy desafortunada y supuso el fin de las funciones que en verano se daban en el Teatre Grec; la obra se programó en las semanas anteriores a las Olimpiadas de 1992, en pleno mes de julio, y sufrió los embates de unas lluvias persistentes que amargaron las funciones. Años más tarde, y con mejor fortuna, se ofreció en el Auditori de Cornellá con Xavier Martínez como Nadir y con excelentes prestaciones de Tina Gorina, Carles Daza y Joan Sebastià Colomer; la versión –a piano– fue dirigida por Efrem Garcia Salinas.

La soprano Ekaterina Bakanova en un retrato de Giacomo Orlando

La breve historia de esta ópera en Barcelona se verá incrementada por estas diez funciones liceístas en las que se alternarán los tenores John Osborn y Dimitry Korchak, las sopranos Ekaterina Bakanova y Olga Kulchinska y los barítonos Michael Adams y Borja Quiza –único español del plantel protagonista– , todos bajo la batuta de Yves Abel en la innovadora propuesta escénica de Lotte de Beer.

Ekaterina Bakanova (ver entrevista en ÓA224) debuta en el Liceu y también el personaje de Leïla. “Es una papel maravilloso, absolutamente diferente de los que he hecho antes porque es en francés, y este detalle define el estilo de interpretación», afirma a ÓA. “Ella es una niña pequeña, muy dulce, pero también es valiente y dueña de su destino. La veo, en todo caso, muy lejos de mi personalidad: yo soy impulsiva, tengo un gran temperamento y tengo que controlarme mucho para evitar caer en el verismo. Es un desafío y estoy feliz de asumir el papel”. – ÓA

Comprar: