Historia de la Ópera

ÓA 251. Historia de la Ópera LVII. Ópera en Estados Unidos (III)

Los compositores contemporáneos Philip Glass y John Adams representan a la generación operística norteamericana actual de mayor excelencia

01 / 11 / 2021 - Verónica MAYNÉS* - Tiempo de lectura: 5 min

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Akhnaton met / operaactua.com Una escena del estreno en la Metropolitan Opera de Nueva York de la ópera de Glass 'Akhnaton' © The Metropolitan Opera
Einstein on the beach Glass / operaactual.com 'Einstein on the beach', de Glass, en una representación en Ámsterdam © Ópera de Ámsterdam

Si Bernstein y Barber recogieron el relevo a Gershwin, Moore y Copland, Philip Glass y John Adams representan la generación operística norteamericana actual de mayor excelencia. Ambos compositores han experimentado con el minimalismo, sin dejar de lado otros lenguajes vinculados tanto a la modernidad como a la tradición construyendo un lenguaje tan ecléctico como propio.

El popular compositor Philip Glass (Baltimore, 1947) ha abrazado prácticamente todos los géneros musicales, pero el reconocimiento internacional le llegó con su primera ópera, Einstein on the Beach, estrenada en 1976. Glass se formó en filosofía, matemáticas y música, teniendo a Nadia Boulanger como maestra de composición durante su estancia en París. Un momento decisivo en su trayectoria fue cuando conoció a los músicos indios Ravi Shankar y Alla Rakha. En la capital francesa, Glass fue contratado por un cineasta para transcribir a la grafía europea la música de Shankar. Fue entonces cuando estudió los procesos rítmicos orientales y los occidentales, abriendo una nueva etapa basada en la repetición y variación de células melódicas y rítmicas, que empezó a experimentar con su propio conjunto musical, el Philip Glass Ensemble. Este método de composición conocido como minimalismo, abriría nuevas perspectivas estéticas al compositor, convirtiéndose en uno de los principales exponentes de la ópera norteamericana.

Philip Glass

En sus cerca de 20 óperas, el músico estadounidense recupera la idea wagneriana de la Gesamt­kunstwerk, la obra de arte total, en la que se integran música, teatro, escenografía, coreografía y también, en el caso de Glass –autor de conocidas bandas sonoras, de ahí su popularidad–, el cine. Einstein on the Beach es un caso atípico en la historia del género que constituye, además, la primera de una trilogía dedicada a personajes que cambiaron el mundo, siendo la segunda Satyagraha –inspirada en Gandhi– y la tercera Akhnaten, sobre Akenatón.

Para el primer proyecto Glass se encontró con el director teatral Robert Wilson, cuyo concepto estético era tan innovador como minimal. Ambos decidieron escribir una ópera dedicada a un personaje histórico, eligiendo la figura de Albert Einstein, y con solamente los seis instrumentos del Philip Glass Ensemble. El resultado dio lugar a una obra que rompía la estructura narrativa convencional, con escenas enlazadas por lo que llamaron knee plays, interludios que cohesionan los actos como si fueran rodillas. Wilson decía que en Einstein on the Beach, el teatro ya no estaba unido a la literatura como en el pasado, sino que no había argumento y la actuación de los intérpretes era libre, así como la posibilidad de los espectadores de entrar y salir en cualquier momento de la función.
En el libreto participaron Wilson, Glass y otros autores, entre ellos un joven autista llamado Christopher Knowless. Este último se expresaba repitiendo palabras y frases con variaciones que seguían una lógica rítmica, siendo una inspiración para hallar la estructura final de la ópera. El libreto no explica un nudo argumental concreto, sino que se repiten cifras, palabras, notas y fragmentos cortos.

Ritmo palpitante

El impacto rítmico creado por Glass ejerce un poderoso efecto en el subconsciente del oyente, no solo por la repetición racionalmente estructurada, sino también por la relación que las diferentes escenas musicales tienen con sus correspondientes propuestas escénicas, de las que no se pueden separar al formar un todo. En Satyagraha, estrenada en 1980 con libreto de Glass y Constance de Jong –inspirada en el texto sagrado Bhagavad Gita–, se presenta a Gandhi como símbolo de la paz y a la religión como una alternativa al odio y la destrucción. La música –con una orquesta solamente de arcos y maderas– se canta en sánscrito y repite ciclos rítmicos y tonales de dimensión mística en relación con las ideas de Satyagraha sobre el hombre y el cosmos.

"'Akhnaten', estrenada en 1984, se basa en 'Oedipus and Aknaton' de Immanuel Velikovsky, en un poema de Akenatón, y en el 'Libro de los muertos' del antiguo Egipto"

Akhnaten, estrenada en Stuttgart en 1984, está estructurada en tres actos y un epílogo con libreto del compositor y cuatro autores más, basado en Oedipus and Aknaton de Immanuel Velikovsky, en un poema de Akenatón, y en el Libro de los muertos del antiguo Egipto. Se centra en el reinado del faraón Akenatón, quien introdujo sin éxito la religión monoteísta. A propósito de los personajes de su trilogía, Glass expresó que Akenatón quiso transformar la religión mediante las ideas, así como Einstein lo hizo con la ciencia y Gandhi con la política. Akhnaten se canta en lengua egipcia antigua, acádica y hebrea, con un narrador en inglés. Un aspecto curioso de la ópera, es la falta de violines en la orquesta. Cuando la Staatsoper de Stuttgart –cuyo foso es de pequeñas dimensiones– encargó la ópera a Glass, éste eliminó los violines y amplificó los vientos, las violas, violonchelos y contrabajos, dando un color misterioso a la obra, muy adecuado para transportar al público al mundo del antiguo Egipto. La orquesta otorga un clima oscuro de ritual, solemnidad y misticismo, con la percusión amplificada, momentos de gran dramatismo y magníficas intervenciones del coro. Desde el punto de vista armónico, Akhnaten sigue una estructura tradicional, regida principalmente por tonalidades menores que acentúan el dramatismo de la historia. Una de las escenas más conmovedoras es el Himno al sol, la prédica sobre la nueva religión de Akenatón, papel cantado por un contratenor y en el idioma del país en el que la obra se representa. Al final de la ópera suena nuevamente el preludio que la inició y el narrador se convierte en un guía turístico que muestra ruinas de Egipto a unos extranjeros. En los últimos compases, aparece una melodía de Einstein on the Beach, cerrándose la trilogía de forma cíclica como la vida y la muerte.

