NOTICIAS
ACTUALIDAD
Juana de Arco, fuego y lágrimas en el Real
Juanjo Mena dirige a la oscarizada Marion Cotillar, con 'regia' de Àlex Ollé, en el oratorio dramático de Honegger 'Jeannne d’Arc au bûcher'
Madrid
Teatro Real
Arthur Honegger: JEANNE D’ARC AU BÛCHER
07, 08, 10, 11, 12, 14, 16, 17_06
Jeanne d’Arc: Marion Cotillard. Padre Dominique: Sébastien Dutrieux. La Virgen: Sylvia Schwartz. Marguerite: Elena Copons. Catherine: Enkelejda Shkoza. Porcus: Charles Workman. Heraldo: Torben Jügens. Dirección de escena: Àlex Ollé.
Debussy: LA DAMOISELLE ÉLUE
Soprano: Camilla Tilling. Mezzosoprano: Enkelejda Shkosa.
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real (Coro Intermezzo. Dirección: Andrés Máspero / O. S. de Madrid). Dirección musical: Juanjo Mena.
Juanjo Mena dirige el oratorio dramático de Honegger, con regia de Álex Ollé y la oscarizada Marion Cotillard en el papel de la santa en una nueva producción del coliseo madrileño en coproducción con la Ópera de Frankfurt. La obra irá precedida por la cantata de Debussy La damoiselle élue.
Al director de orquesta Juanjo Mena el lenguaje de Arthur Honegger no le es desconocido. Hace unos años dirigió una de sus obras, El rey David, con la Bilbao Sinfonikoa, formación de la que fue titular. Este mes se enfrenta por primera vez a Jeannne d’Arc au bûcher (Juana de Arco en la hoguera), oratorio dramático estrenado en un periodo convulso, 1938, un año antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. La obra, qué paradojas se gasta la vida, fue encargada por Rubinstein, compositor nacido en Jarkov, una ciudad de Ucrania hoy reducida a ruinas, escombros y guerra. Qué paradojas se gasta la vida, sí. “Esta obra parte de una idea ucraniana. Y hoy posee plena actualidad. Nos muestra cómo está nuestra sociedad, con las atrocidades que podemos ver cada día. Es tremenda la deshumanización a la que estamos llegando”, comenta el director, actualmente titular del Cincinnati May Festival. “Con este espectáculo no nos vamos a quedar únicamente en la Edad Media, sino que hay una mirada al siglo XXI: vamos a transmitir lo que algunos tienen delante y no quieren ver, el fuego del fanatismo”, relata.
Mena considera fascinante la música que tiene entre manos, “la de un compositor que no se dejó influir por el impresionismo y que llega a parámetros propios a través de los que contar una bella historia. Además, era una invitación en toda regla a La Fura dels Baus para montar una ópera. La potencia que la obra posee es inmensa, por su diversidad, lo bien escrita que está y el equilibrio que demuestra”, cuenta a ÓPERA ACTUAL. Una potencia textual, musical y visual que Àlex Ollé –responsable de la regia–, dice, “multiplica por cuatro con un plantel de actores de enorme nivel. El espectáculo se asienta sobre dos plataformas, una de cristal, habitada por los seres espirituales y otra a ras de suelo, donde moran la destrucción y la intolerancia”.
Honegger no estará solo en escena, sino acompañado por Debussy, de quien se interpretará, a modo de prólogo, La damoiselle élue (La doncella bienaventurada). Ambas conforman un todo, según Mena: “La música de Debussy, en el centro de la composición francesa, resulta espectacular, única y un acierto que preceda a la obra de Honegger. Te produce ganas de llorar, no por tristeza, sino por la belleza que destila. El trabajo de La Fura nos ayuda a encarar nuestro presente, el mundo actual que tenemos delante con una sociedad carente de humanismo”.
Entre los instrumentos que se van a escuchar se incluyen ondas Martenot, “que nació a principios de 1900, como un pequeño piano, pero complejo de tocar. En la Sinfonía Turangalila, de Messiaen, que he dirigido, ya demostraba su potencia y efectividad. Aquí el sonido es muy distinto”, revela el maestro.
La fe de Marion Cotillard
En este bello oratorio, de una fuerza dramática inmensa, se eleva la figura de Juana, encarnada por Marion Cotillard, “personaje no cantado que se sitúa en el centro de la obra”, continúa Juanjo Mena. “Aquí no vamos a ver a la actriz de Hollywood, sino un trabajo completamente alejado de ese glamour. Ella posee una enorme fuerza y potencia que imprime al texto. Su presencia es la guinda perfecta para cerrar esta unidad de Honegger y Debussy”, señala.
La intérprete se crece cuando vive dentro de la doncella de Orleans. Su aparente timidez, fragilidad y candidez se rompen en pedazos para dejar paso a una mujer fuerte que grita, que no entiende, que sabe el final que la espera, que sufre y llora. En el Auditori de Barcelona ya lo llevó a escena en 2012. “Fervor es la palabra con la que definiría a Juana. Me parece admirable”, recuerda la actriz. “De niña me hablaban de ella en la escuela y ya me interesaba su capacidad para influir en un país y liderar un ejército”, asegura. “Juana de Arco estaba muy conectada con su fe. Admiro profundamente a la gente que se guía por una fe inquebrantable. Es una de las grandes experiencias de mi vida como actriz”, explica sobre este personaje, de una gran tensión y para el que es necesario “hallar un espacio entre el canto y la partitura, un equilibrio que te impida ser arrastrada por ese río que se desata en el escenario… Es importante encontrar tu propio fluir para mantener un ritmo con la música”, destaca Cotillard.– ÓA
NOTICIAS RELACIONADAS