ENTREVISTAS

Carmen Romeu, soprano: "Se tiende a clasificar demasiado a las voces y cada una es un mundo"

01 / 05 / 2021 - Antoni COLOMER - Tiempo de lectura: 3 min

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Carmen Romeu La soprano valenciana Carmen Romeu © KOE

Poseedora de una voz atractiva e inclasificable, la soprano valenciana Carmen Romeu empezó estudiando clarinete, pero se dio cuenta de que su futuro estaba en el canto. Se dio a conocer en una producción de L’isola disabitata de Manuel García y con sonados debuts en Pésaro de roles tan exigentes como las protagonistas de La donna del lago y Armida. Ahora interpretará a Ascensión, de La del manojo de rosas, en el Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo en la histórica puesta en escena de Emilio Sagi.

Este parón por la pandemia me ha servido para hacer un viaje interior, para descubrir facetas de mí y de mi creatividad. Al principio pensé en dejar de cantar por un tiempo, pero eso me duró cuatro días. Y además lo hice con una mentalidad diferente. Empecé mi carrera muy joven y a veces no tienes tiempo de parar y reflexionar para crecer. He cantado, por diversión, fragmentos de Salome o Tannhäuser, lo que me ha permitido trabajar aspectos técnicos o bucear en nuevos repertorios.

Durante la pandemia interpreté La flauta mágica en Mallorca y ahora vuelvo a escena con La del manojo de rosas en Oviedo, una obra que ya canté en 2014 en la misma producción de Emilio Sagi. Ascensión es un personaje que reivindica el derecho a decidir de la mujer, por encima de imposiciones sociales y patriarcales. Algo que conecta mucho con nuestra generación. Estudié también arte dramático y me atraen mucho los papeles que tienen un fuerte componente teatral.

Cantar zarzuela no solo me gusta, sino que creo que hay obras con un valor musical enorme. Como artistas españoles, tenemos el deber de dar a conocer este repertorio. Hay tantas obras que se desconocen. Ahora estoy trabajando con Borja Mariño un programa de autores valencianos y te das cuenta de que hay música muy buena por descubrir. Deberíamos valorar más a los compositores e intérpretes españoles.

La clasificación vocal ha sido para mí siempre una complicación. En general, se tiende a clasificar demasiado a las voces. Cada una es un mundo y prefiero no encasillarme. Mi voz tiene una extensión amplia, color oscuro y capacidad para la coloratura. Alberto Zedda me dijo que mis roles eran los de la Colbran, una vocalidad muy particular. Creo que los papeles que más he disfrutado han sido Desdemona o Armida de Rossini.

 

© Teatro de La Zarzuela / Javier DEL REAL

Carmen Romeu (Lina) y Rodrigo Esteves (Puck) en 'Las golondrinas' de José María Usandizaga en el Teatro de La Zarzuela

Ana Luisa Chova fue clave para mí. Me entendió tanto vocal como personalmente. Yo llegué cantando Cherubino, un papel que han abordado sopranos como Pilar Lorengar, que es un referente para mí. Como también lo ha sido Anna Caterina Antonacci, que cantó roles de mezzo y de soprano y que me enseñó a no encasillarme. Antiguamente esta fluctuación era más aceptada y creo que es muy interesante.

Llegué a la Academia Rossini de Pésaro por casualidad, pero fue una etapa decisiva. Ahí conocí a Alberto Zedda, con quien tuve una gran relación personal y profesional. En Pésaro, y gracias a él, hice Il viaggio a Reims, Otello, La donna del lago y Armida, que fueron claves en mi carrera internacional. Trabajar con Zedda ha sido un crecimiento constante y aún le echo de menos. Rossini te permite la máxima expresividad de la voz en todas sus facetas, y eso lo aprendí de él.

El repertorio verdiano está en mi horizonte. Solo he cantado Violetta y creo que obras como I vespri siciliani o I lombardi encajan con mi voz. Desdemona también, pero si te digo la verdad, me gusta más el personaje en la obra de Rossini. Es más proactiva que la de Verdi. Pero sobre todo me atraen los roles de la trilogía Tudor de Donizetti, especialmente las antagonistas como Elisabetta o Giovanna Seymour.– ÓA