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'La del manojo de rosas' cierra la temporada del Teatro Solís
El coliseo de Montevideo programa a finales de diciembre la zarzuela de Sorozábal con dirección escénica de Bárbara Lluch
Un año más, el Teatro Solís de Montevideo cierra su temporada con una zarzuela. El título escogido en esta ocasión es La del manojo de rosas de Pablo Sorozábal, en una nueva producción firmada por la barcelonesa Bárbara Lluch.
Una zarzuela dirigida por una directora de escena española. Con estos mimbres despide el año el Teatro Solís de Montevideo (Uruguay), que repite programando una obra del género español. La directora de escena Bárbara Lluch, que destacó recientemente con la premiada producción de La casa de Bernarda Alba de Miquel Ortega para el Teatro de La Zarzuela de Madrid, será la encargada de dirigir el montaje. «En otoño del año pasado recibí una llamada del maestro Martín Jorge, director de la Banda Sinfónica de Montevideo. Había visto La casa de Bernarda Alba y, para mi sorpresa y gran alegría, me invitó a dirigir La del manojo de rosas», comenta una entusiasta Bárbara Lluch a ÓPERA ACTUAL.
La del manojo de rosas se estrenará el 22 de diciembre y se podrá ver hasta el 29 con Martín Jorge dirigiendo la Banda Sinfónica de Montevideo y un elenco que cuenta con Sofía Mara como Ascensión, la florista pretendida por Joaquín quien, a su vez, estará interpretado por el barítono Alfonso Mujica. Su rival, Ricardo, corre a cargo de Santiago Vidal y la trama paralela, que tiene como protagonistas a Clarita, Capó y Espasa, irá a cargo de la soprano Sofía Drever, el tenor Andrés Papaleo y el actor Pablo Varrailhón respectivamente.
«Debo reconocer que estoy impaciente, algo abrumada, excitada y llena de ganas y de alegría», continúa la regista. «No solo por trabajar en el mítico Teatro Solís por primera vez, sino también por poner en pie esta obra maestra de Sorozábal que es La del manojo de rosas. Soy consciente de lo afortunada que soy de poder trabajar durante esta época tan complicada para la cultura y además de tener la posibilidad de hacer zarzuela en Latinoamérica». Será su primera experiencia con la zarzuela en Latinoamérica, pero no con la ópera. «Tuve el placer de encargarme de la reposición de la producción de Kasper Holten del Teatro Real coproducida con la Royal Opera House de Londres de Das Liebesverbot, de Wagner, en el Colón de Buenos Aires en 2017, y guardo un recuerdo maravilloso del teatro, el trabajo y la ciudad. También el trabajo de preparación con el Teatro Solís ha sido extenso, serio, con una fluidez de comunicación formidable y un trato humano excepcional».
La obra de Sorozábal, que recientemente ha subido también a las tablas del Teatro de La Zarzuela de Madrid, se estrenó en 1934 en el contexto de la Segunda República. «El marco en el que se escribió La del manojo de rosas fue como una ventana que se abrió desde España a Europa, al mundo. Habla tanto de la liberación de la mujer como de la clase obrera. Una ventana que, desgraciadamente, se cerró de golpe con la llegada de nuestra Guerra Civil. Aún hoy en día es difícil encontrar un personaje femenino tan dueño de su vida como el de Ascensión. Esta zarzuela está regada por aguas de libertades, optimismo y avances que circulaban por Madrid durante la Segunda República. Por esos acuíferos se coló también la segunda revolución industrial y nuestros corazones se llenaron de habaneras, foxtrot y pasodobles que se sumaron a nuestro chotis, jotas, seguidillas, fandangos».
«Mi puesta en escena resalta las relaciones humanas en una ciudad llena de diferencias sociales económicas y culturales. Con mujeres y hombres que afrontan el día a día con bravura, humildad, deseo, pasión y alegría. Una de las cosas más maravillosas de esta zarzuela es que se concibiera como un sainete. Tiene mucho más texto que otras zarzuelas y eso permite combinar lo mejor de ambos mundos. Mi anhelo es que disfruten tanto los que acuden a ver una zarzuela por primera vez como los que la consideran parte de su lenguaje emocional y cultural y tararean las melodías a este lado del Atlántico. Porque todos los espectadores, en cada rincón de España y en cada teatro de la América hispana somos herederos de esta tradición. Por todo esto, me tomo este encargo con mucha responsabilidad y, sobre todo, con mucho respeto. Ojalá nuestra La del manojo de rosas tenga una larga vida. ¡Ojalá!».– ÓA
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