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La magia de la Cenicienta inunda Les Arts
'La Cenerentola' de Rossini recala en el coliseo valenciano con un reparto de estrellas y en un mágico montaje de Laurent Pelly
Palau de Les Arts
Rossini: LA CENERENTOLA
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Angelina: Anna Goryachova. Don Ramiro: Lawrence Brownlee. Don Magnifico: Carlos Chausson. Dandini: Carles Pachón. Clorinda: Larisa Stefan. Tisbe: Evgeniya Khomutova. Alidoro: Riccardo Fassi. Orquesta de la Comunitat Valenciana. Cor de la Generalitat Valenciana (Dirección: Francesc Perales). Dirección: Carlo Rizzi. Director de escena: Laurent Pelly.
El Palau de Les Arts presenta este mes de diciembre una producción de La Cenerentola de Laurent Pelly, bajo la dirección de Carlo Rizzi. Se trata de una nueva producción del teatro valenciano junto a la Dutch National Opera –donde se estrenó; ver trailer de la producción más abajo– y el Grand Théatre de Genève. Es, además, la única nueva producción de esta temporada y supone una apuesta clara por la modernización de las propuestas escénicas en Les Arts. Este es uno de los objetivos que se marcó Jesús Iglesias al llegar a la dirección artística del teatro, quien se propone atraer a directores de escena de prestigio internacional para actualizar los lenguajes estéticos que hasta su llegada habían predominado en el teatro valenciano, más centrados en el mundo italiano.
El reparto reúne a un elenco de cantantes especialistas en el canto rossiniano como son Lawrence Brownlee, Anna Goryachova o el veterano Carlos Chausson. Esta veteranía se combina con cantantes más jóvenes como Carles Pachón o Riccardo Fassi, o miembros del Centre de Perfeccionament como Larisa Stefan o Evgeniya Khomutova. En declaraciones a ÓA Carlo Rizzi, director musical de la producción, resalta que contará con un reparto «muy bueno, que reúne cantantes muy jóvenes, apenas salidos de la escuela, con profesionales que han hecho una vida en carrera, como Carlos Chausson. Cenerentola es una ópera que, sin buenos cantantes, es mejor no hacerla. Es una obra muy difícil, no solo desde el punto de vista virtuosístico, sino también del estilo. Recordemos que está llena de números de conjunto ya desde el primer número. Está el quinteto, el sexteto… Son todos fragmentos importantísimos en la composición rossiniana. Por eso no puede haber puntos débiles en el reparto, ya que se trata de una obra de conjunto».
Esta será la primera ocasión en la que el veterano barítono Carlos Chausson, Premio ÓPERA ACTUAL 2009, cantará en el Palau de Les Arts. Es sin duda uno de los grandes especialistas en el repertorio rossiniano, y lo mismo puede decirse del tenor estadounidense Lawrence Brownlee, uno de los más aclamados en el estilo belcantista. Debutó en Valencia en 2007, pero en el Palau de la Música, en el que interpretó Tancredi. En esta ocasión se pone en la piel de Don Ramiro. El tenor ya conoce esta producción firmada por Pelly porque interpretó el papel en el estreno de la producción en Ámsterdam. Por su parte, la mezzo rusa Anna Goryachova es también una de las más reclamadas en el repertorio rossiniano y ya ha interpretado la producción el pasado septiembre en Ginebra.
Con estos fichajes queda claro que existe una clara apuesta en la configuración del reparto por las figuras ascendentes del panorama nacional e internacional, que se complementa con el barítono Carles Pachón, Premio ÓPER ACTUAL 2018, y el bajo Riccardo Fassi.
Con esta Cenerentola Carlo Rizzi debutará en ópera en Valencia, pero ya había dirigido al Cor de la Generalitat y a la Orquesta de la Comunitat en el Requiem de Verdi, en 2013. «Ambos son magníficos», asegura el maestro. «La orquesta tiene una gran capacidad tanto técnica como musical, es muy dúctil, y esto es muy importante para Rossini, porque puede parecer un autor fácil y, sin embargo, es uno de los más difíciles».
