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Teresa Iervolino, mezzosoprano: “Me fascina de Adalgisa su enorme lucha interior”
Debutó en 2012 y, desde entonces, la carrera de la mezzosoprano de Bracciano Teresa Iervolino, no ha hecho más que crecer en prestigio y proyección. Los más importantes teatros del mundo la requieren para interpretar a las heroínas de compositores como Rossini, Donizetti, Bellini o Händel. En Madrid y Bilbao ya ha obtenido éxitos indiscutibles y ahora debuta en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona para despedir la temporada con uno de los roles fetiche de su cuerda, Adalgisa en Norma, de Vincenzo Bellini.
Nunca podría comparar un teatro con otro y por tanto a su público, pero tengo especial cariño al español. He tenido el placer de actuar en el Teatro Real y en ABAO Bilbao Opera y la respuesta siempre ha sido muy calurosa, y estoy convencida de que será igual en mi debut con Norma en un escenario tan mágico como el del Liceu. Un público entusiasta y participativo es importante para que el artista se exprese del mejor modo posible.

Teresa Iervolino
En 2017 tuve el honor de debutar Adalgisa dirigida por Daniel Oren. Preparar este personaje junto a él fue una revelación, me permitió descubrir matices únicos en los que aún trabajo. Lo que más me fascina de este personaje es la enorme lucha interior entre mente y corazón, una fuerza que se refleja en su amplia y compleja textura vocal. Requiere fraseo y color en el centro, legato aterciopelado y brillantez en el registro agudo. Son aspectos en los que trabajo y seguiré trabajando para que Adalgisa sea lo más creíble posible, tan fuerte como frágil.
Amo especialmente a Rossini, su escritura abarca todos los aspectos que más resaltan la vocalidad de mezzo/contralto. La agilidad pirotécnica y los infinitos colores que, combinados con momentos de gran legato, parecen detener el tiempo son el punto de partida. Pero lo que realmente importa al interpretar Rossini es sorprender. He cantado muchos de sus papeles y todos te aportan algo, desde divertirte con la fuerza de Isabella hasta el debate moral de un Tancredi, y me gustaría cantar algunos más, como Malcom de La Donna del Lago. Cada vez estoy más convencida de que sus composiciones deberían representarse más a menudo.
Siempre me han gustado las óperas de Verdi y soy una gran oyente. Es muy interesante observar cómo tu cuerpo, y por ende tu voz, te llevan poco a poco a redescubrir diferentes mundos musicales. Tanto Quickly como Fenena, cada una a su modo, me permitieron trabajar algunas facetas de mi vocalidad que me aportan cosas en un repertorio belcantista que quiero mantener. Por ahora tengo unas ganas enormes de estrenar Preziosilla, en La forza del destino y, en un futuro, quien sabe cuándo, uno de mis sueños es cantar Amneris.
Entre mis proyectos futuros puedo anunciar que volveré a algunos de los teatros que más amo. En la Bayerische Staatsoper de Múnich interpretaré nuevamente a Maffio Orsini, en Lucrezia Borgia, además de Diana de La Calisto de Cavalli, papel que debuté en el Teatro Real en 2019, mientras que en Ámsterdam cantaré Cornelia, de Giulio Cesare. No puedo anunciar si volveré a España en breve, pero sí que me haría muy feliz…
Mi gran amor por la música tiene su origen en mi padre, pero sobre todo en mi abuela Teresa, muy conocida en mi pueblo porque siempre cantaba mientras cocinaba, limpiaba o tendía la ropa. Siempre he sabido que, si la música está en mi sangre, es gracias a ella. Más tarde, a los 16 años, mientras estudiaba piano, empecé a ver en vídeo una Bohème con Luciano Pavarotti y Renata Scotto y, cuando acabó me dije que lo que quería hacer era subir a un escenario, cantar y expresar esas mismas emociones.– ÓA
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