NOTICIAS
ACTUALIDAD
Don Giovanni en el Real, y en el bosque de su conciencia
La ópera de Mozart vuelve al teatro madrileño con su bosque metafórico, parada de autobús sin destino y un antihéroe moribundo que seduce, conmueve y desagrada
Teatro Real
Mozart: DON GIOVANNI
18, 20, 23, 26, 27, 28, 29, 30_12 ; 02, 03, 04, 07, 08, 09, 10_01
Don Giovanni: Christopher Maltman / Adrian Eröd. Leporello: Erwin Schrott / Marko Mimica. Donna Anna: Brenda Rae / Adela Zaharia / María José Moreno. Don Ottavio: Mauro Peter / Airam Hernández. Donna Elvira: Anett Fritsch / Federica Lombardi. Zerlina: Louise Alder / Marina Monzó. El comendador: Tobias Kehrer / Goran Juric. Masetto: Krysztof Baczyk / Cody Quattlebaum. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real. (Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid). Dirección musical: Ivor Bolton. Dirección de escena: Claus Guth.
Un Leporello aterrado ante la aparición del fantasma del Comendador exclama al final del segundo acto de Don Giovanni: «Ah! padron! Siam tutti morti!» («¡Ah, señor! ¡Estamos todos muertos!»). Es uno de los momentos donde los teóricos de la muerte de Don Giovanni –aquellos que defienden que muere o queda moribundo en algún momento del primer acto– se basan para argumentar una ruptura de unos códigos impensable en el siglo XVIII. Claus Guth aglutinó controversias alrededor del mito y actualizó los usos dramáticos en una producción estrenada en 2008 en la Staatsoper de Berlín –procedente del Salzburger Festspiele–, que retomaba una de las metáforas mejor labradas de la historia de los símbolos: la del bosque como representación de lo salvaje, del abismo, del peligro y la seducción del libre albedrío.
Don Giovanni es herido de muerte por el Comendador durante la primera escena, y en adelante se asistirá a una elaborada agonía entre lo real y lo imaginario que explicita en sí misma la apuesta vital de su protagonista. «Ese lobo salvaje desahuciado», comenta a ÓA Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, «va perdiendo su conexión con la vida. Incluso algunas de las mujeres acabarán siendo imaginarias. Todos los personajes coinciden en el sombrío bosque de abetos de Claus Guth, que responde al imaginario romántico de una naturaleza exuberante pero también hostil y maléfica. Se intuye tanto el abandonado laberinto neoclásico como la pertinente alegoría del subconsciente».
En la propuesta aparecen también algunos detalles referenciales propios del director de escena –como ese escenario giratorio que convierte al espectador en voyeur–, y que se usan para intentar dotar de relato coherente al montaje y acercar al público hacia una necesaria reflexión sobre la intensidad del instante (el kayrós griego), opacado siempre por un regusto a sordidez. El resultado es de enorme potencia estética y funciona a la hora de trenzar un drama sin asideros, a pesar de que no haya rastro de estatuas, cementerios ni más infierno que el de uno mismo.

La enigmática parada del autobús a ninguna parte de esta sugerente producción de 'Don Giovanni'
El reparto mantiene a parte del equipo original de Salzsburgo (el Don Giovanni de Christopher Maltman y el Leporello de Erwin Schrott), y se completa con Tobias Kehrer y Goran Juric (Comendador), Brenda Rae (Donna Anna), Mauro Peter (Don Ottavio) o Anett Fritsch (Donna Elvira), entre otros. La dirección musical correrá al cargo de Ivor Bolton, que continúa su periplo mozartiano de los últimos años tras Die Zauberflöte, Lucio Silla, Le nozze di Figaro e Idomeneo.
En 2005 se ponía en marcha en el Teatro Real una nueva y publicitada producción de Don Giovanni (disponible en MyOperaPlayer) con fuerte presencia española: Carlos Álvarez, María Bayo y José Bros, con dirección escénica de Lluís Pasqual y musical de Víctor Pablo Pérez. Quien mejor acogida tuvo entonces fue una deliciosa Zerlina interpretada por María José Moreno, que retorna ahora como Donna Anna a un mundo mozartiano igualmente sombrío.
«En estos quince años, obviamente, el principal cambio ha sido la madurez», reflexiona la soprano granadina, «tanto como persona como artísticamente, y eso ha conllevado algunas evoluciones que me ayudan a afrontar papeles como el de Donna Anna. A nivel artístico eso se refleja en que he ganado en cuerpo, expresividad vocal y también en cuanto a mi capacidad para los matices, todo ello manteniendo mi tesitura original de lírico-ligera. Por eso ahora puedo encarnar personajes de mayor peso sin por ello abandonar los tradicionales de mi cuerda, aunque para ellos (Gilda, Amina…) suelen preferir a cantantes más jóvenes».
La Donna Anna de Claus Guth es un personaje que no se arredra, que cambia el signo de su propia violación y que se adentra en la selva oscura armada con una linterna hasta dar con las orgías de drogas y sexo de Leporello y Don Giovanni. Esa libertad de enfoque del personaje forma parte de la magia de Donna Anna, que puede tomar muchos caminos gracias a «una enorme complejidad», concluye Moreno, «y a que puede encararse desde múltiples puntos de vista, que van desde el extremo de la llorona aburrida hasta el de la manipuladora. Esa es la riqueza que puede aportar». -ÓA
NOTICIAS RELACIONADAS