'Don Gil de Alcalá' viaja desde Oviedo a La Zarzuela

La ópera cómica de Penella aterriza en el Teatro de calle Jovellanos en un montaje de Emilio Sagi estrenado en el Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo

28 / 04 / 2022 - Mario MUÑOZ - Tiempo de lectura: 4 min

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Don Gil Sagi Oviedo / operaactual.com Una escena de 'Don Gil de Alcalá' en la visión de Emilio Sagi © Festival de Teatro Lírico Español / Alfonso SUÁREZ
Don Gil Sagi Oviedo / operaactual.com Una escena de 'Don Gil de Alcalá' en la visión de Emilio Sagi © Festival de Teatro Lírico Español / Alfonso SUÁREZ
Don Gil Sagi Oviedo / operaactual.com Una escena de 'Don Gil de Alcalá' en la visión de Emilio Sagi © Festival de Teatro Lírico Español / Alfonso SUÁREZ

Madrid

Teatro de La Zarzuela
Penella: DON GIL DE ALCALÁ
05, 06, 07, 08, 11, 12, 13, 14, 15, 18, 19, 20, 21, 22_05

Don Gil: Celso Albelo / José Luis Sola. Niña Estrella: Sabina Puértolas / Irene Palazón. Chamaco: Carlos Cosías / Facundo Muñoz. Maya: Carol García / Lidia Vinyes-Curtis. Don Diego: Manel Esteve / Eleomar Cuello. Virrey: Pablo López. Sargento Carrasquilla: Simón Orfila. Madre abadesa: María José Suárez. Padre magistral: David Sánchez. Maestro de ceremonias: Ricardo Muñiz. Gobernador: Miguel Sola. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro Titular del Teatro de La Zarzuela (Dirección: Antonio Fauró). Dirección musical: Lucas Macías. Dirección de escena: Emilio Sagi.

 

La adolescencia suele tener mala fama, pero no en este caso. La que propone Manuel Penella en Don Gil de Alcalá se acerca al ideal soñado: la protagonista, Niña Estrella, es joven e inteligente y tan decidida como sensible… Una idealización de la juventud –con su dosis de nostalgia– que se acerca al escenario del Teatro de La Zarzuela bajo la siempre elegante mirada de Emilio Sagi.

Don Gil de Alcalá, una “ópera cómica española” según la definiría su autor, Manuel Penella, se podría definir mejor como la prueba inequívoca de que no existían fronteras en cuanto al género musical en el primer tercio del convulso siglo XX español. Bajo su alero conviven los ritmos del siglo XVIII con los cantes de ida y vuelta del otro lado del Atlántico, mezclando la continuidad musical típicamente operística con esa amabilidad en la trama propia de la opereta. La media sonrisa que destila su aroma de revista coquetea abiertamente con las convenciones zarzuelísticas a la hora de construir a sus personajes. En resumen, una obra de trazo elegante en la cual la música se desvincula de las vanguardias más representativas de la época de la Segunda República para abandonarse al lirismo y al gusto por la tímbrica elaborada.

El estreno de esta obra –en realidad, una ópera de cámara– se produjo en el Teatro Novedades de Barcelona el 27 de octubre de 1932, y se saldó con un éxito tan notorio que allí encontrarían acomodo las tres últimas obras del compositor, Hermano lobo, Tana Fedorova y La malquerida. Para contar el amor entre el joven soldado Don Gil de Alcalá y la huérfana mestiza Niña Estrella, Penella imaginará una partitura “honesta, interesante, divertida, de un españolismo no trasnochado ni de pandereta, y cuya música sea fácil de escuchar sin que por ello resulte endeble”, como dirá el propio músico.

Emilio Sagi ante su montaje: la idea es "contar la historia de forma sencilla y sin hacer ninguna alharaca ni buscarle los cinco pies al gato en una obra tan deliciosa como esta"

Para su regreso al madrileño Teatro de La Zarzuela se ha elegido en esta ocasión no la clásica y querida producción de Carlos Fernández de Castro, sino el montaje visto en el Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo en 2017 ideado por Emilio Sagi. La puesta en escena evita, según afirma el director y premio ÓPERA ACTUAL 2010, “hacer algo pretencioso, y se centra en contar la historia de forma sencilla y sin hacer ninguna alharaca ni buscarle los cinco pies al gato en una obra tan deliciosa como esta”. Originalmente, la producción aplaudida en el Campoamor ovetense intentó ajustarse a una realidad presupuestaria muy compleja, pero vistos los resultados, asegura Sagi, “supimos hacer del vicio virtud, y quedamos muy contentos con su sencillez. De hecho, no hay cambios respecto al original más allá de adaptar el decorado al tamaño del escenario de La Zarzuela, que es mucho más grande”, explica el regista ovetense. “Para esta joya hay que ser discreto, no puede construirse obedeciendo a una gran interpretación pomposa, sino ceñirse a una historia de amor muy simple y con mucha picardía. Además, hemos tenido el tiempo suficiente para que cada cantante-actor desarrolle su personaje de una manera natural, y pueda profundizar lo que necesite. Contaremos con dos repartos maravillosos que a la vez conforman un gran grupo de amigos. Ha sido una gran emoción reencontrarse con esta obra”, concluye.

Dar lo justo

Dentro de la cuidada construcción de personajes de la partitura destaca con luz propia el papel de Niña Estrella, la joven huérfana encarnada en el primer reparto por Sabina Puértolas. “No es un personaje baladí”, detalla la soprano a ÓPERA ACTUAL, “hay que preparar bien el bagaje que atesora antes de aparecer en escena, con una gran historia dramática a sus espaldas y donde el padrinazgo del gobernador no ayuda mucho, puesto que la obliga a casarse con alguien que no quiere. Si fuera libre de elegir se casaría con quien ama, pero lo tiene que luchar un poco más”.

A nivel vocal, la amalgama musical que propone Penella convierte el papel en todo un reto. “La voz femenina en esta ópera cómica y española plantea muchas dificultades, en el sentido de que en mi caso, como soprano lírico ligera, no hay papeles que se adapten como un guante a mi vocalidad, y hay que tener mucho cuidado de no dar demasiado, de cuidar muy bien dónde se puede descansar y dónde no, para no dejarse arrastrar por esa musicalidad española de raza que te puede llevar a fracasar en mitad de la obra. La he enfrentado con muchas sutilezas e intentando brindar mi sello personal, para poder llevar el personaje a mi terreno, pero respetando al autor y en consenso con los directores escénico y musical”, concluye Sabina Puértolas.
Los dos repartos se completan con nombres de la altura de Celso Albelo, José Luis Sola, Irene Palazón o Carlos Cosías, todos bajo la dirección musical de Lucas Macías.- ÓA