'Los Gavilanes' y Mario Gas, zarzuela en las venas

La nueva producción está encabezada por María José Montiel, Juan Jesús Rodríguez e Ismael Jordi y se estrenó un día más tarde debido a una huelga

04 / 10 / 2021 - Gema PAJARES. Actualizado al 08/10/21 - Tiempo de lectura: 4 min

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Gavilanes Zarzuela / operaactual.com Un boceto de la nueva producción de 'Los gavilanes', con escenografía de Ezio Frigerio © Teatro de La Zarzuela
Gavilanes Zarzuela / operaactual.com Un boceto de la nueva producción de 'Los gavilanes', con escenografía de Ezio Frigerio © Teatro de La Zarzuela
Gavilanes Zarzuela / operaactual.com Un boceto de la nueva producción de 'Los gavilanes', con escenografía de Ezio Frigerio © Teatro de La Zarzuela

Madrid

Teatro de La Zarzuela
Guerrero: LOS GAVILANES
09, 10, 13, 14, 15, 16, 17, 20, 21, 22, 23, 24_10

Juan: Juan Jesús Rodríguez / Javier Franco. Adriana: María José Montiel / Sandra Ferrández. Rosaura: Marina Monzó / Leonor Bonilla. Gustavo: Ismael Jordi / Alejandro del Cerro. Clariván: Lander Iglesias. Trinquet: Esteve Ferrer. Leontina: Ana Goya. Renata: Trinidad Iglesias. Camilo: Enrique Baquerizo. Nita: Mar Esteve. Emma: Raquel del Pino. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro Titular del Teatro de La Zarzuela (Dirección: Antonio Fauró). Dirección musical: Jordi Bernàcer. Dirección de escena: Mario Gas.

 

El director de escena Mario Gas estrenó una nueva producción de Los Gavilanes de Guerrero encabezada por María José Montiel, Juan Jesús Rodríguez e Ismael Jordi, de la que se verán 13 funciones a partir del 9 de octubre ya que una huelga de las unidades artísticas del Inaem impidió la première del día 8. El director de escena, Mario Gas, regresará al coliseo madrileño en noviembre con la reposición de la aplaudida puesta en escena de La Tabernera del puerto, título al que está muy unido por lazos familiares. 

Mario Gas (Montevideo, Uruguay, 1947) vuelve por un momento a la niñez. Recuerda, y así lo cuenta, cómo su hermano Manuel, seis años más mayor, cuando iban a ver los ensayos de su padre al teatro, se encaminaba directamente al foso de la orquesta y Sorozábal, sí, el compositor, lo sentaba en sus rodillas mientras el crío le miraba fascinado y movía las manos. Él, Mario, prefería perderse entre cajas y pisar el escenario. Manuel, cuando creció, se hizo director de orquesta y él se decidió por la escena. Lo trae a la memoria al hablar de la zarzuela, género de una importancia capital en su vida, y que le hace tan feliz. La recuperación de Circe, de Chapí, levantó en septiembre el telón de la temporada del madrileño Teatro de La Zarzuela, pero será Los gavilanes, de Jacinto Guerrero, la primera obra escenificada que se vea la presente temporada. «Mi hermano y yo mamamos giras y zarzuela, mi relación con ella es profundamente sentimental«. Lo suelta para empezar.

© Outumuro

Mario Gas

Cuando su padre –bajo barítono– se retiró, Mario Gas tenía 27 años. Cogió el toro por los cuernos y dirigió la que fue la última temporada zarzuelística del padre: «Imagina que la relación es intensísima. Es un género fantástico, injustamente menospreciado pero musicalmente lleno de interés. Es una forma de expresión tanto estética como sentimental de nuestro pueblo. Nada más alejado del género que identificarla con el franquismo«, se lamenta. Considera a Sorozábal “un compositor como la copa de un pino” y le hace especial ilusión esa vuelta, entre el 18 y el 29 de noviembre, de La tabernera, estrenada «en pleno intento de que el Teatro Real se tragara al de La Zarzuela. Y que tuvo, como tendrá esta en noviembre, un equipo de primera«, señala. A ella le une, además el cariño y la emoción de saber que el propio Sorozábal pidió a su padre que cantara el papel de Simpson para el estreno de la obra en Madrid en 1940 después de la première en el Tívoli de Barcelona en 1936. Lo hizo y se convirtió en una referencia.

