ENTREVISTAS

María Bayo: "Vivimos en una cultura que fomenta la juventud y no la excelencia"

01 / 05 / 2021 - Gema PAJARES - Tiempo de lectura: 5 min

Print Friendly, PDF & Email
María Bayo María Bayo en el estreno de su último espectáculo en solitario, 'Divina Cleopatra', en marzo en el Teatre Poliorama de Barcelona © Teatre Poliorama

La soprano de Fitero empezará en septiembre a trabajar la voz con un grupo de jóvenes en el Centre de Perfeccionament del valenciano Palau de Les Arts. Este reto de dos años le hace especial ilusión, lo mismo que la Medalla de las Bellas Artes que recibirá cuando la pandemia dé un poco de tregua.

Cuando los recitales, las óperas, las grabaciones o las obras de teatro se lo permiten, María Bayo se marcha a su casa de Lyon. Allí es donde vive, se prepara y coge fuerzas. Ha sido la protagonista de Divina Cleopatra, un espectáculo en el que combina el teatro y el canto y que ha cautivado a Barcelona. En breve lo llevará al Auditorio de Zaragoza y un poco más adelante lo presentará en Bilbao, “donde vuelvo después de todo aquel lío”, comenta a ÓPERA ACTUAL. Y de “todo aquel lío” ha querido volver a hablar y lo hace de una manera clara. Llama al pan, pan y al vino, vino. En Valencia, a partir de septiembre, se hará cargo de la voz de un grupo de diez jóvenes en el Centre de Perfeccionament del Palau de Les Arts, que antes llevaba el nombre de Plácido Domingo que apearon tras la polémica de los presuntos abusos sexuales. “Sobre este tema no voy a opinar. No quiero entrar en polémicas ni tengo nada que ver”, asegura la soprano española, Premio Nacional de Música 2009.

ÓA: Se ha dicho que será usted directora del Centre de Perfeccionament del Palau de Les Arts, pero no es eso exactamente…

María BAYO: Lo que voy a hacer es asumir temas de asesoramiento, seguimiento y evolución de los artistas tanto a nivel técnico como interpretativo. Plantearé clases magistrales y veré quiénes pueden venir, haremos sesiones de seguimiento del Barroco, del Clasicismo… Todo con mi experiencia de 35 años en el mundo de la música.

ÓA: Que va más allá de la ópera.

M. B.: Ópera, concierto, oratorio. Lo que queremos es que el artista tenga una formación lo más completa posible, no solamente en el mundo de la ópera, sino también en el de los conciertos o el Lied para que cuando salgan puedan seguir diferentes caminos. Se trata de que tengan un aprendizaje integral y una mirada global, y para ello hemos de darles herramientas.

ÓA: ¿Qué reglas son básicas a la hora de cuidar la voz?

M. B.: Fundamentalmente la técnica, pues sin ella el resto flaquea. De hecho, hoy vemos cómo hay voces que surgen y desaparecen en muy poco tiempo. Por tanto hay que encauzar ese talento. Trabajaré con diez jóvenes durante dos años. No solo con la voz se hace una carrera; el 90 por cien es el trabajo continuo. Eso es fundamental: trabajar y tener un oído atento, que voy a intentar ser yo. Pero una cosa está clara: yo no voy a hacer milagros con los jóvenes.

María Bayo ofreciendo una clase magistral en el Conservatori del Liceu de Barcelona

ÓA: ¿Cuántos cantantes se presentaron para audicionar?

M. B.: En total 250. No solo de España, sino de Iberoamérica y Europa también. Algunos han hecho las pruebas online y con ellos vamos a tener que repetir en directo, pues no es lo mismo escucharlos en vivo que vía streaming. Junto a las suyas hemos hecho las pruebas para pianistas y repertoristas. De la última selección de 40 saldrán los 10 con los que estaré durante dos años.

María Bayo impartiendo clases magistrales en Japón

ÓA: Menuda responsabilidad.

M. B.: Desde luego que sí. Tienes que tener ese margen de miras para saber cómo llegan, si poseen una técnica muy asentada, chequear su grado de receptividad y lo dúctiles que puedan ser. Es un compendio de todo.

ÓA: ¿Va a dejar los escenarios?

M. B.: Ahora me voy a dedicar de una manera más profunda a la enseñanza, que ya he impartido hace años, pero sin abandonar el escenario. Eso no.

ÓA: ¿Cree que a cierta edad, como puede pasar con la profesión de actriz, las cantantes se vuelven invisibles y cotizan a la baja?

M. B.: Claro que sí. Es una lástima. Y eso se lo debemos a esta cultura en la que vivimos que fomenta la juventud y que no valora la experiencia. Es necesario prepararse y tomar ejemplo de los grandes que nos han precedido. Yo recuerdo cuando iba a escuchar a Berganza, Caballé, De los Ángeles, Kraus, Domingo… Nombres escritos con mayúsculas. A medida que pasaban los años no importaba que sus agudos no fueran igual de potentes, sino la sabiduría que desplegaban en escena desde el mismo momento en que aparecían.

ÓA: ¿Eso hoy se ha perdido?

M. B.: Sí. A cierta edad ya no te quieren sobre el escenario. Estamos olvidando esa majestuosidad y esa enseñanza, que aportan agudos y, también, saber. Su dicción, su buen ejemplo. Un cantante ni nace ni se hace de un día para otro. Cuidado con eso. La disciplina y el buen hacer parece que han pasado de moda. La excelencia no cuenta y eso es lo que yo quiero inculcar a los alumnos. Ves cada cosa en YouTube que te quedas horrorizada.

“Se trata de que los alumnos del Centre tengan un aprendizaje integral y una mirada global, y para ello hemos de darles las herramientas”

ÓA: Después de 35 años de carrera ya no está para que le digan lo que tiene que hacer.

M. B.: Ahora no me permito hacer cualquier cosa, sino lo que quiero, al margen del caché. Un espectáculo bien montado y que me llene.

ÓA: Usted llevó a juicio a la ABAO bilbaína por lo que consideraba un despido improcedente. Ganó y tuvo que ser indemnizada. ¿Se le han cerrado puertas a raíz de ese delicado episodio?

M. B.: Bastantes. Daniel Bianco fue de los pocos que me las abrió para un recital barroco en el Teatro de La Zarzuela. No tengo ofertas de teatros. Te diré que ni siquiera en el Palau de Les Arts he cantado. Y todo a raíz de lo que pasó en Bilbao y que fue absurdo.

ÓA: ¿Ha pagado caro levantar la voz?

M. B.: Muy caro, aunque sabía que iba a tener consecuencias. Decir la verdad cuesta. Pero mi prestigio estaba por encima del capricho de una directora de orquesta. Que una señora que no sabe quién es Mozart me diga de un día para otro que yo no estaba preparada para cantar el papel de Elvira me pareció inaudito. Y, sobre todo, eché en falta no contar con el respaldo de la dirección artística, que no estuviera a mi lado ni me defendiera. Fue un sinsentido total.

ÓA: ¿Qué papeles se ha quedado con ganas de cantar?

M. B.: Me hubiese gustado interpretar a Violetta de La Traviata. Si el maestro García Navarro no hubiese fallecido quizá la habría cantado con él. También Pamina, de La flauta mágica, que me anularon dos veces. Y la Gilda de Rigoletto. Me han quedado esas tres y ahora ya no puede ser. -ÓA