La postura de Adams

También John Adams (Worcester, 1947) se reconoció inicialmente como minimalista, aunque su estilo derivó hacia una estética más ecléctica e inspirada en el legado musical norteamericano. Tras explorar diferentes lenguajes y tomar a John Cage como modelo de experimentación sonora, Adams se decantó por el minimalismo. Pero este método de composición le pareció a la larga excesivamente impersonal y mecánico, por lo que se propuso encontrar una línea de expresión que reflejase de forma más convincente la parte dramática de la vida.

John Adams

De sus seis óperas, destacan principalmente Nixon in China y Doctor Atomic, ambas protagonizadas por personajes históricos reales y escritas en colaboración con el director teatral, escenógrafo y dramaturgo Peter Sellars. Éste fue quien le propuso la realización de la primera ópera, la más conocida del compositor, ganadora de un Grammy y que trata del encuentro entre Richard Nixon y Mao Tse Tung en 1972. Adams ha defendido constantemente el uso de figuras históricas en la ópera que reflejasen el mito colectivo, tal como hiciera Wagner. En el caso de Nixon in China, estrenada en 1987 con libreto de Alice Goodman, los dos protagonistas son el símbolo del confrontamiento entre comunismo y capitalismo. Adams utiliza el lenguaje minimalista pero de forma más libre que sus predecesores, centrándose no solo en la repetición melódica, rítmica y armónica, sino también en hallar una expresividad que reflejase de forma impactante el encuentro entre dos culturas distintas. Para ello, durante los tres actos de la obra, el compositor se vale de un estilo ecléctico con una orquesta que aúna instrumentos de la tradición sinfónica con otros como los sintetizadores, además de referencias a la música germánica romántica, al neoclasicismo y al jazz.

La segunda colaboración entre Peter Sellars y John Adams fue The death of Klinghoffer, ópera en dos actos estrenada en Bruselas en 1991 también con libreto de Alice Goodman. La pieza se basa en un caso real, el secuestro en 1985 del crucero Achille Lauro por parte de un grupo terrorista palestino que acabó con el asesinato de un ciudadano estadounidense de origen judío. Tratándose de un tema delicado, Adams se centró en reflejar las diferencias entre la cultura árabe y judía, traspasando a los pentagramas las distintas visiones de palestinos e israelitas. Se le acusó de antisemita y no dejó de despertar controversia y reacciones por parte de ambas facciones incluyendo a la familia del ajusticiado, acabando con protestas multitudinarias.
El lenguaje utilizado nada tiene que ver con la ópera anterior, ya que explora una gran variedad de sonidos –representando ambas culturas– con ciertas reminiscencias de obras sacras de Bach, fragmentos contrapuntísticos y uso del cromatismo decimonónico finisecular. La conmovedora participación del coro dando voz al pueblo, es uno de los logros de la ópera.
El argumento del otro éxito de Adams, Doctor Atomic, ópera en dos actos estrenada en San Francisco en 2005, se centra en los momentos previos a las pruebas nucleares de Los Álamos, en Nuevo México, antes del lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Nuevamente Adams eligió un tema histórico, que al igual que en las óperas anteriores no se centra en describir los acontecimientos, sino en las emociones de los personajes implicados, sin olvidar cierta crítica ética y moral. El excelente libreto de Peter Sellars se confeccionó a partir de documentos militares y entrevistas a personajes reales, incluyendo citas a poetas como Baudelaire o John Donne porque al inventor de la peor de las armas, Robert Oppenmeier –protagonista de la obra–, le apasionaba la poesía. Uno de los momentos más sobrecogedores es su aria al final del primer acto, “Batter My Heart”, que utiliza uno de los Holy Sonets de Donne. La confrontación entre la ciencia y la ética es una de las razones de los contrastes de una partitura que responde mayoritariamente a la tonalidad, con personajes excelentemente retratados y la participación de instrumentos electrónicos junto a los tradicionales de la orquesta sinfónica, destacando el aspecto tecnológico de la historia. Doctor Atomic ahonda en la conciencia humana de forma impactante, con una música emotiva, de tintes wagnerianos y bellísimo lirismo. El coro ejerce la crítica moral al poder político como responsable de la destrucción del pueblo en nombre de la guerra y la ciencia.
En 2007 Adams estrenó una suite sinfónica de su ópera que incluía material temático de la obertura, interludios y transcripciones instrumentales de algunas de las arias, incluida la preciosa “Batter My Heart”. * Verónica MAYNÉS, Musicóloga, pianista, profesora y crítica musical

Dr Atomic / operaactual.com 'Dr. Atomic', de Adams, en su estreno español en el Teatro de La Maestranza de Sevilla © Teatro de La Maestranza / Guillermo MENDO
Nixon in China / operaactual.com Una escena de 'Nixon in China' © The Metropolitan Opera