ENTREVISTAS
Alexander Neef director de la Opéra National de Paris: “Quiero que la ONP recupere su identidad”
Inició su carrera junto a Gerard Mortier tanto en Salzburgo como en la ópera parisina durante cuatro años, a partir de 2004. Desde 2008 ejerció durante 12 años como director artístico de la Canadian Opera Company de Toronto. Regresó a París como director de la ONP a partir de septiembre de 2020, y ya presentó a la prensa su primera temporada, la 2021-22, que se inaugurará este mes.
El gestor alemán Alexander Neef (1974), el nuevo directeur de la Opéra National de Paris (ONP), ha realizado una entrada acelerada en su nueva casa. Se preveía su llegada en septiembre 2021, pero la crisis de la Covid y la anulación de la temporada parisina 2020-2021 avanzaron un año su presencia a la cabeza de la ONP. Buen conocedor de la institución, en la que trabajó junto a Gerard Mortier, se declaró partidario de “revisitar su modelo económico, social y organizativo”, “hacer revivir el repertorio francés”, y también de “asegurar las condiciones para obtener una explotación (económicamente) equilibrada”. A petición de los propios empleados de la ONP, quienes, agrupados en un manifiesto acompañado de 400 firmas, entre otras novedades han planteado una misión que defiende la diversidad en la institución.
ÓA: ¿Cómo juzga el estado artístico, moral y económico de la ONP tras la pandemia?
Alexander NEEF: En estos momentos, por desgracia, todavía no la hemos vencido. El personal de la ONP está trabajando con un gran sentido profesional. Durante el año pasado el ritmo de trabajo de la casa no disminuyó, y si bien las salas permanecieron cerradas, nuestros equipos técnicos y artísticos estuvieron preparando nuevas producciones y difundiendo en streaming obras grabadas para ello.
ÓA: ¿Cómo quiere recuperar la identidad de la ONP?
A. N.: La casi supresión de la temporada pasada y a pesar del trabajo realizado durante la pandemia es imposible que no hayan habido modificaciones indeseables en el espíritu de la institución. Recuperar la identidad significa reencarnar el alma tradicional de la institución en el interior y reencontrar la especificidad de su programación.
ÓA: ¿Cuál será el presupuesto de la ONP durante su estancia? ¿Cuántos colaboradores?
A. N.: La pandemia ha generado un déficit consecuente. El ejercicio contable 2020, a pesar de haber economizado unos 40 millones de euros, de haber absorbido 90 de recursos propios y de haber obtenido una ayuda excepcional del Estado de 41 millones, se ha concluido con un déficit de 10 millones de euros. Para 2021 se ha planteado un presupuesto de unos 200 millones, con una pérdida presupuestada de 21. Ya en el primer trimestre hemos registrado un déficit de 8 millones a causa de las sucesivas anulaciones. El Estado cubrirá una parte del déficit, pero no su totalidad. Esperamos absorber las pérdidas en dos o tres temporadas. La plantilla actual de la ONP se eleva a unos 1.500 trabajadores repartidos entre las funciones técnicas, artísticas y administrativas.
ÓA: ¿En qué condiciones sanitarias se abrirán Garnier y Bastille?
A. N.: En las que dicte el gobierno, por supuesto. Al abrir la temporada 2021-22 (con aforo al cien por cien) se exigirán el pase europeo y la mascarilla durante toda la representación. Son condiciones difíciles, pero no hay ninguna razón para no imponerlas y respetarlas. Esperamos que nuestro público lo comprenda.
La temporada 2021-22
ÓA: ¿Considera que la próxima temporada está al nivel de la ONP?
A. N.: ¡Si no lo hubiese considerado así no la habría propuesto! Cierto es que su preparación no ha sido fácil pero se debe reconocer que, fiel a su pasado, la ONP propone ocho nuevas producciones y con ellas gran cantidad de nuevas voces. Es este un punto interesante que merece ser subrayado.
ÓA: ¿Habrá estrenos absolutos por encargo de la ONP durante su gestión?
A. N.: Es importante para una institución como la ONP presentar novedades que enriquezcan el patrimonio lírico mundial. Por supuesto, la ONP hará nuevos pedidos en este sentido. Pienso, sin embargo, que durante mi mandato utilizaré también otra forma de enriquecer el patrimonio reponiendo obras contemporáneas, ya presentadas aquí o en otra parte y poco o nada repuestas. Las nuevas creaciones deben estar siempre dirigidas hacia una reposición lógica y posible. A menudo se estrenan óperas sin ninguna posibilidad de volver a los escenarios, ya sea por la opacidad de su contenido musical o por la dificultad de su puesta en escena.
ÓA: En las condiciones de su contrato, ¿hay exigencias sobre la paridad, la diversidad o el contenido de las obras a exhibir? ¿Debe exigir la paridad en sus equipos?
A. N.: Más bien no. Existe una demanda de igualdad entre hombres y mujeres, no en los repartos, por supuesto, sino principalmente en los trabajos con responsabilidades en el backstage y en oficinas. Personalmente buscaré siempre una paridad, aunque ni puramente aritmética ni por porcentajes prefijados. Es importante que en estos puestos no se encuentren siempre a las mismas personas. Me gustaría que hubiese más mujeres en puestos de responsabilidad artística ocupados hoy, mayoritariamente –si no, totalmente–, por hombres. Pienso por ejemplo en al caso, límite, de la composición o también de la dirección de orquesta. Para estos puestos y para otros yo preferiría que la paridad se hiciese naturalmente, sin forzar las decisiones ni dar o negar esa responsabilidad a tal o cual persona únicamente por el hecho de ser hombre o mujer.
