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María José Moreno, soprano: “Con la experiencia se canta mejor y entiendes lo que te conviene”
En estos meses, la soprano granadina se está paseando por roles tan dispares como Lucia di Lammermoor, que acaba de cantar en Córdoba; la Contessa Almaviva de Le Nozze di Figaro que interpretará este mes en el teatro real de Madrid en el primer cast, y Micaëla de Carmen que, en mayo, ofrecerá en Madrid junto a la Orquesta de RTVE. esta es una muestra de la versatilidad de una de las cantantes más destacadas del país que ha construido una brillante carrera gracias a su excelencia vocal e interpretativa, rigor estilístico y una estricta selección del repertorio que mejor se adapta a sus características.
Acabo de iniciar los ensayos de Lucia di Lammermoor que estrenaremos [a finales de marzo] en el Gran Teatro de Córdoba. Un papel titular que he interpretado en múltiples ocasiones desde los inicios de mi carrera y en el que me siento especialmente cómoda. Lucia se adapta perfectamente, todavía hoy, a mi tesitura y características de soprano lírico-ligera, pese a que en los últimos años siento que mi voz ha ido ganando robustez y peso en el centro.
Una muestra de esta evolución es el siguiente personaje que interpretaré, la Condesa Almaviva de Le nozze di Figaro en el Teatro Real, que es completamente diferente de Lucia. He cantado muchas veces Susanna, pero hace unos años debuté la Condesa y ahora lo repito dirigida por Ivor Bolton, que es un gran conocedor del repertorio mozartiano.
La Condesa me parece un papel especialmente difícil, tanto desde un punto de vista vocal como interpretativo. Requiere de frases largas, pero también tiene pasajes de coloratura y oscila entre escenas cómicas y otras dramáticas. Al fin y al cabo, se trata de una mujer maltratada por su esposo y, por tanto, un personaje con muchas caras distintas y recovecos. Además, la tesitura es más central que la de Susanna que, en principio, se adapta mejor a mis condiciones. Pero debo decir que cada vez me siento más cómoda en papeles líricos.
Nunca me he considerado, ni he querido, ser especialista en bel canto, Mozart ni en ópera francesa. Me gusta todo tipo de repertorios y, simplemente, trato de escuchar a mi voz y entender qué papeles se adaptan mejor a ella. Cuando era más joven consultaba con mi profesor si debía aceptar una propuesta u otra, pero creo que con la experiencia no solo se canta mejor, sino que entiendes qué es lo que más te conviene.
Creo que el debut como Micaëla, de Carmen, un papel claramente lírico que volveré a cantar en mayo, significó un paso importante en cuanto a mi repertorio. Tuve mis dudas al principio, pero funcionó muy bien. Me encanta el repertorio francés y, en esa línea, me haría especial ilusión cantar algún día Manon de Massenet, pero también una obra como Lakmé, que creo que se adapta perfectamente a mis características.
El bel canto romántico ha centrado gran parte de mi actividad, especialmente Rossini, pero también Bellini y Donizetti. De este último me atraen especialmente los personajes de la trilogía Tudor, con esas grandes escenas repletas de coloratura. Por otro lado, cuando debuté en La Scala con Rigoletto me ofrecieron también cantar ahí La Traviata. Consideré que no era el momento de abordar un personaje como Violetta y no acepté, pero ahora, con la experiencia, siento que ya puedo interpretarlo.
Aunque aún ensayamos con mascarilla en los diferentes teatros, la sensación que tengo es que la situación de la pandemia se está normalizando. Fueron momentos muy duros para todos, pero poco a poco creo que ya se ve la luz al final del túnel. En los ensayos las pruebas de antígenos ya no son tan constantes y la actividad de los teatros es menos incierta. Debo decir, en ese sentido, que la actitud durante esta crisis de los escenarios españoles ha sido modélica y un ejemplo para el mundo. – ÓA
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