ENTREVISTAS

La pareja de oro de la ópera: Anna Netrebko y Yusif Eyvazov

01 / 09 / 2021 - Helena MATHEOPOULOS - Tiempo de lectura: 8 min

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Netrebko Eyvazov La soprano Anna Netrebko y su marido, el tenor Yusif Eyvazov © Vladimir SHIROKOV

La estelar soprano rusa Anna Netrebko, quien celebra este mes de septiembre su 50º cumpleaños, y el tenor azerí Yusif Eyvazov son la actual pareja de oro de la ópera, la primera desde que Angela Gheorghiu y Roberto Alagna, con una tórrida relación amorosa y dos divorcios a sus espaldas, dominaran los escenarios operísticos en los años noventa.

 

Se conocieron en 2014, cuando cantaron Manon Lescaut de Puccini en Roma, y un año más tarde se casaron, lo que significaría un primer matrimonio para ambos tras la larga relación de Anna Netrebko con el bajo-barítono uruguayo Erwin Schrott, con quien tuvo a su único hijo, Tiago, una historia de amor nacida en el Covent Garden durante las representaciones más eróticas del Don Giovanni de que se tenga memoria. Netrebko –que en diciembre lanza su nuevo disco, Amata dalle tenebre, con la Orchestra del Teatro Alla Scala y Riccardo Chailly para Deutsche Grammophon– y Yusif Eyvazov actúan juntos con frecuencia en conciertos y en escena, pero sensatamente de forma no exclusiva. De esta manera se sienten en libertad para crecer y desarrollarse artísticamente de manera independiente y al mismo tiempo procuran que el tiempo en que permanecen separados se reduzca al mínimo posible.

ÓPERA ACTUAL: ¿En qué difiere la experiencia de cantar juntos a la de actuar con otras parejas?

Anna Netrebko: En el aspecto personal, obviamente, es maravilloso poder obviar en gran parte la separación que tan difícil resulta para los cantantes de ópera y especialmente para los más famosos. Como es natural da un mejor acceso a las emociones y no hay que ensayar tanto, lo que resulta muy importante. Por lo demás, no estar separados por largos períodos de tiempo es maravilloso, y en lo que concierne al estudio de los papeles, lo hacemos con los mismos preparadores aunque por separado. Tenemos la suerte de residir en Viena, donde abundan los buenos maestros y repetidores.

ÓA: Como todo el mundo, durante el período de la Covid tuvieron problemas y cancelaciones, sin olvidar el contagio de Anna en Rusia.

Yusif Eyvazov: Rusia estuvo fantástica, nos recuperamos en Moscú y el país nos proporcionó la oportunidad de cantar continuamente en las ciudades más importantes. Es algo que no podremos olvidar y por eso hemos decidido dar prioridad a nuestros compromisos en ese país desde ahora.

© Fundazione Arena di Verona / ENNEVI

Yusif Eyvazov (Calaf) y Anna Netrebko (Turandot) en la Arena de Verona en 2021

Una pareja de artistas

Nacida en Krasnodar, de familia cosaca Kubán, Anna Netrebko ocupaba ya la posición más alta en el firmamento operístico cuando conoció a Yusif Eyvazov. Su excelente técnica vocal, adquirida gracias a su inteligencia, seguridad en sí misma y dedicación, unida a su instinto dramático y al brío con que se enfrenta a sus personajes, infunden a la soprano una excitante presencia escénica. Según Peter Gelb, director general de la Metropolitan Opera de Nueva York “Anna Netrebko lo tiene artísticamente todo”. Como superestrella indiscutida, posee millones de seguidores en Instagram. Eyvazov, nacido en 1977 en Argelia de padres azeríes, se crio en Bakú. Después de graduarse en el conservatorio local se traslado a Milán en 1998 para un período de perfeccionamiento. Empezó a destacarse cantando en teatros italianos siendo invitado a cantar Des Grieux, papel plenamente indicado para su voz de tenor lírico spinto. El destino quiso que en la piel del apasionado héroe llegase a coincidir con Anna Netrebko.

ÓA: Han pasado el verano interpretando numerosos papeles verdianos. ¿A qué se debe que se le considere menos peligroso para la voz que los compositores veristas?

A. N.: Aunque ambos opinemos que no hay compositores más peligrosos que otros, creemos que todo es cuestión de técnica y de elegir con mucho cuidado los papeles a interpretar. En el caso de Verdi hay que tener siempre presente que conservaba buena parte del bel canto en su música y hay que saber combinar el dramatismo con la delicadeza. Si se consulta cualquier partitura de Verdi se advertirá que es pródiga en instrucciones para los cantantes, y el mayor desafío está en el control de las dinámicas, porque a la voz se le exige toda su extensión.

ÓA: ¿Ocurre lo mismo en los casos de tenor y soprano?

Y. E.: En general, sí y también con los barítonos. Para el tenor es especialmente importante recordar el componente belcantístico en Verdi y no solo el wagneriano.

ÓA: Anna, ha cantado los papeles verdianos de Violetta, Lady Macbeth, Aida, las dos Leonoras o Elisabetta del Don Carlo –también Gilda en sus inicios– ¿Puede hablar de sus características vocales y dramáticas?

