Historia de la Ópera / Zarzuela
ÓA 272. Historia de la zarzuela II. Un lenguaje propio
El género zarzuelístico evoluciona a medida que pasan los años mientras se va popularizando e impregnando de múltiples influencias, sobre todo de la ópera italiana
El género zarzuelístico evoluciona a medida que pasan los años mientras se va popularizando e impregnando de múltiples influencias, sobre todo de la ópera italiana. Pero este proceso también implica una lucha por definir una identidad propia, amalgamando un lenguaje y una manera de hacer que consolidará unas características únicas.
Decir que la zarzuela conlleva menos exigencias vocales que la ópera —como suele suceder en ocasiones— es caer en un reduccionismo profundamente erróneo. Basta con escuchar algunas de las romanzas más imperecederas del género para apreciar sus exigencias técnicas e interpretativas, auténticas pruebas de fuego para sus intérpretes. La coexistencia desde los orígenes entre ópera y zarzuela produjo intercambios interesantes entre ambos géneros: mientras uno destacaba por la excelencia técnica y la búsqueda de la espectacularidad, el otro triunfaba por la naturalidad en la emisión y la espontaneidad teatral. La llegada a Madrid del furor por los castrati tuvo importantes consecuencias, con Carlo Broschi —quien pasaría a la historia como Farinelli (Andria, 1705 – Bolonia, 1782)— como protagonista indiscutible de los espectáculos musicales de la corte. Desde su puesto de director de los teatros de Aranjuez y Madrid, donde se instalaría por 25 años obedeciendo a una llamada de Felipe V, gozará de una situación privilegiada de control empresarial, favoreciendo la introducción de la ópera italiana en la corte española.
Si quieres seguir leyendo, compra la revista, en papel o digital.
