ENTREVISTAS
David Menéndez: “Me interesa tanto la faceta de cantante como la de actor”
Aunque en su juventud dudó entre dedicarse a la pintura o a la música, David Menéndez hoy ya es un barítono fundamental en el panorama nacional que se siente cómodo tanto en el repertorio operístico como en la zarzuela, la canción o el oratorio. su presencia continúa sumando escenarios internacionales, siendo uno de los pocos españoles con presencia en un teatro tan mítico como el Bolshoi de Moscú, en el cual, si las circunstancias lo permiten, debutará el rol de Figaro, de Le nozze di Figaro, y retomará su aplaudido Leporello.
El confinamiento me ha cogido en casa, en Valencia, donde estoy aprovechando este tiempo de incertidumbre para estudiar nuevos papeles. Conseguí el certificado necesario para que mi pianista viniese a mi estudio y cada día trabajábamos de una a dos horas, pero desde que se impusieron normas más estrictas y eso no fue posible simplemente estudio nuevos repertorios y trato de mantenerme en forma.
En este momento debería estar en Moscú, ensayando en el Teatro Bolshoi el Figaro de Le nozze di Figaro, un papel que había estudiado de joven pero que no había podido debutar en escena. Había cantado el rol del Conte di Almaviva, pero nunca Figaro, y me hace especial ilusión. Como también volver a cantar en ese teatro, con el que mantengo el vínculo desde que debuté en 2017 con Lord Sidney, de Il viaggio a Reims. Por ahora el teatro está cerrado, pero espero que se mantengan las representaciones de ambos títulos previstas para noviembre y diciembre.
Con el debut de Figaro habré cantado todos los papeles de barítono de la trilogía Da Ponte. He interpretado Guglielmo y Don Alfonso, de Così fan tutte, Figaro de Le nozze y Masetto, Don Giovanni y Leporello de Don Giovanni. Aunque algunos son más líricos y otros más graves, mi perfil vocal me permite abordarlos todos. Pero debo reconocer que, en estos momentos, mi preferido es Leporello.
Mi vocalidad es un tanto ambigua pues el color es de barítono lírico, pero mi tesitura encaja con la de bajo-barítono. Por ejemplo, un personaje como Lord Sidney está asociado a una voz de bajo, pero me siento cómodo con él. Lo hice en Pésaro, así como en otros teatros con Alberto Zedda, y es un rol que me ha abierto muchas puertas.
Siempre me gustó cantar, aunque de joven me atraía más la música instrumental que la vocal. Pero empecé a estudiar canto y a asistir a los ensayos y representaciones en el Teatro Campoamor; escuchando las grandes voces que pasaban por ahí me di cuenta de que, a pesar de que técnicamente lo hacía bien, me faltaba algo para alcanzar su nivel. Por eso fue clave conocer a Ana Luisa Chova [Premio ÓPERA ACTUAL 2004]. Me desplacé a Valencia para estudiar con ella y me enseñó algo muy importante: conectar la técnica con la expresividad. También tuve la suerte de conocer a Elena Obraztsova. De ella aprendí ese plus necesario para desarrollar una carrera profesional, para cantar en grandes teatros.
Nunca tuve cantantes que me marcasen especialmente en mi juventud. Más bien admiro a intérpretes con los que he trabajado. Recuerdo el placer de cantar y ver trabajar a alguien como Simon Keenlyside, en Don Giovanni, por su calidad como cantante y actor. Esa faceta es la que más me interesa y con la que me siento más identificado.
Hay papeles que sé que probablemente nunca cantaré, por diferentes motivos. Me encantaría hacer el Rodrigo de Don Carlo, pero me temo que no tengo el perfil que hoy en día se exige para ese tipo de rol. Y otro personaje que me apasiona es Scarpia, de Tosca.– ÓA
Por toda España
El barítono asturiano, nacido en Castrillón, ha cantado en casi todos los coliseos líricos españoles empezando por su Teatro Campoamor ovetense, con varias temporadas en el Gran Teatre del Liceu, el Teatro Real de Madrid, ABAO Bilbao Opera, el Teatro Arriaga bilbaíno, el Teatro Gayarre y el Auditorio Baluarte de Pamplona, el Teatro de La Zarzuela de Madrid o el de La Maestranza de Sevilla, además de los Festivales de Granada y el Mozart de A Coruña. En escenarios internacionales destaca su paso por la Greek National Opera, el Festival de Pésaro y, últimamente, el Bolshoi de Moscú.
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