NOTICIAS
ACTUALIDAD
'I Puritani', cumbre belcantista en la Ópera de Oviedo
Después de inaugurar la temporada ovetense, Emilio Sagi vuelve ahora al Campoamor con su visión de la última ópera de Bellini
Ópera de Oviedo
Bellini I PURITANI
28_09, 01, 04, 07, 09, 10_10 (Teatro Campoamor)
Elvira: Irina Lungu / Beatriz de Sousa. Lord Arturo Talbot: John Osborn / Alasdair Kent. Sir Riccardo Forth: Dalibor Jenis / Carlos Daza. Lord Gualtiero Valton: Luis López Navarro. Sir Giorgio: Luca Tittoto / Dominic Barberi. Sir Bruno Robertson: Facundo Muñoz. Enrichetta di Francia: Laura Vila. Orquesta Oviedo Filarmonía. Coro de la Ópera de Oviedo (Dirección: Esteban Urzelai). Dirección: Iván López-Reynoso. Dirección de escena: Emilio Sagi.
John Osborn e Irina Lungu protagonizan en la capital asturiana la última ópera de Bellini, y lo hacen en una cristalina producción de Emilio Sagi, con el mexicano Iván López-Reynoso al frente de la Orquesta Oviedo Filarmonía. Con esta propuesta, I Puritani regresan al Campoamor tras 20 años de ausencia. Hay que remontarse dos décadas atrás, en concreto hasta la temporada 1999-2000, para saber cuándo se escucharon por última vez momentos líricos tan populares como “Qui la voce” y “A te, o cara”, de la ópera I Puritani, la última escrita por Vincenzo Bellini. La espera ha finalizado, porque el drama de Elvira y Lord Arturo Talbo, en el contexto de la revolución puritana en la Inglaterra del siglo XVII, es el protagonista el mes de octubre en la Ópera de Oviedo.
El regreso a las tablas ovetenses de esta obra maestra del bel canto romántico, que contará con un segundo reparto y entradas a más bajo precio en el llamado Viernes de ópera, viene acompañado por una función extra sobre las originalmente previstas. Una tónica que se repetirá durante toda la temporada asturiana, ante las restricciones de aforo (600 butacas, poco más del 40 por cien de la capacidad de la sala) asociadas al control de la Covid-19, para garantizar la necesaria distancia entre asistentes. Y también llega con cambios en la pareja protagonista, tras la incorporación de John Osborn en la parte de Arturo, en lugar de René Barbera, cantante que en principio tenía que haber sustituido a Yijie Shi, tenor anunciado cuando se presentó la temporada.
Osborn regresará en Oviedo a la piel de un personaje que conoce desde hace años. “Cantar esta ópera es enfrentarse, en cada función, a una partitura absolutamente exigente, con la obligación de transmitir toda su nobleza y hacer parecer sencillo uno de los papeles más difíciles del repertorio belcantista”, explica el cantante estadounidense a ÓPERA ACTUAL. Arturo es uno de los roles más reconocibles en su carrera, y con él vuelve al escenario tras el parón causado por la pandemia.

Irina Lungu
Lo mismo sucede en el caso de la soprano Irina Lungu, quien destaca el reto de “unir el virtuosismo y la pureza del sonido, en la pirotecnia vocal asociada al papel de Elvira, con el profundo sentido lírico del personaje”. La interrupción en las temporadas debido a la crisis del coronavirus añade, en opinión de la soprano, un obstáculo extra a una partitura endiablada, “porque tantos meses lejos del escenario complican la obligación del cantante de mantenerse en forma, algo especialmente importante en óperas como esta”.
La dirección musical correrá a cargo del mexicano Iván López-Reynoso, principal director invitado de la orquesta Oviedo Filarmonía, formación que estará en el foso del Campoamor para dar vida, según sus palabras, “a esta cúspide del bel canto que busca constantemente la fascinación a través de la máxima emotividad vocal”. “Hacer ópera de nuevo después de tantos meses es un gran regalo”, reconoce el maestro, que buscará “dar a la música el suficiente peso, el carácter y la emotividad capaces de sostener las líneas de canto para que los solistas tengan en la orquesta una cómplice más que un acompañamiento”.
I Puritani fue la ópera con la que el director de escena Emilio Sagi debutó en 1988 fuera de España, y será su última propuesta sobre este título, en una coproducción del Teatro Real de Madrid con el Municipal de Santiago de Chile, la que se vea en Oviedo… Aunque sin la escenografía completa creada por Daniel Bianco. Por las estrecheces de la caja del Campoamor se ha tenido que prescindir del entorno de espejos negros que rodean y reflejan la acción. El vestuario será el original, imaginado por la recientemente desaparecida Pepa Ojanguren.
Para Sagi esta “es una ópera hecha de cristal, con un fuerte componente hipnótico capaz de emocionar al público”. Y su propuesta explota ese aire nostálgico, “tratando de hacerla tan bella como la música de Bellini”. Como en la escena en la que Elvira mece a la luna entre sus brazos, como si fuese un niño, antes de depositarla con cuidado en el interior de una jaula. Una imagen inspirada en el cuadro Papilla estelar, de la pintora surrealista Remedios Varo, en la que una mujer, suspendida en la niebla, da de comer a una luna también enjaulada.
Como apunte final y prueba de la vinculación histórica de I Puritani con la larga historia del Teatro Campoamor, cabe recordar que la tertulia musical nacida en 1948 y compuesta por destacados aficionados a la lírica acabaría llevando ese nombre, Los puritanos, tras firmar así, en la prensa local de 1955, una carta de protesta contraria a cómo se gestionaban las funciones. La misiva acabó causando la dimisión del entonces presidente de la Comisión Municipal de Ópera, que en ese momento ya tenía casi cerrada la temporada con el empresario Fabio Ronchi, objetivo de aquellas críticas. La tertulia sobrevivió, en diferentes cafés de la ciudad, 45 años más. Justo hasta la temporada de los últimos Puritani.
185 años sin Bellini
En la edición de septiembre de ÓPERA ACTUAL se recordaba la vida y obra de Vincenzo Bellini, uno de los compositores más importantes de la lírica internacional, clave en el desarrollo de las diferentes corrientes del Romanticismo musical europeo. El creador de las embriagadoras melodías que articulan I Puritani murió prematuramente, antes de cumplir los 34 años, y poco después de haber estrenado el título que ahora propone la Ópera de Oviedo. Pero a pesar de esa muerte precipitada y de un legado que se limita a solo diez óperas, su huella es suficiente como para transformar su música en fundamental. Su obra, además, le distingue como uno de los primeros compositores que logran imponer credibilidad a su teatro musical al hacer creíble el canto como vehículo de expresión, incluso cuando este llega al paroxismo propio del estilo, con una línea cargada de virtuosismo y ornamentos. En las obras bellinianas la voz expresa aquello que siente el personaje y que no puede oírse en el teatro de prosa, adelantándose incluso a la revolución wagneriana. El autor de Tristan, pero también otros creadores tan dispares como Berlioz, Chopin o Verdi, se interesaron en la obra belliniana y analizaron sus inacabables melodías, sueño de toda prima donna. * P. M.-H.
NOTICIAS RELACIONADAS