ENTREVISTAS

Albert Boadella, director de escena: “Digamos que a los 80 años todavía me aguanto”

01 / 03 / 2023 - Gema PAJARES - Tiempo de lectura: 6 min

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Boadella Canal Albert Boadella en la Sala Roja © Teatros del Canal
Boadella Teatros Canal Albert Boadella, María Rey-Joly y Antoni Comas en la escenografía de 'Malos tiempos para la lírica' © Teatros del Canal / Pablo LORENTE

El dramaturgo, director teatral y actor celebra por partida doble en 2023: sus 80 años y los 60 sobre los escenarios y se monta un homenaje con dos de sus obras y un ciclo de debates que resumen su trayectoria. Dirigió los teatros del canal durante ocho años y conserva muy buenos recuerdos, pero confiesa que no volvería a hacerlo porque ya tuvo suficiente: “Yo decidí el momento de marcharme, nadie me dijo una palabra de lo que tenía que hacer”. Ha estado ligado a la escena toda su vida y en sus recuerdos infantiles reina la zarzuela, que escuchaba casi con chupete. Cree que el teatro sin música “es más sociología y psicología”.

Los 80 años sí que pesan, pero es mi edad. No tengo la misma rapidez mental y he de aplicar un esfuerzo suplementario a muchas tareas, aunque digamos que todavía me aguanto. Sin embargo, los 60 en escena son más llevaderos. Es un gran placer haber llegado hasta aquí, sobre todo por la experiencia que aportan. He hecho con mi vida lo que imaginé. Recuerdo el día en que Pierre Lefèvre me invitó a su casa, una granja alsaciana a las afueras de Estrasburgo, maravillosa. Cuando vi aquello me dije: “Esto es lo que yo quiero”. Y aquella idea es la que he llevado a término: tengo mi masía, una mujer inteligente y fantástica, y he hecho teatro.

El homenaje que voy a recibir, y que agradezco muchísimo, partió de mí. “Este año voy a cumplir ochenta. ¿No tendríais que hacerme alguna cosa?”, le dije a la gente del Canal. Los jóvenes tiene una consideración limitada hacia los mayores. Me hace especial ilusión porque este tipo de homenajes se suelen realizar cuando uno ya tiene un pie en la fosa, y no es mi caso. De aquellos ocho años como director de los Teatros del Canal guardo recuerdos magníficos. Tras Malos tiempos para la lírica este mes (ver artículo en este enlace) repondremos Diva. Habrá también tres debates que están hechos a mi imagen y semejanza porque los he diseñado yo. Uno girará alrededor del teatro, de esa gran familia que hemos sido, otro abordará el tema político, pues he sido muy incisivo en algunas de mis obras y por último, estará presente mi idea del teatro como arte (Ver web).

 

Boadella Teatros Canal Albert Boadella posando en la escenografía de 'Malos tiempos para la lírica' © Teatros del Canal / Pablo LORENTE
Boadella Teatros Canal María Rey-Joly y Antoni Comas en 'Malos tiempos para la lírica' © Teatros del Canal / Pablo LORENTE

Conozco la zarzuela desde niño. Mi hermano la cantaba y me llevaba a los ensayos con tres o cuatro años. Recuerdo con unos cinco años escuchar La del manojo de rosas, de Sorozábal, y ver a aquella Ascensión, que me parecía la mismísima Virgen María. Fue la primera vez que pude admirar la belleza de una mujer. Mis emociones sentimentales están en la zarzuela. Debería ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad porque significa el canto de un pueblo, que es el nuestro. Mi generación ha sido la culpable de que se haya arrinconado y de que se haya asociado al franquismo. Hoy, el pelo blanco ha ganado espacio en el patio de butacas. Y creo que llegamos tarde para intentar hacer algo.

Me encanta la ópera, pero quedé un poco frustrado tras el estreno de El pintor, pues no le indiqué bien a Juan José Colomer lo que yo quería y el resultado fue una obra demasiado contemporánea, una música pesada, aunque el espectáculo era bárbaro. Y no volví más a ella, salvo para el estreno de Diva. A eso hay que añadir que el entramado administrativo de una ópera resulta bastante opresivo cuando yo lo único que quiero es poder trabajar de una manera más artesanal con cantantes, director de orquesta y coro [en este enlace, una entrevista con el director sobre su trabajo en ópera].

Mi relación con Cataluña yo diría que es paisajística, nada más. Con Madrid es diferente, pues es mi ciudad, aunque no viva en ella. Están mis amigos y gente que me ha ayudado mucho. Es una ciudad fantástica que ha experimentado una explosión espectacular y a la que separa un abismo de aquella capital de los sesenta. Es una de las capitales más libres de Europa, justo lo contrario de lo que le ha sucedido a Barcelona, que se ha oscurecido y vulgarizado. ÓA