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La visionaria 'Katiuska' de Sagi regresa al Campoamor
La conocida producción de la opereta de Sorozábal se ambienta en una Ucrania en guerra en una triste coincidencia con la cruda realidad
Oviedo
Festival de Teatro Lírico Español
Sorozábal KATIUSKA
12, 14_05 (Teatro Campoamor)
Katiuska: Ainhoa Arteta. Sergio: Martín Nusspaumer. Pedro Stakof: Àngel Òdena. Bruno Brunovich: David Rubiera. Olga: Milagros Martín. Boni: Juan Noval-Moro. Amadeo Pich: Enrique Baquerizo. Tatiana: Amelia Font. Orquesta Oviedo Filarmonía. Coro Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo (Dirección: José Manuel San Emeterio). Dirección musical: Jaume Santonja. Dirección de escena: Emilio Sagi.
Regresa al escenario del Teatro Campoamor esta conocida producción de Emilio Sagi de la opereta de Sorozábal, en una triste coincidencia temporal con la guerra en Ucrania como telón de fondo. El reparto ideado por el Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo estará encabezado por Ainhoa Arteta.
Dice el aforismo que la realidad siempre supera a la ficción. Tanto, que de ninguna forma pudo Emilio Sagi pensar que su visión de la opereta de Sorozábal Katiuska, con un libreto que transcurre en Ucrania inmediatamente después de la revolución y que el director de escena sitúa “en un mundo destrozado por la guerra”, coincidiría con la actual invasión rusa.
Hay que remontarse 14 años atrás, a los prolegómenos del desembarco del regista ovetense en la margen derecha de la ría de Bilbao, para encontrar el germen de este montaje que este mes regresa al Campoamor. Sagi planeaba la que sería su primera temporada al frente del Teatro Arriaga, “y quería hacer Sorozábal”, rememora en conversación con ÓPERA ACTUAL. El renovador escénico y teatral de la zarzuela unía de nuevo su maestría a las innovadoras ideas musicales del compositor vasco. Todo para rescatar “una obra estupenda, que hacía mucho que no se hacía y que siempre se había representado cayendo en folklorismos que, hoy en día, no son aceptables”, explica.
El tema del éxodo de la aristocracia rusa –con dosis de cabaré parisino– que escribieron Emilio González del Castillo y Manuel Martí Alonso pasó por el tamiz de los recuerdos, alrededor de las historias que el padre de Emilio Sagi le había contado sobre el estreno de esta opereta en el Teatro Victoria de Barcelona en 1931, y la magia del cine de aquella época. Una suerte de “Romeo y Julieta entre la princesa zarista y el comisario bolchevique”, añade el director, hasta convertir a la protagonista en una nueva Lana Turner “capaz de alimentar la fantasía del público”. Un paso más en el camino para ver y abordar la zarzuela desde una nueva perspectiva.
Katiuska fue uno de los tres títulos que, en la primavera de 2020, no pudieron levantar el telón del Festival oventese por el confinamiento. Su reparto se mantiene prácticamente al completo, confiando en la presencia de Ainhoa Arteta para dar vida al rol titular en la que sería su primera producción tras superar los problemas de salud que la apartaron de los escenarios.
Con la orquesta Oviedo Filarmonía en el foso y a la batuta del maestro Jaume Santonja, Martín Nusspaumer, Àngel Ódena, David Rubiera, Milagros Martín, Juan Noval-Moro, Enrique Baquerizo y Amelia Font completan la nómina de artistas para esta reposición. Que, aunque conocida por el público, “nunca es del todo igual, al trabajar con la organicidad de quienes la interpretan para que se encuentren perfectos en ella”, apunta Sagi.
El color dorado de la moldura que enmarca la acción puede ser también metáfora del buen momento que, a juicio del director de escena, atraviesa la zarzuela, “si nadie lo fastidia”. Con creadores jóvenes “y nuevos títulos, como acaba de pasar en Oviedo con The Land of Joy”, y una media de edad que desciende, “aunque a la gente mayor tampoco hay que echarla, todo lo contrario”. A renglón seguido, una dosis de reivindicación: “No entiendo que, con la tradición y la respuesta que hay, en Oviedo se hagan solo dos funciones, porque la diferencia de gasto no es tanta”, sentencia.– ÓA
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