El atormentado Hoffmann de Pelly regresa al Liceu

La ópera de Offenbach podrá verse en un montaje de Laurent Pelly con dos repartos y bajo la batuta de Riccardo Frizza

12 / 01 / 2021 - Lourdes MORGADES - Tiempo de lectura: 3 min

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Hoffmann Una escena de la producción de Laurent Pelly de la ópera de Offenbach en el Liceu © Gran Teatre del Liceu / Antoni BOFILL

Gran Teatre del Liceu
Offenbach: LES CONTES D’HOFFMANN
18, 19, 20, 21, 25, 26, 28, 30, 31_01, 01_02

Hoffmann: John Osborn / Arturo Chacón-Cruz. Antonia: Ermonela Jaho. Giulietta: Nino Surguladze / Ginger Costa-Jackson. Olympia: Olga Pudova / Rocío Pérez. Stella: Adriana González / Elena Sancho Pereg. Lindorf / Coppélius / Doctor Miracle / Capitán Dapertutto: Aleksander Vinogradov / Roberto Tagliavini. La musa / Nicklausse: Marina Viotti / Carol García. La voz de la tumba: Laura Vila. Spalanzani: Francisco Vas. Crespel / Luther: Alexey Bogdanov. Peter Schlémil / Hermann: Carlos Daza. Andrès / Cochenille / Frantz / Pitichianaccio: Vincent Ordonneau. Nathaneël: Roger Padullés. Orquestra Simfònica del Gran Teatre del Liceu. Cor del Liceu (Dirección: Conxita Garcia). Dirección: Riccardo Frizza. Dirección de escena: Laurent Pelly.

Obra cumbre del repertorio francés, Les contes d’Hof­fmann regresa al Gran Teatre del Liceu en la producción firmada escénicamente por Laurent Pelly, que el coliseo lírico barcelonés estrenó en febrero de 2013 y que era un homenaje de la que el propio director de escena francés había estrenado una década antes en la Opéra de Lausanne. Un montaje con toques expresionistas inspirado en la obra del pintor simbolista belga Léon Spilliaert, que el tenor estadounidense John Osborn, protagonista de la ópera de Offenbach en el Liceu, conoce bien, porque ya lo cantó a finales 2013 en la Opéra de Lyon, coproductor con el Liceu y la Ópera de San Francisco de la puesta en escena, y en Tokio en una gira por Japón del coliseo francés.

© Zemsky / Green

John Osborn

«Amo esta versión de Pelly y cómo el director de escena introduce su dramaturgia en la épica de la obra», señala Osborn sobre la decisión del director de escena de transformar los cuatro episodios que narra la ópera en una sola historia en la que el personaje de Hoffmann adquiere la personalidad atormentada e insatisfecha del poeta romántico, marginal y alcohólico que sirve de inspiración al personaje, Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, conocido como E.T.A. Hoffmann. La pandemia de la Covid-19 obligará a hacer retoques en la dirección escénica, que el director musical Riccardo Frizza asegura «no van a afectar al espíritu del concepto de Laurent Pelly». Frizza se enfrenta por segunda vez a la ópera de Offenbach. Su debut dirigiendo Les contes d’Hoffmann tuvo lugar en abril de 2012 en el Theatre an der Wien en una producción dirigida escénicamente por el cineasta estadounidense William Friedkin. Desde entonces, Frizza ha madurado esta obra que califica de «ópera fantástica», y que asegura es «muy complicada a la hora de sostener el arco de todos los cuentos sin que decaiga la tensión. Depende de la estructura, porque es una ópera con muchas páginas en las que se puede sustituir una aria por otra, recitativos por diálogos. Es muy importante escoger la versión más teatral».

Offenbach dejó inacabada la partitura a su muerte. Ernest Giraud se encargó de orquestarla, amén de añadir los recitativos y algunas páginas, como la célebre Barcarola, que extrajo de una opereta olvidada de Offenbach. Pero las copias de la partitura orquestal de Les contes d’Hofmann se quemaron en sendos incendios, en diciembre de 1881 en el Ringtheater de Viena y en 1887 en la Sala Favart de París, sede de la Opéra Comique. Ello ha originado que circulen desde principios del siglo XX diversas versiones, cada una con una distribución diferente de arias, recitativos y diálogos.

© Joan TOMÀS

Riccardo Frizza

El Liceu presenta la versión considerada definitiva de la ópera, obra del musicólogo estadounidense Michael Kaye, publicada en 1992 y ampliada con nueva música recuperada en 1999. Versión que ya dirigió Frizza en Viena. «Cuando me enfrenté por primera vez a la ópera me encontré en Miami con Kaye y el principal consejo que me dio fue que debía conocer muy bien el libreto para poder imprimir el carácter adecuado a la ópera. Es la clave para abordar cualquier ópera, pero en especial Les contes d’Hoffmann: conocer el texto y lo que hay detrás del texto, su propósito», asegura el director italiano.

John Osborn también conoce la versión de Kaye en cinco actos que ya cantó en la Opéra de Lyon, pero su debut en el personaje de Hoffmann lo hizo en 2013 en la sala Pleyel de París con la versión realizada por el estudioso de Offenbach Jean-Christophe Keck, publicada por Boosey and Hawkes, y estrenada por Marc Minkowski en 2003. Fue precisamente el director francés quien reclamó a Osborn para cantar por primera vez el papel de Hoffmann. «Ya cantaba regularmente repertorio francés cuando interpreté el tremendamente difícil papel de Raoul de Nangis de Les huguenots de Meyerbeer. Minkowski me dirigió en La Monnaie de Bruselas y me ofreció interpretar el rol de Hoffmann en una versión en concierto en la Salle Pleyel. Era un papel que soñaba con cantar, ¿cómo podría negarme?», recuerda.

El tenor estadounidense asegura que el de Hoffmann es un «un papel complejo y satisfactorio en todos los aspectos. El personaje vive diferentes aventuras y amores en los cuentos, los cuales constituyen auténticos desafíos dramáticos, a la par que vocales por la diversidad dramática de las escenas. Pero el mayor desafío reside en que es un papel muy largo y obliga a medir las fuerzas para llegar al final con el suficiente poder y estilo para lanzar una última estrofa de Kleinzack al final de la noche. He de admitir que acabo agotado al acabar este tour de force que son Les contes d’Hoffmann«, reconoce John Osborn.– ÓA