La ensoñadora y divertida producción obtuvo en su estreno en Ámsterdam un éxito notable y, como se ha apuntado, llega a Valencia tras su paso por Ginebra donde pudo verse al comienzo de la temporada. «Es una producción magnífica, muy atenta a la música», continúa Carlo Rizzi. «Conozco a Laurent Pelly de otras producciones y es un gran director de escena con el que se trabaja estupendamente».
Rossini fue uno de los últimos grandes compositores italianos (solo por delante de Bellini), en incorporarse a la programación de Les Arts desde la apertura del teatro, en 2006. Fue precisamente con La Cenerentola de 2011, en una producción de Luca Ronconi proveniente de Pésaro. Desde entonces la obra del compositor belcantista ha ido ganado presencia y hasta el momento se han podido ver Il Barbiere di Siviglia en 2013, L’Italiana in Algeri 2014 y solo en una ocasión se ha programado un Rossini serio: Tancredi, en 2017. Su Viaggio a Reims fue al última obra interpretada en este escenario antes del cierre en marzo con motivo de la pandemia.
En la mente de Angelina
El regista Laurent Pelly llega a valencia con una propuesta escénica «que está basada sobre el sueño y lo onírico», según declara a ÓA. «El punto de partida es que todo surge de la mente de Angelina para hacerse realidad y al final se vuelve al punto de partida».
ÓA: Cenerentola es una historia bastante clásica. ¿Qué puede aportar hoy en día?
Laurent PELLY: Sí, es una historia clásica. Yo hace unos años dirigí la Cendrillon de Massenet, que es más cercana al cuento. Ahí hay algo más de moralismo cristiano. Hay que recordar que el título es Cenicienta o el triunfo de la bondad. La idea de que triunfe la bondad es algo muy subjetivo, creo que es eso de lo que trata.
ÓA: En el imaginario colectivo cuenta mucho la visión de la factoría Disney. ¿Cómo influye a la hora de poner esta ópera en escena?
L. P.: Disney ha sabido explotar los cuentos tradicionales de manera extraordinaria. Es verdad que cuando se pone en escena esta historia esa idea está presente, aunque más en la de Massenet, porque está más cerca del mito. En Rossini algo menos; se enriquece más el aspecto moral, aunque está lejos del cuento de Perrault. En cualquier caso, es un mito universal que tiene infinidad de versiones, incluso africanas. Es terrible reducir esta historia tan rica a la imagen que crea Disney. Además, no hay que olvidar la música. Es la que hace especial esta historia, porque es una música moderna, con cosas incluso surrealistas. Se cuenta una historia y la música hace que sea como un juego. En ocasiones los personajes cantan juntos para contarle al público lo que siente cada uno. Es algo mucho más rico que reducciones como la de Disney.
ÓA: En este mito hay un marcado elemento patriarcal. De hecho, Simone de Beauvoir critica este mito en El segundo sexo. ¿Es posible una lectura feminista?
L. P.: Es una pregunta difícil. No sabría qué decir. En esta ópera todo tiene un color muy propio del siglo XIX. El personaje de Angelina psicológicamente es difícil, casi un personaje autista que está centrada en esa idea del triunfo de la bondad de manera excesiva. A las cantantes del papel les digo que es un personaje que está obsesionado con esa idea. Para mí, toda esta historia del ascenso social es irreal. Por ello, al final de la obra, he intentado que en el rondó, que es tan difícil para la protagonista, se haga un resumen de toda la historia. De esa manera se percibe como una locura, como algo irreal. Al final en esta obra se habla del amor de una manera irreal, no hay elementos carnales, es todo virtual. Sin embargo sí que he montado otras óperas del siglo XIX y trabajado personajes principales femeninos de Donizetti u Offenbach ofreciendo lecturas que son más bien emancipatorias de la mujer respecto a la cultura del siglo XIX, pero en Cenerentola no he pensado en eso.– ÓA
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