La vuelta de Ulises (y de Monteverdi)

'Il ritorno d’Ulisse in patria' de Monteverdi visita el Palau de la Música Catalana y el Universo Barroco del CNDM de la mano de Fabio Biondi y Europa Galante

04 / 03 / 2023 - Mario MUÑOZ - Tiempo de lectura: 2 min

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Fabio Biondi Europa Galante Fabio Biondi como violín concertino de Europa Galante, junto al tenor Ian Bostridge © Europa Galante

Barcelona

Palau de la Música Catalana

Monteverdi: IL RITORNO D’ULISSE IN PATRIA
11_03 (En versión de concierto)

 

Madrid

Universo Barroco CNDM

Monteverdi: IL RITORNO D’ULISSE IN PATRIA
12_03 (En versión de concierto)

 

Ulisse / L’Umana Fragilità: Mark ­Padmore. Penelope: Sara Mingardo. Telemaco: Jorge Navarro Colorado. Amore / Melanto: Julieth Lozano. Eurimaco: Omar Mancini. Eumete: Mark Milhofer. Giunone / La Fortuna / Minerva: Giuseppina Bridelli. Ericlea: Francesca Biliotti. Nettuno: Jérôme Varnier. Afinomo: Nile Senatore. Pisandro: Vince Yi. Antinoo / Tempo: William Meinert. Iro: Tarik Bousselma. Europa Galante. Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana (Xavier Puig, director) / Coro de la Comunidad de Madrid (Dirección: Javier Carmena). Dirección: Fabio Biondi.

 

La ópera era un rastro de pólvora a mediados del siglo XVII. Lo cortesano que vio la luz con L’Orfeo había dejado paso a lo público, a lo festivo, a hablar del hombre en lugar del dios. Así nace, para el carnaval veneciano, Il ritorno d’Ulisse in patria genial ópera de un ya maduro Monteverdi que no reniega de la oscuridad del héroe con la que el Palau de la Música Catalana da un paso más en su ciclo dedicado al género lírico mientras el CNDM alcanza la segunda etapa de su trilogía monteverdiana. Todo de mano de Fabio Biondi y de su Europa Galante.

En la noche del 17 al 18 de julio de 1630 el ejército de Rodolfo de Colloredo tomó por sorpresa la Porta del Volto Oscuro, entrando en la ciudad. Poco después, las tropas imperiales iniciaban varios días de incendios y pillaje en el llamado Saqueo de Mantua. El inciendo de la biblioteca del Palacio Ducal en aquellos días ha privado poder conocer los pasos intermedios entre aquel magnífico monumento fundacional monteverdiano, L’Orfeo (1607), y una de sus dos óperas de madurez que quedan, Il ritorno d’Ulisse in patria (1640).

Más de 30 años en el espíritu curioso de Monteverdi dieron para mucho. En el interregno no solo cambió el modelo operístico (de la ópera cortesana a la pública), sino que los preceptos fundamentales se resignificaron: los héroes ya no eran siluetas planas sin profundidad, sino que portaban su cuota de oscuridad; aquí las heroínas no esperan pacientemente un regreso, porque recriminaban las faltas. Todos son, en definitiva, falibles y mortales, ya que comparten, como dice el libreto, “la factura humana”.

"Con esta obra el ciclo barcelonés Palau Ópera y el madrileño Universo Barroco del CNDM continúan con su viaje a las raíces del género"

Con esta obra el ciclo barcelonés Palau Ópera y el madrileño Universo Barroco del CNDM continúan con su viaje a las raíces del género en lo que acabará resultando un curso acelerado sobre historia de la música. Los parámetros estéticos serán similares a anteriores propuestas, con un reparto encabezado por dos grandes voces, Mark Padmore (Ulisse) y Sara Mingardo (Penelope). Fabio Biondi, al frente de su Europa Galante, será el encargado de acercar “la mejor ópera pública conservada de Monteverdi”, según afirma a ÓPERA ACTUAL el director italiano, “porque mantiene una correlación perfecta entre la belleza de la música y un texto deslumbrante. La orquestación de Il ritorno es muy sencilla, siguiendo el modelo de los teatros públicos de Venecia donde se estrenó, en los cuales las óperas se realizaban con unos efectivos orquestales muy pequeños. Hace unos años, cuando se estaba dando a conocer esta música, se optó por hacer una especie de ensalada de la partitura, enriqueciéndola por todas partes”, explica Biondi.
“Yo soy partidario de la pureza, de manejarse con esa poca orquestación que alcanza sobradamente para emocionar. He propuesto algo de tímbrica en algunos ariosos, y añadí cuatro trombones y dos flautas para marcar los momentos divinos y los pastorales. El resto, es confiar en la difícil tarea que tienen por delante los cantantes, porque su exigencia es doble: la del buen cantar y la del buen decir. En L’Orfeo vimos a Monteverdi crear una reproducción arqueológica de cómo debió ser el drama griego pensada para una sociedad de élite cultural. En Il ritorno tenemos la esencia de la belleza del canto y la música”, concluye.– ÓA