Àlex Ollé convierte 'La nariz' de Shostakóvich en una crítica al poder y la imagen pública

El nuevo montaje de la obra del compositor ruso se estrena el 1 de mayo en la Ópera Real Danesa en una coproducción con la Monnaie de Bruselas

27 / 04 / 2022 - Lourdes MORGADES - Tiempo de lectura: 4 min

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La Nariz Escena de la nueva producción de 'La nariz' de Shostakóvitch conn puesta en escena de Àlex Ollé que se estren en la Ópera Real de Dinamarca © Royal Danish Opera / Miklos SZABO
La nariz Escena de la nueva producción de 'La nariz' de Shostakóvitch conn puesta en escena de Àlex Ollé que se estren en la Ópera Real de Dinamarca © Royal Danish Opera / Miklos SZABO
La nariz Escena de la nueva producción de 'La nariz' de Shostakóvitch conn puesta en escena de Àlex Ollé que se estren en la Ópera Real de Dinamarca © Royal Danish Opera / Miklos SZABO

El director de escena Àlex Ollé convierte la ópera satírica La nariz de Shostakóvich en una crítica al poder y la imagen pública en la traslación del argumento al mundo actual de la política y la economía en la producción que el artista residente del Gran Teatre del Liceu estrena el 1 de mayo en la Ópera Real Danesa, un montaje realizado en coproducción con la Monnaie de Bruselas, donde se presentará a partir de junio de 2023.

Algunos nombres de jefes de estado le han venido a la cabeza a Àlex Ollé a la hora de abordar la puesta en escena de La nariz (1927-28). Jefes de estado populistas para los que perder la nariz, como le ocurre al protagonista de la ópera, simbolizaría perder su imagen pública. Shostakóvich eligió uno de los cuentos de Nokolái Gógol para su primera ópera, una sátira sobre el mundo de los funcionarios en la época de Nicolás I, zar de Rusia entre 1825 y 1855. La historia narra la desventura de Platon Kuzmitch Kovalev, un asesor de colegio que tiene el título de mayor, que un día se despierta y, horrorizado, se da cuenta que ha perdido su nariz, que cobra vida propia y alcanza un rango social superior al de Kovalev.

Ollé partió de la pregunta ¿Qué representa realmente la nariz? para hallar la clave para la puesta en escena. De entrada, el director de escena y su equipo, el escenógrafo Alfons Flores y el diseñador de vestuario Lluc Castells, tuvieron claro desde el inicio que no querían tratar La nariz  como un divertimento intrascendente, orillando una puesta en escena que abundara en lo grotesco, y advirtieron que lo absurdo de la trama funcionaba con la lógica del sueño. Para interpretar desde el presente la historia optaron por situar la acción en el mundo de la política y la economía, donde existen jerarquías como en la época del zar Nicolás I.

© Lluc CASTELLS

«Lo cierto es que, desde que empezamos a desarrollar la idea de la puesta en escena había sobre la mesa de trabajo dos ideas rectoras», explica el director de escena. «La primera es que, para nosotros, la nariz representa el poder evanescente de quienes están en los círculos más alto de la sociedad contemporánea. La segunda es que habitamos un sueño que condiciona plenamente la lectura de la pieza».

Asegura Ollé que la pérdida de la nariz «expresa el miedo del protagonista a perder su representatividad social, aquello que lo hace poderoso. No ser reconocido en el gran mundo actual que es, también, el de la comunicación instantánea, debe generar en algunos personajes de nuestro presente auténticas pesadillas». El director de escena cuenta que trabajaba en la dramaturgia de La nariz en enero de 2021, justo cuando se produjo el asalto al Capitolio de Estados Unidos por parte de partidarios de Donald Trump.

Así, la acción en la propuesta de Àlex Ollé de La nariz se situarse en la actualidad. «Un universo en cierto modo de un realismo cinematográfico en el que, de pronto, ciertos elementos distorsionadores ocupan el escenario: esa niebla que aparece en varias ocasiones en La nariz de Gógol y que nosotros imaginamos a la manera de Boris Vian (El amor es ciego, 1949) y visualizamos como la gigantesca escultura alámbrica de Antoni Tàpies Núvol i cadira. Es un espacio tanto físico como mental que nos permite respetar la propuesta de Gógol cuando éste deja escenas inacabadas, suspendidas o, directamente, ocultas por la niebla para que el lector –aquí el espectador– imagine un final plausible».

© Royal Danish Opera / Miklos SZABO

Diseño del decorado de la ópera 'La nariz' con puesta en escena de Àlex Ollé

El objetivo es que el público «reconozca su propio mundo, el mundo que aparece en los telediarios, y que se sienta asaltado de pronto por la inquietud», señala el director de escena. «Nuestra nariz es la del poder, el poder de Kovalev como político de máximo nivel; el rango social es el de los hombres poderosos de nuestro presente, un poder inevitablemente fugaz puesto en peligro a cada nueva elección; nuestra pesadilla es la del delirio político que sólo puede desembocar en el caos».

Compuesta cuando Shostakóvich tenía 22 años, La nariz se estrenó el 18 de enero de 1930 en el Teatro Maly de Leningrado, actual San Petersburgo. La ópera tuvo malas críticas, fue tachada de «escapismo antisoviético» y de «formalista», lo que significaba un grave reproche al compositor. La obra no volvió a interpretarse hasta 1974, un año antes de que muriera Shostakóvich.

La Ópera Real Danesa ofrecerá un total de cinco funciones de La nariz  del 1 al 29 de mayo. La producción llegará el 20 de junio de 2023 a la Monnaie de Bruselas, donde se ofrecerán un total de ocho funciones hasta el 2 de julio.-ÓA