La Gran Guerra

El equipo artístico con el que trabaja habitualmente Gas y que le conoce bien está integrado por Ezio Frigerio, Franca Squarciapino y Vinicio Cheli. A ellos vuelve ahora con Los gavilanes porque son como uno solo. Con una mirada se entienden. «La zarzuela tiene la dificultad añadida de combinar el canto con los diálogos hablados«, advierte. El drama personal que cuenta la obra de Jacinto Guerrero «es enorme. Partimos de que hay que modificar y cambiar lo que se crea necesario, pero no hacerlo porque sí. En esta ocasión he situado la acción entre el principio y el final de la Primera Guerra Mundial, lo que nos permite meternos en una estructura general diferente«, adelanta. «La obra se estrena en 1923 y he tomado como referencia la estética del futurismo italiano, aquel momento en que regresaban los indianos de Cuba«, añade.

¿Qué piensa el director de escena de intervenir la obra? «Si se modifica para aproximar al público su comprensión está bien. Has de confiar y creer en lo que haces, pero para hacer una pirueta que destroce el armazón de la obra de principio a fin es mejor quedarse en casa porque estamos trabajando con el álbum musical de un pueblo. Recuperemos sin complejos para situar en el lugar adecuado. El tiempo destila las partituras que han superado generaciones. No destruyamos y sí acerquemos la zarzuela«.

En favor de la obra

Es fiel a una máxima: «Potenciar que la música y el canto lleguen nítidos al patio de butacas. Y que el cantante no se comporte como una columna basáltica pero que tampoco sea una hormigonera en movimiento. Hay que trabajar a favor de obra«. Encabezan el reparto de Los gavilanes estrellas como María José Montiel, Juan Jesús Rodríguez, Ismael Jordi, Marina Monzó y Esteve Ferrer, entre otros intérpretes, y llevará la batuta el maestro Jordi Bernàcer, que está consolidando una gran carrera internacional. «Los dos repartos son igual de estupendos«, subraya Mario Gas.

Mario Gas: “El cantante no se puede comportar como una columna basáltica pero tampoco ser una hormigonera en movimiento”

Será el debut también en un título de temporada del coliseo de Raquel del Pino, que se convertirá en Emma. Madrileña de 24 años tiene tres Proyectos Zarza a la espalda y es dueña de una carrera prometedora que la llevará el año que viene a dos producciones en Le Monnaie-De Munt de Bruselas. Empezó a formarse a los 7 años en música, danza y teatro y desde los 18 se dedica de manera profesional al canto lírico: «Estoy muy ilusionada y agradecida por esta oportunidad. Es muy importante ver que los sueños se van cumpliendo y que el trabajo tiene su recompensa. Tener la oportunidad de trabajar junto a artistas y directores tan importantes resulta muy emocionante«, cuenta a ÓPERA ACTUAL.

Raquel comienza, mientras que Mario Gas es capaz de cantar de memoria unas 40 o 50 zarzuelas. Le das el título y empieza y acaba del tirón: «Me he pasado tardes enteras cantando con amigos. La voz de tenor, o la de soprano… De principio a fin«, recuerda con una sonrisa. Y entre las que le entusiasman encabeza el listado Adiós  a la bohemia, «con el reflejo de ese mundo de ilusiones perdidas en el sórdido Madrid barojiano» y descubre su debilidad ante títulos como La verbena de la Paloma, La del Soto del Parral, Luisa Fernanda, Doña Francisquita y El dúo de La Africana, «que es una absoluta joya«. ¿Escribiría un libreto si se lo propusieran? Y responde con otra pregunta «¿Por qué no? No hay que renunciar a ello. Yo me siento muy cómodo en el género y trabajando en este teatro. Y animo a que los compositores contemporáneos escriban libretos inspirados en lo que sucede hoy«. Un guante lanzado a Daniel Bianco. -ÓA