Con esta entrega, ÓPERA ACTUAL despide, después de más de 60 capítulos, la Historia de la Ópera que ha escrito para la revista la musicóloga Verónica Maynés
Con esta entrega, ÓPERA ACTUAL despide, después de más de 60 capítulos, su Historia de la Ópera. Desde su nacimiento a finales del siglo XVI y hasta la actualidad, el género operístico ha sido el espectáculo músico-teatral que más pasiones ha suscitado. Durante más de 400 años, los escenarios que la acogen han sido el reflejo de su sociedad, provocando con sus estrenos no pocos disturbios y mil emociones. Libretistas, compositores y escenógrafos han sabido adaptarse a cada época y a cada audiencia, demostrando que la ópera es un género moderno, social, popular, resiliente y flexible. Sí. La ópera sigue viva.
El género lírico es un espectáculo costoso y difícil de amortizar, algo que todo teatro tiene muy en cuenta a la hora de elegir los títulos de su temporada. Bajo el punto de vista puramente educativo y desde una perspectiva histórica global, es necesario programar tanto óperas consagradas y queridas por el público como abrir un espacio para creaciones contemporáneas, títulos autóctonos y recuperación de obras injustamente olvidadas. Este es uno de los grandes retos de un programador, conseguir un equilibrio que fidelice a antiguos abonados y que atraiga un público nuevo sin poner en peligro la necesaria viabilidad económica.
Pero, a día de hoy, todavía hay espectadores reticentes a propuestas teatrales cuya puesta en escena intente adaptarse a la realidad actual, tal y como pretenden muchos registas al reinterpretar obras del cánon estableciendo puentes con la mentalidad y las circunstancias sociales de hoy. Este aspecto está muy presente en el mundo del teatro, y de ello también son conscientes los compositores de hoy, quienes deben considerar esos aspectos y también otros como las nuevas tecnologías, espacios escénicos alternativos, formatos contemporáneos o diversas técnicas de creación.
Entre los temas más utilizados en los libretos actuales siguen primando el amor y los conflictos sociales y políticos, incluyendo historias protagonizadas por personajes históricos. The (R)evolution of Steve Jobs, estrenada en Santa Fe en 2017 con música de Mason Bates y libreto de Mark Campbell, es ejemplo de ello; Wahnfried (Karlsruhe, 2017), tiene como protagonista a Wagner a partir del libreto de Lutz Hübner y Sarah Nemitz, con música del director y compositor Avner Dorman. También en 2017 apareció Brothers, del islandés Daniel Bjarnason, basada en la película del mismo nombre de Susanne Bier que cuenta la historia de un danés que es enviado a la guerra de Afganistán.
Angel’s Bone, con música de la compositora china Du Yun y libreto de Royce Vavrek, ganó el Premio Pulitzer de música en 2017, año de su estreno; el dramático y extraordinario texto describe el horror vivido por dos ángeles que caen en el jardín de un matrimonio frustrado y que acaban siendo esclavizados por la pareja. Para denunciar la trata de personas y la explotación sexual, Du Yu utiliza un formato híbrido que fusiona el teatro, los ruidos, el pop, el cabaret, la polifonía renacentista, el rock y la música electrónica, además de lo que la autora define como voz punk junto a la Sprechstimme o voz recitada.
Angel’s Bone ejemplifica lo que la ópera de hoy puede ofrecer: una lectura moderna, dirigida a todo tipo de público, consecuente con la evolución histórica y respetuosa con la tradición.
Tampoco falta la interpretación cómica de una de las millones de situaciones provocadas por el mayor desastre sanitario del siglo XXI: la ópera bufa-pasticcio Covid fan tutte, una idea del director Esa-Pekka Salonen y de la soprano Karita Mattila. Ambos, finlandeses residentes en Estados Unidos, se quedaron atrapados en su país natal por un montaje que fue cancelado cuando se cerraron las fronteras. El libreto lo escribió Minna Lindgren y la historia se ambienta en la Finnish National Opera. La música incluye selecciones de Così fan tutte, Don Giovanni y Die Zauberflöte, además de fragmentos escritos por Salonen.
En España, la compositora catalana
Raquel García-Tomás, ganadora del Premio Nacional de Música 2020, estrenó
Je suis narcissiste (2019), una ópera cómica con libreto de
Helena Tornero cuya historia ironiza sobre la egolatría, con personajes tradicionales convertidos en
influencers, blogueros y demás narcisistas del siglo XXI. La música de
García-Tomás se adapta perfectamente al texto, con un lenguaje ecléctico y de rabiosa actualidad.
Otro catalán,
Miquel Ortega, se incluye entre los operistas contemporáneos españoles de más relieve. En
La casa de Bernarda Alba refleja el ambiente represivo de una sociedad hipócrita y arcaica con un lenguaje tonal que concilia variados estilos, heredero de Strauss y Puccini, que incluye también acentos del folklore andaluz. El libreto de
Julio Ramos parte de la obra de teatro original de Federico García Lorca, y está concebido para formato camerístico. La posibilidad de estrenarla en 2007 en la rumana Ópera de Brasov motivó su adaptación a orquesta sinfónica, once años antes de llegar en su concepción original al Teatro de La Zarzuela de Madrid. La obra cuenta ya con varias producciones y se ha paseado por buena parte de escenarios españoles
Por otro lado, y curiosamente, una de las creaciones líricas más recientes, Eurydice –con música de Matthew Aucoin y libreto de Sarah Ruhl, estrenada en 2020– se basa en la misma historia que narra la ópera más antigua conservada, Euridice, de Jacopo Peri (1600): la ninfa y su Orfeo siguen siendo fuente de inspiración en pleno siglo XXI.
Otro síntoma de que la ópera sigue viva y se proyecta hacia el futuro, es la creación de nuevos escenarios destinados a representarla. Entre ellos destaca –de los muchos teatros que se están construyendo, por ejemplo, en China–, la Ópera de Dubái, un espacio dedicado a las artes escénicas que puede albergar 2.000 personas y que Plácido Domingo inauguró en 2016. Otro coliseo que está casi a punto es el Gran Teatro de Rabat (Marruecos), un icono arquitectónico vanguardista de la ciudad cuyas dimensiones lo convertirán en el mayor coliseo del mundo árabe. El proyecto incluye tres escenarios, uno de ellos al aire libre con siete mil butacas, y otro con 1.800 localidades destinadas a representaciones operísticas y teatrales.
Conseguir que las nuevas generaciones se apasionen por la ópera es una responsabilidad compartida entre familias, sistemas educativos y los propios coliseos líricos. Ya no se sostiene el antiguo prejuicio de que la ópera es complicada, cara y elitista. Solamente rebatiendo esa limitada visión se conservará debidamente este extraordinario legado cultural europeo permitiendo que siga evolucionando, provocando y enamorando como lo ha hecho durante los últimos cuatro siglos. * Verónica MAYNÉS, Musicóloga, pianista, profesora y crítica musical