La Ópera de Oviedo estrena por fin su primer 'Fidelio'

El Año Beethoven finaliza lastrado por la pandemia, pero el Campoamor espera estrenar la única ópera del compositor alemán

03 / 12 / 2020 - Pablo GALLEGO - Tiempo de lectura: 3 min

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Butterfly Ermonela Jaho como protagonista de 'Madama Butterfly' en Peralada © Festival Castell de Peralada / Toti SOLER

Ópera de Oviedo
Beethoven: FIDELIO
10, 11, 13, 16, 19_12 (Teatro Campoamor)

Leonore / Fidelio: Christiane Libor. Florestan: Stuart Skelton. Don Fernando: Francisco Crespo. Don Pizarro: Martin Winkler. Rocco: Andrea Mastroni. Marzelline: Vanessa Goikoetxea. Jaquino: Moisés Marín. Orquesta Oviedo Sinfonía. Coro de la Ópera de Oviedo (Dirección: Esteban Urzelai). Dirección: Marc Piollet. Dirección de escena: Joan Anton Rechi.

La Ópera de Oviedo ha tenido que volver a reprogramar dos veces el título que pretendía estrenar en noviembre, Madama Butterfly, debido a las restricciones a las que obliga la pandemia. Si la situación se normaliza en el Principado de Asturias, la entidad lírica alternará la ópera de Puccini con el esperado estreno en el Campoamor de Fidelio de Beethoven, eso si el Gobierno autonómico permite abrir los teatros en las condiciones de aforo que posibiliten la viabilidad de ambos montajes.

La única ópera de Beethoven, compositor del que este 16 diciembre se celebra el 250º aniversario de su nacimiento, solo se ha presentado en Asturias en el desaparecido Festival de Música de la Universidad, y su puesta en escena era una de las cuentas pendientes de la temporada lírica. Además, podría ser el último montaje de este Año Beethoven: según el registro de Operabase, solo el Teatro Nacional de Praga, actualmente cerrado a consecuencia de la Covid-19 y sin fecha cierta de apertura, tiene programada esta ópera en fechas posteriores a las marcadas en el calendario de la Ópera de Oviedo.

"'Fidelio' se estrenará en el Campoamor con un reparto de campanillas liderado por Christiane Libor y Stuart Skelton"

Con un reparto de campanillas liderado por Christiane Libor y Stuart Skelton, la historia de Leonore / Fidelio y Florestan tuvo que pagar a la Covid-19 su primer peaje incluso antes de empezar los ensayos. Por lo ajustado de las fechas y su plan para compaginarla con las funciones de Madama Butterfly (con la que se ofrecerá en días alternos después de aplazar la ópera de Puccini por tercera vez), Fidelio tuvo que desprenderse de la producción originalmente prevista para presentarse en el Campoamor, a las órdenes del director José Carlos Plaza y proveniente del Teatro de La Maestranza. Una propuesta de la obra de Beethoven pensada para subrayar los aspectos esenciales de esta historia de fidelidad y lucha por la libertad, con Sevilla de fondo, ciudad en la que el libreto sitúa la prisión donde se desarrolla la trama. Ahora, el espacio escénico en el que Joan Anton Rechi plantea el drama de Butterfly, el bombardeado consulado americano de Nagasaki, tendrá que adaptarse a las necesidades de la ópera del genio de Bonn.

Chistiane Libor

Las interioridades y el arduo proceso compositivo de esta ópera –ver reportaje a la vida y obra vocal de Beethoven en este enlace y un análisis de la ópera Fidelio en este otro– contribuyen, junto a la unánime percepción sobre la dureza de las partituras del genio de Bonn para la voz, a alimentar el mito de Fidelio, un auténtico tour de force para los solistas. El canto y la orquesta «deben estar unido», explica a ÓA la soprano alemana Christiane Libor, la Leonore ovetense que, disfrazada como un guardia de la prisión llamado Fidelio, rescatará a su marido Florestan de una condena a muerte por razones políticas. Experta en esta ópera –Leonore fue el último papel que la soprano interpretó antes de la invasión del coronavirus, y será el primero que recupere ahora, tras pasar por una pérdida familiar como consecuencia de la pandemia–, Libor aconseja «involucrarse con la orquesta y entregarse a la música, sin intentar ser solista», para hablar el mismo idioma que Beethoven. «Entonces surgen sonidos increíbles», explica, «y puedo flotar en una ola de tonos y hundirme en ella. Entonces el canto de Leonora se hace fácil», apunta.

 

Stuart Skelton

Una realidad que quizá se deba a que, según el tenor Stuart Skelton –de quien aquí se recordará siempre su histórico Peter Grimes y que reemplaza a Jonas Kaufmann en El oro del Rin de París–, «Beethoven seguramente escribió para la voz como lo habría hecho para un instrumento de la orquesta, creo que debido a su falta de audición, para obtener la sensación física de la música». Para el tenor, el caballo de batalla es «la tesitura de una parte del aria» de Florestan, «que, por suerte, es bastante corta», bromea, «pero hay que tener cuidado y tirar de tu experiencia». Porque es su esposa en la ficción quien lleva el peso de la ópera. Un personaje que «es la encarnación de la fe y la fuerza», reconoce Christiane Libor, se está ante una mujer «que se rebela contra todas las adversidades y defiende la libertad y la justicia, convirtiéndose en un faro para la humanidad».

Eso fue, en cierto modo, lo que hizo la cultura durante los meses del confinamiento. El pago por los servicios prestados ha sido, «en el mejor de los casos, ser ahora ignorada casi en todas partes, cuando no castigada», censura Stuart Skelton. «Teatros como el Campoamor han estado liderando el camino para mantener viva la ópera, con reglas sensatas y fáciles de seguir, como también sé que ha pasado en Madrid o en Sevilla, pero incluso los mejores no pueden hacer nada cuando un gobierno irreflexivo los obliga a cerrar». Una situación triste e injusta, porque, afirma Libor, «necesitamos la música como el aire que respiramos».

El mensaje que Beethoven envió al mundo a través de Fidelio, plasmando en la música las emociones del ser humano, «sigue vigente a día de hoy», defienden ambos intérpretes. «Necesitamos personas valientes que se levanten por los demás, buscar la realización y la perfección a través de nuestros sentimientos más profundos, enarbolar la empatía y el amor en nuestras vidas, un mensaje enormemente importante para la sociedad actual», juzga la soprano. Porque «más que nunca, Fidelio nos recuerda que hay que luchar y sacrificarse para hacer lo correcto», sentencia Skelton.– ÓA