A. N.: El verdadero problemas en todos ellos reside en el control de la respiración y el colorido vocal. La Abigaille [que debutará en noviembre en Londres] presenta todo un desafío en este sentido y a Verdi le quedaban todavía 29 óperas por componer. El papel de Abigaille es probablemente el más duro de todos: desciende con frecuencia al grave y al mismo tiempo es muy agudo, sin dejar tiempo para respirar. Apenas entrada en escena tiene que emitir cuatro Do agudos, pero después Verdi la obligará a dar continuos saltos en la misma octava y hay que ser capaz de hacerlo. No se puede comparar con el caso de Aida, por ejemplo, un papel muy distinto vocalmente hablando. Pero diría que el papel más difícil de mis papeles verdianos es el de Elisabetta de Valois. Aquí Verdi quiere que la soprano lo haga todo, que tenga ligereza, vigor dramático, dulzura y pasión. Es casi imposible. Pero lo hizo a través de su mejor música.

Tuve la suerte de oir a Anna Netrebko antes de que se hiciera universalmente famosa. Fue en Washington, en la temporada 1998-99 como Gilda en un Rigoletto dirigido en el Kennedy Center por Plácido Domingo, cuya biografía estaba preparando en aquella época. El había estado ensayando toda la mañana en el Met de Nueva York el papel de Herman de La dama de picas y tras acabar, a las 14h., viajamos a tiempo para que Domingo dirigiese la función de Rigoletto en Washington a las 19,30h. Nunca olvidaré aquella proeza del artista español –ayudado de un avión privado– y muy especialmente el momento en que una joven y entonces relativamente desconocida soprano rusa apareció en escena y cantó el famoso “Caro nome”. Fui a felicitarle en la recepción posterior y me recibió un tanto tímidamente, quizá porque en aquel momento su inglés no era demasiado bueno o porque no fuese consciente del nivel de perfección que había alcanzado en aquella representación. Afortunadamente, los demás sí lo éramos, incluído el avispado agente Jeffrey Vanderveen, que cuidaba de sus intereses. Entre los dos acertaron a planificar su futuro con clarividencia hasta alcanzar la cima del firmamento operístico. La inteligente elección de sus papeles, que ahora abarcan prácticamente todo el repertorio de soprano, jugó un papel decisivo en el desarrollo de su carrera. Desde Mozart y el bel canto romántico con la voz ya madura y con cuerpo a partes de mayor peso lírico, hasta llegar en los últimos años al más exigente repertorio verista.

Netrebko Yusif Eyvazov y Anna Netrebko como Cavaradossi y Tosca en el Met © The Metropolitan Opera / Ken HOWARD
Ana Netrebko (Floria Tosca) y Luca Salsi (Barón Scarpia) © Teatro Real / Javier DEL REAL
Netrebko Liceu Anna Netrebko y Yusif Eyvazov en el Liceu de Barcelona © Gran Teatre del Liceu / Antoni BOFILL

ÓA: Es en el repertorio verista con el que ha regresado en España este verano, con la Tosca del Real de Madrid. ¿Es el de Tosca un papel realmente tan difícil?

A. N.: El carácter de Tosca refleja una gran franqueza en todo momento y las mayores dificultades que presenta se hallan en el dúo del primer acto, aun con toda aquella bella música, y no puedo estar de acuerdo en la afirmación de que se trate de una persona poco inteligente. No hay que olvidar de que se trata de una cantante, que en el acto segundo, después de una actuación suya, se ve sorprendida por el hecho de que su amante ha sido detenido y se arriesgue a ser ejecutado. Al mismo tiempo se ve acosada sexualmente por el jefe de policía. En estos momentos demuestra valor y determinación. ¿Es esto ser estúpida? Yo creo que no.

ÓA: ¿Creen ambos que Cavaradossi sabe que va a morir y que Scarpia ha engañado a Tosca?

Y. E.: Para mí la respueta está en “E lucevan le stelle”, un momento en el que él sabe que va a morir. Y la forma en que se despide de Tosca confirma este punto de vista.

ÓA: ¿Se siente especialmente motivado cuando canta con Anna o con otra soprano para prolongar los agudos como hacían antes los tenores?

Y. E.: En ningún caso. En primer lugar, nadie podría competir con Anna en este sentido. Ella es como un Bugatti, un Rolls o un Ferrari: un material de primera. Pero tampoco lo haría con otra soprano. En este sentido baste recordar que el nombre de esta ópera es Tosca y no Cavaradossi.

ÓA: La voz de lirico spinto de Eyvazov es ideal para el verismo y para los papeles más fuertes de Verdi como Radames, que cantó en verano en Nápoles, u Otello. ¿Son esos roles verdianos más difíciles que el Des Grieux de Manon Lescaut o el Cavaradossi de Tosca?

Y. E.: Todos tienen sus dificultades hasta que se dominan y todo queda en su sitio. El de Otello ocupa el lugar más alto en esta lista de esfuerzos en la cumbre y la mayoría de mis colegas podrían certificarlo. Pero también el de Des Griex es muy exigente y puede dejarte tan exhausto como una sesión completa en el gimnasio.

ÓA: Estudió con Franco Corelli y Ghena Dimitrova. ¿Qué aprendió de ellos? ¿Trabajó con Corelli sus personajes verdianos?

Y. E.: No especialmente en el caso de Verdi, ya que entonces yo era muy joven y el trabajo que hicimos se basó más en los aspectos técnicos y en la posición escénica. Él era muy brillante en la exposición de sus indicaciones, como las relativas a la posición de la lengua o el funcionamiento del diafragma, así como en preparar la disposición del cuerpo. Dimitrova era también una gran experta en el canto verdiano y una de las mejores intérpretes del papel de Abigaille de todos los tiempos.

ÓA:  Hay otros papeles que quisieran cantar juntos? ¿El Requiem de Verdi, quizás? ¿La dama de picas o, con el tiempo, algo de Wagner?

A. N.: ¡Quien sabe! Cuando dejemos atrás este 2021 ya habrá tiempo de pensar en ello. ÓA