El poder perpetuo de 'El rey que rabió' vuelve a La Zarzuela

La obra de Chapí se ofrece en una nueva producción del coliseo madrileño a cargo de Bárbara Lluch, con el mexicano Iván López Reynoso en el podio

31 / 05 / 2021 - Mario MUÑOZ - Tiempo de lectura: 3 min

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REY ZARZUELA Diseño escenográfico de la nueva producción de 'El rey que rabió' en el Teatro de La Zarzuela © Teatro de La Zarzuela / Juan Guillermo NOVA
REY ZARZUELA Diseño escenográfico de la nueva producción de 'El rey que rabió' en el Teatro de La Zarzuela © Teatro de La Zarzuela / Juan Guillermo NOVA
REY ZARZUELA Diseño escenográfico de la nueva producción de 'El rey que rabió' en el Teatro de La Zarzuela © Teatro de La Zarzuela / Juan Guillermo NOVA

Madrid

Teatro de La Zarzuela
Chapí: EL REY QUE RABIÓ
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El rey: Enrique Ferrer / Jorge Rodríguez- Norton. Rosa: Rocío Ignacio / Sofía Esparza. El General: Rubén Amoretti / Miguel Solá. María: María José Suárez. Jeremías: José Manuel Zapata. El Almirante: Carlos Cosías. El Intendente: Igor Peral. El Gobernador: José Julián Frontal. Juan: Sandro Cordero. El Alcalde: Pep Molina. Paje: Ruth González Mesa. El Capitán: Alberto Frías. El Corneta: Antonio Buendía.
Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro Titular del Teatro de La Zarzuela (Dirección: Antonio Fauró). Dirección musical: Iván López Reynoso. Dirección de escena: Bárbara Lluch.

 

La crítica al poder se puede sustanciar de muchas maneras. Desde ese Duque maldito del Rigoletto que se escondía tras la pluma de Victor Hugo en El Rey se divierte hasta este más desprejuiciado Rey de Chapí que quiere conocer mundo para escapar del marasmo y el aburrimiento. Con una partitura esplendorosa vuelve al Teatro de La Zarzuela El Rey que rabió, uno de los títulos imprescindibles del género.

Era Audrey Hepburn quien conducía alocadamente aquella Vespa y revolucionaba las calles de Roma con su sonrisa y la de Gregory Peck en la inolvidable escena de Vacaciones en Roma, escrita por Dalton Trumbo en la sombra. La fábula del rey (o princesa) que escapa de sus obligaciones de estado e intenta conocer el mundo por sí mismo es de las más recurrentes, y siempre ha servido como marco de una reflexión mayor: la del poder que se perpetúa más por inercia que por pertinencia. Bajo ese paraguas de sarcasmo se refugiará Ruperto Chapí para criticar al orden establecido en El Rey que rabió gracias a ese joven príncipe que huye de su aburrimiento disfrazándose de pastor y mezclándose con la plebe, momento en el que se enamora de una campesina. A partir de ahí, el delirio del absurdo libretístico se abre paso, con el alistamiento del rey en su propio ejército y su posterior deserción.

Para su música, Chapí se rodea de una compleja brillantez orquestal que pretendía internacionalizar el género y encontrar un camino que no dejara atrás ni los cimientos construidos por Barbieri, Oudrid o Arrieta ni a los nuevos públicos de las atestadas ciudades. Ramón Carrión y Vital Aza, poetas que dominaban el ambiente de zarzuela grande y de chica, dieron el aire paródico y sumaron una mirada teñida de nostalgia al reinado de Alfonso XII. Se estrenará en abril de 1891.

Rocío Ignacio: "Rosa es capaz de hacer lo que sea por amor, pero cuando descubre el engaño renuncia a él por la falta de sinceridad. No se entregará hasta disipar las dudas"

El contrapeso a este rey de fábula, más allá de su propio gobierno (ese que gritará, como en todo tiempo, «Hagamos, todo, ¡menos dimisión!»), es el personaje de Rosa, la campesina de quien se enamora. «Rosa es una mujer del pueblo, sencilla y con carácter, que sobrelleva a la familia y a los amigos sabiendo perfectamente lo que quiere», comenta a ÓPERA ACTUAL Rocío Ignacio, la encargada de darle vida en el primer reparto. «Pero esta fachada se derrumba cuando conoce al rey y se enamora locamente de él. Es capaz de hacer lo que sea por amor, pero cuando descubre el engaño renuncia a él por la falta de sinceridad. No se entregará al amor hasta haber disipado todas las dudas».

Rocío Ignacio

«En su traslado a la partitura», continúa en su análisis la cantante sevillana, «Chapí le otorga la línea de una lírica pura, con una tesitura muy centrada con gran lirismo, como en los dúos con el rey y en su aria, escrita muy delicadamente sin sacrificar el cuerpo de la voz. Es una partitura muy rica, con muchos números de conjunto, algunos muy costumbristas. Pero es en los momento más íntimos donde realmente Chapí muestra su capacidad para aportar belleza a la línea de canto«, concluye.

El director mexicano Iván López Reynoso creció bajo el alero musical de la compañía de Pepita Embil, la madre de Plácido Domingo. Melómano antes que músico, fraguó con la zarzuela un vínculo que no le cuesta explicar: «Es un género realmente hermoso con partituras memorables, todos los cantantes y directores hispanos deberíamos acercarnos a él más a menudo», defiende el director. Tras un año con mucha presencia en España (I puritani en Oviedo, Così en Sevilla, o acompañando a Javier Camarena en Madrid), desembarca en el Teatro de La Zarzuela para poner música al montaje de Bárbara Lluch.

La dirección de un convencido

Ante esta obra maestra, el director asegura que «nos encontramos ante una de las partituras más queridas del repertorio lírico español, creo que porque se trata de una obra de teatro musical fantásticamente bien lograda, con una partitura en la cual hallamos el balance ideal entre el texto y la música», explica a ÓA. «En El rey que rabió lo dramático está muy bien correspondido con la acción musical; tiene momentos de gran lirismo que se contrapesan con otros más románticos y expresivos. Pero no es lo único, porque también se van alternando los momentos cómicos –como el cuarteto del primer acto–, los brillantes números de conjunto y los espectaculares coros. Es una partitura muy redonda, que encuentra un balance entre lo romántico y la chispa y la ligereza. Además se acompaña de un texto maravilloso que funciona en cualquier época. En resumen, un ejemplo de flexibilidad y madurez del maestro Chapí».

Enrique Ferrer, Jorge Rodríguez-Norton, Sofía Esparza, Rubén Amoretti, María José Suárez o Miguel Solá completarán los dos repartos de esta sátira soberana en forma de elogio a la celebración. Y que «¡Viva la libertad!», tal y como exclamará el propio rey durante el primer acto.– ÓA