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El mundo de la lírica, consternado por el fallecimiento de Teresa Berganza
Los teatros españoles e internacionales expresan su pésame a la familia de la mezzo madrileña, fenecida el pasado viernes
Teresa Berganza había dejado constancia a su familia de su intención de despedirse de este mundo con discreción, pero su grandeza y legado han impedido que sus colegas y todo tipo de instituciones hayan querido demostrar su dolor por el fallecimiento de la mezzo madrileña el pasado viernes 13 de mayo. Los teatros españoles, además de muchos internacionales, han demostrado su cariño por una de las grandes figuras del canto expresando sus condolencias y recordando el paso de Berganza por sus escenarios.
Una de las primeras entidades en mostrar su dolor por el último adiós de Teresa Berganza fue el Teatro Real de Madrid, cuyo presidente, Gregorio Marañón, se manifestó desolado por su pérdida: «La conocí cuando ella tenía 17 años y era discípula de Lola Rodríguez de Aragón. Traslucía, ya entonces, un fascinante mundo de voces, música y emociones. Mucho más tarde, fui compañero suyo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y, finalmente, compartí con Teresa el proyecto del Teatro Real, del que era Patrona de Honor, habiendo participado también en la creación de la Fundación de Amigos del Teatro Real. Conservaré en la memoria del corazón, la admiración, el agradecimiento y el cariño inmenso que siempre he sentido por ella».
El director artístico del coliseo madrileño, Joan Matabosch, expresó su tristeza por el fallecimiento de la mezzo madrileña y se ha unido al dolor de su familia, amigos, artistas y público de todo el mundo, «huérfanos hoy de su voz, su arte, su vitalidad y su alegría». El Teatro Real dedicará la edición de este año de su Semana de la Ópera a Teresa Berganza y ha puesto a disposición de los aficionados de manera gratuita en su plataforma MyOperaPlayer la grabación de la Gala de Homenaje a la artista celebrada el 21 de junio de 2013 con motivo del 80º cumpleaños de Berganza.
Quien fuera director del Teatro Real, Juan Cambreleng, ha lamentado en declaraciones a ÓPERA ACTUAL «la tristísima noticia» del fallecimiento de Berganza, «figura irrepetible de la lírica y ejemplar humano de primera magnitud». El gestor, que también estuvo al frente del Teatro Pérez Galdós y del Teatro Verdi de Trieste, destaca de la mezzo «su espléndida y peculiar voz, su técnica, su fraseo, su capacidad escénica y su carácter y simpatía».
Cambreleng tampoco olvida la disposición de Berganza «a enseñar, aconsejar o guiar a cantantes o aspirantes a cantantes jóvenes que se acercaron a ella». «No solo enseñaba canto —rememora—, también cultura musical y otros aspectos que podían convenir a la artista o al joven que le pedían consejo».
También tiene elogios Cambreleng para el carácter de la mezzo, «un modelo de profesionalidad, lo que le costó muchos disgustos e incomprensiones y ataques». Recuerda el gestor que «tenía un carácter fuerte, en tanto que poseía y respetaba unas convicciones artísticas y morales que no le permitían disimulo o hipocresías, y esto no la hacía cómoda ni acomodaticia». «La última demostración de su carácter singular —añade— ha sido el deseo manifestado por escrito a sus hijos de que no quería funerales o actos de entierro de cara al público sino en la más estricta intimidad. Confieso que me ha costado aceptar este deseo porque pienso que se merecía la compañía de cuantos la hemos querido y admirado pero si fue su voluntad bien está».
El Gran Teatre del Liceu, en el que Berganza debutó con La Cenerentola en la temporada 1970-71, también recordó la figura de la mezzo, a quien incluyó en el «parnaso de las voces españolas más internacionales» y la ascendió a categoría de «mito a quien hoy despedimos». El mismo día del deceso, el Teatro de La Zarzuela dedicó la función prevista para esa noche de Don Gil de Alcalá a Berganza. El director artístico del coliseo madrileño, Daniel Bianco, desde el escenario y en los instantes previos al inicio de la representación, se refirió a la intérprete como «una de las grandes voces de la lírica mundial» y «embajadora de la lírica española en el mundo». El responsable del teatro solicitó al público presente no un minuto de silencio sino una ovación, porque «el aplauso premia como ningún otro trofeo el arte y la humanidad de una gran artista».
Berganza también forma parte de la historia del joven Teatro de La Maestranza de Sevilla, en cuya gala de inauguración, en 1991, participó junto a Pilar Lorengar, Montserrat Caballé, Pedro Lavirgen, Juan Pons, Plácido Domingo, Josep Carreras, Jaime Aragall y Juan Pons. El coliseo andaluz recordó en sus redes sociales ése y otros «momentos inolvidables» vividos con la mezzo, como la representación de Carmen en 1992 con el citado Carreras, con Domingo en el podio y en un montaje de Núria Espert.
El Palau de Les Arts hizo referencia en sus condolencias a algunos de los grandes triunfos de la carrera artística de Berganza —«la Cherubino de Karajan, la Carmen de Abbado… la gran dama de la zarzuela»—, mientras que ABAO Bilbao Ópera también incidió en la labor educativa de la mezzo: «su legado artístico va más allá de sus actuaciones sobre el escenario, ya que varias generaciones de cantantes se han enriquecido con sus sabios consejos».
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