ÓA: ¿Se publicarán las decisiones relacionadas con la diversidad que se dieron a conocer en junio, cuando se presentó la temporada?
A. N.: De las proposiciones nacidas de nuestra misión sobre la diversidad, hemos retenido seis. Estas pistas para la evolución de la ONP se hallan también en nuestra web. Entre ellas existe la que prevé la creación de un encargado de misión que dará anualmente a la Dirección General un documento sobre el estado de la situación, y también se ha retenido la de la creación de un Comité Consultivo científico compuesto únicamente por artistas y personalidades relacionadas con la ONP.
ÓA: ¿Seleccionará las producciones en función de su respeto con las minorías?
A. N.: Ciertamente no, a priori. En todo caso, antes de lanzar una producción, habrá siempre un diálogo con los artistas que deban intervenir en ella. Por supuesto, la persona más directamente interesada en el tema es el director de escena, pero de todas formas habrá siempre un diálogo previo con los artistas en todas las producciones que pondré en escena, ya sean nuevas o de repertorio.

Gustavo Dudamel en la ONP
ÓA: Gustavo Dudamel no parece haberse interesado mucho por la ópera hasta ahora. ¿Por qué le ha elegido a él como director musical?
A. N.: Contrariamente a su afirmación, Gustavo Dudamel conoce y ha trabajado en el género lirico en numerosas ocasiones, desde sus primeros años de director de orquesta. Ha dirigido ópera en Barcelona –un Otello creo–, en Milán y en numerosos teatros de Sudamérica. Cierto es que actualmente se le reconoce mayormente como director de música sinfónica, pero es voluntad suya, y mía también, volver al género lírico. Su paso por la ONP con Carmen dejó un muy buen recuerdo en nuestra orquesta. Por algo será. Es este un punto muy importante en la selección de un director.
ÓA: ¿Cree que el público de la ONP es un conocedor del género?
A. N.: En 2020, lo digo de memoria, la ONP acogió a unos 850.000 espectadores. Nuestro público es multiforme. Cuando se llega a estas cifras no se puede hablar de público en singular. En nuestros públicos, dicho de prisa y con perdón, hay de todo. Y está muy bien que sea así. Asistir a un espectáculo lírico es una experiencia personal, única, en un ambiente colectivo que admite toda clase de personas.
ÓA: ¿Qué puede decir sobre la búsqueda de nuevos públicos?
A. N.: Ese es el deber, la obligación primera, de todo director de un teatro lírico, grande o de menor importancia. Personalmente parto de la idea de que la ópera debe hablar a todo el mundo, aunque es verdad que no puede hacerlo a todos de igual forma. Existe, y no se puede ni se debe negar, una diferencia de distancias –cultural, económica, física incluso– entre los futuros públicos posibles. Nuestra voluntad es la de crear puntos de acceso que faciliten la adhesión de nuevos públicos. Pienso que una de las iniciativas importantes de esta búsqueda, tal vez la más importante, sea la de incentivar las vocaciones artísticas. En cierta forma, a través de la búsqueda de nuevos públicos, espero encontrar nuevos artistas, gentes que decidan pasar al otro lado del espejo.
ÓA: ¿Cuál es la razón de su voluntad de colaboración con teatros de provincia?
A. N.: El mundo lírico es un ecosistema que comprende los teatros de todas dimensiones. No hay que olvidar que en los teatros de provincia pueden surgir nuevos talentos. La ONP debe estar muy al tanto de esta posibilidad. Ello no significa que la nuestra sea una voluntad imperialista. Si se nos ve de esta forma, no continuaré en esta línea. Se trata de trabajar juntos en proyectos muy determinados.
ÓA: ¿Cómo surgió la colaboración anunciada con el Liceu de Barcelona?
A. N.: El Liceu es una gran institución europea. La operación ha sido posible gracias a contactos personales que tengo con la institución barcelonesa, como los tengo también con otros teatros en España –el Real de Madrid por ejemplo– o en otros países, a quienes también propondré operaciones en común en el futuro.
ÓA: ¿Piensa incluir artistas españoles en sus próximas temporadas? En la 2021-22 no hay ninguno.
A. N.: No lo he hecho adrede. ¡Puede creerme! Tendré que pensar en ello. No quiero citar nombres pero sí tengo en la memoria a algunos cantantes –y no solo cantantes– de gran valor que aprecio particularmente.
ÓA: ¿Por qué no integrar zarzuelas en sus temporadas?
A. N.: Me encanta el mundo de la zarzuela, que conozco bien. No creo sin embargo que el género se encuentre muy a gusto en la ONP.
ÓA: ¿En qué actividades participará personalmente durante su mandato?
A. N.: De momento en el mayor número posible. Es normal dado que estoy todavía entrando en la gestión de la casa. Es compleja. Más adelante, ya veremos.
ÓA: ¿Tiene alguna aprensión respecto de la crítica operística y de la parisina en particular?
A. N.: ¡Para nada! En absoluto. No tengo ninguna aprensión al respecto. Más bien al contrario, pienso que la crítica profesional –dejemos de lado la crítica de aficionados–, es una ayuda importante para quien, como yo, tiene responsabilidades en la búsqueda, la producción y la presentación de espectáculos. La crítica profesional forma parte del sistema. Es una ayuda para nuestra formación. Nos ayuda grandemente a mejorar. –ÓA
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