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'Benamor', el capricho exótico de Pablo Luna revive en La Zarzuela
La obra regresa en una nueva producción de Enrique Viana que promete devolverle la sonrisa al público madrileño en esta época incierta
Teatro de La Zarzuela
Luna: BENAMOR
14, 15, 16, 17, 18, 21, 22, 23, 24, 25_04
Benamor: Vanessa Goikoetxea / Miren Urbieta-Vega. Darío: Carol García / Cristina Faus. Juan de León: Damián del Castillo / César San Martín. Nitetis: Irene Palazón. Pantea: Amelia Font. Abedul / Confitero / Pastelera: Enrique Viana. Rajah-Tabla: Gerardo Bullón. Jacinto de Florelia: Gerardo López. Alifafe: Francisco Javier Sánchez. Babilón: Emilio Sánchez. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro Titular del Teatro de La Zarzuela (Dirección: Antonio Fauró). Dirección: José Miguel Pérez-Sierra. Dirección de escena: Enrique Viana.
El exotismo siempre ha sabido encajar con el mundo lírico, desde Cavalli en el siglo XVII hasta Rossini en el XIX. En Benamor, Pablo Luna se acoge ya en el XX al consabido orientalismo, con la diferencia de que él decide mirar a los alrededores musicales del género para proponer una partitura internacional y bailable, como ya había hecho en El asombro de Damasco. Con libreto de Antonio Paso Cano y Ricardo González del Toro, Benamor surge entre 1922 y 1923 bajo encargo de la cantante Esperanza Iris, cuando Pablo Luna está finalizado su periplo inglés.

Vanessa Goikoetxea
Obviamente la Persia del siglo XVI que ofrece el texto nada tiene que ver con la Persia real, y el trasunto argumental, una alocada trama en la cual los protagonistas desconocen su género, es mero entretenimiento, pero la principal riqueza de Benamor está en su seducción melódica y en la sabia mezcla con lo popular. Parte de su material más atractivo lo despliega el personaje de la princesa Benamor, interpretado en su primer reparto por Vanessa Goikoetxea. «Es una música que sorprende», explica la soprano a ÓA. «Va cautivando porque no solo está la alegría, sino también las ganas de comunicarla. Musicalmente Benamor no es una zarzuela al uso, no hay tantas romanzas, y es música ligera, al estilo de aquellas opereta-revistas de las que te llevabas la melodía a casa, pero también hay partes muy líricas con sentimientos a flor de piel. Además, el personaje de Benamor es todo un descubrimiento», continúa la soprano, quien se alternará en el papel protagonista con Miren Urbieta-Vega. «Tiene música pegadiza, con mucho texto en pocos compases, y aunque a priori podría no cuadrar con mi vocalidad (soy lírica y el papel tiene mucho centro y grave, sin apenas agudos) –aclara la cantante–, a la hora de la verdad me he sentido muy cómoda. Estoy contenta de encontrar mi sitio en escena, porque soy una princesa, pero físicamente un hombre, así que interiorizar estos cambios y equilibrarlos ha sido el mayor reto».
Para dar voz a este manojo de influencias hay que contar con una batuta ecléctica por naturaleza como la de José Miguel Pérez-Sierra. Antes del desembarco por partida doble en el Teatro Real para dirigir Don Fernando, el Emplazado y Viva la Mamma!, el director madrileño vuelve a La Zarzuela –y ya van más de 100 funciones dirigidas por él en este escenario– para mostrar la variedad de la pluma musical del compositor zaragozano. «Pablo Luna es muy ecléctico a lo largo de toda su producción», comenta Pérez-Sierra a ÓA, «y en Benamor lo es durante la propia obra, usando muy diferentes estilos. A nivel teatral se combinan los personajes puramente cómicos con los románticos, incluso algún híbrido como la princesa, en el cual hay detalles románticos y bufos. Dos o tres números son de inspiración casi verista, pero fundamentalmente es música de su época y con abundancia de bailes populares de las de décadas de 1910 y 1920: charlestón, foxtrot o pasodoble».
El director madrileño no puede evitar trazar paralelismos con la época actual: «Los llamados locos años veinte nacieron como necesidad de evasión de la Primera Guerra Mundial y de la pandemia de la Gripe Española. Son una rebelión del mundo frente a la oscuridad de una década antes. Benamor es fruto de ello, no hay pretensiones metafísicas, solo es desternillantemente divertida. Un siglo después nos encontramos en una situación parecida y creo que es el momento adecuado para recuperarla. Espero que esto represente el pistoletazo de salida de nuestros propios locos años veinte; que represente el inicio de la recuperación para todos y en particular para el mundo del teatro y de la lírica», concluye.
Carol García (Premio ÓPERA ACTUAL 2015) como Darío, junto con Damián del Castillo completarán un primer reparto de garantías. Para el segundo, idéntico nivel, con Miren Urbieta-Vega, Cristina Faus y César San Martín, todos ellos complementados con Irene Palazón, Amelia Font o Gerardo Bullón.– ÓA
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