El Madrid goyesco de Echanove desembarca en Oviedo

La propuesta del actor y director de teatro de 'Pan y toros' renace en Oviedo para inaugurar el Festival de Teatro Lírico Español de la capital del Principado

17 / 02 / 2023 - Mario MUÑOZ - Tiempo de lectura: 3 min

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panytoros-teatrodelazarzuela-operaactual (1) Una escena de la nueva producción del Teatro de La Zarzuela de 'Pan y toros' © Teatro de La Zarzuela / Elena DEL REAL

Oviedo

Festival de Teatro Lírico
Barbieri: PAN Y TOROS
23, 25_02

Doña Pepita: Yolanda Auyanet. Princesa de Luzán: Cristina Faus. Capitán Peñaranda: Borja Quiza. La Tirana: María José Suárez. Goya: José Julián Frontal. Duquesa: Bárbara Fuentes. Abate Ciruela: Enrique Viana. Corregidor Quiñones: Pedro Mari Sánchez. Pepe-Hillo: Carlos Daza. Pedro Romero: Pablo Gálvez. Costillares: Abraham García. El General: Pablo López. El Santero: Alberto Frías. Jovellanos: César Sánchez. La Madre: Lara Chaves. El padre: Sandro Cordero. Orquesta Oviedo Filarmonía. Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo (Dirección: (José Manuel San Emeterio). Dirección musical: Virginia Martínez. Dirección de escena: Juan Echanove.

 

El Madrid goyesco de Pan y toros renace en Oviedo para inaugurar el Festival de Teatro Lírico Español de la capital del Principado, cuyo Teatro Campoamor recibe la propuesta de Juan Echanove estrenada en octubre en la zarzuela.

En Pan y toros Francisco Asenjo Barbieri acoge un denso entramado político como excusa para sobrevolar las dificultades cotidianas del pueblo, los fantasmas de una nación que buscaba su sitio bajo la pátina de nostalgia que adornaba el pincel de Goya. En lo musical, tal y como informaba ÓPERA ACTUAL antes del estreno de esta producción en octubre del año pasado, la obra es el trabajo más maduro del compositor que se sirve del retrato del duelo entre liberales y reformistas para dejar atrás los inevitables tics musicales italianizantes y mostrar una voz propia que se nutre de la música popular, pero sin convertirse en un compendio folclorista. El libreto de José Picón juguetea con la sátira como herramienta de crítica política y social, algo que le ocasionó no pocos problemas durante la década de 1860.

El montaje del madrileño Teatro de La Zarzuela que inaugura el 30º Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo (ver reportaje en páginas 54 y 55) contará con la dirección musical de Virginia Martínez (entrevista en páginas 48 y 49) y lleva la firma del popular actor y director teatral Juan Echanove, quien afirmaba que Pan y toros era su sexta producción como director de escena, aunque representaba su debut en el género zarzuelístico. Ante el estreno en Madrid aseguraba que se aproximaba a la obra de Barbieri “con humildad, capacidad de decisión y espíritu de aprendizaje”, matizando que “el teatro, en general, mantiene unos códigos claros que se pueden aplicar a todo lo que se hace sobre la escena. El único cambio, en este caso, es que hay que tener en cuenta aspectos musicales, conocer cuál es la armonía, el desarrollo de la partitura y de los textos para, con todo ello, narrar una historia que conmueva al espectador”.

© Teatro de La Zarzuela / Elena DEL REAL

Una escena de 'Pan y toros' en el montaje de Juan Echanove

Con los ojos de Goya

Respecto de la obra de Barbieri, Echanove considera que se trata de un título fundamental “que cuenta una parte de la historia de España en la que las intrigas, las sucesiones y las camarillas de Palacio eran la norma; un tiempo en el que el rey reinaba pero gobernaba Godoy. Lo fascinante es que todo este caldo político, que revertía finalmente en el sufrimiento y en la pobreza de la gente, Goya lo pintó, ¡Goya estuvo allí! Y estuvo en todos los bandos: pintaba el cerrado mundo de la corte borbónica en Palacio, y también todo lo que su alma atormentada imaginaba con el lápiz en sus caprichos e imágenes. Eso es lo que hace tan especial a Pan y toros, ese discurso profundamente español que refleja algo que a día de hoy todavía se contempla en las calles: somos un país de intrigas, de espías, que se ve obligado no a amarse los unos a los otros, sino a amarse a pesar de los otros”.

La visión de Echanove se complementa con la escenografía propuesta por Ana Garay, “basada en Goya, en la belleza, la armonía y las imágenes que hagan al espectador adentrarse en una vía emocional parar vibrar todavía más si cabe con esta zarzuela”.– ÓA