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INTERNACIONAL
'Zaide', siempre en construcción
Roma
Opera di Roma
Mozart: ZAIDE
Chen Reiss, Juan Francisco Gatell, Markus Werba, Paul Nilon. Davide Giangregorio. Remo Girone, actor. Dirección: Daniele Gatti. Dirección de escena: Graham Vick. 18 de octubre de 2020.
Entre 1779 y 1780 Mozart empezó a escribir un Singspiel con el título de Zaide, pero dejó la obra inacabada tras haber compuesto cerca de una hora de música. El manuscrito fue descubierto después de su muerte, pero falta la parte final y el libreto nunca se encontró, lo que impide conocer la trama en todos sus detalles. Para hacer posible su representación se han intentado diversas reconstrucciones. En 1981 Italo Calvino, uno de los mejores escritores italianos del siglo XX, hizo algo distinto. Puesto que no se conocía el verdadero contenido de la ópera no trazó un solo argumento sino varios, narrados por un actor que se mueve por escena como si fuese invisible y guía la acción de los personajes. Es una solución original, parecida a la de algunos de los cuentos de Calvino, pero más apta para ser leída tranquilamente en casa que representada en teatro, donde una evolución lineal de la acción, aunque no corresponda exactamente a lo que pensaba Mozart, será siempre mejor que una interrupción continua o proponer hipótesis alternativas.
Mozart compuso Zaide en la misma época que Idomeneo y en esa obra parece aparecen la importancia de la orquesta en varios puntos y las audacias experimentales, con los dos bellísimos melólogos, los únicos que Mozart escribiría. La música de Zaide es de una gran calidad y algunas de las arias anticipan el futuro del compositor, como la del primer acto de la protagonista, que no desmerecería en la voz de la Condesa de Las bodas de Fígaro, o la tercera de ellas, que tiene algo del carácter de la Konstanze de El rapto del serrallo. Otros momentos poseen una gran fascinación melódica pero no hacen que personajes o situaciones tengan la fuerza de sus obras posteriores, hasta el punto de poder ser asimiladas a otros compositores de la época como Cimarosa o Paisiello.
Muy bien la ejecución musical de esta recuperación romana. Sería difícil elegir entre Chen Reiss (Zaide), Juan Francisco Gatell (Gomatz) o Markus Werba (Allazim), pues todos estuvieron perfectos en sus papeles. Óptima la dirección de Daniele Gatti, que prestó vigor y transparencia a la orquesta.
Graham Vick no optó esta vez por las ideas o los experimentos personales, siempre un tanto opinables, y efectuó una dirección de escena sencilla y natural aunque llena de fantasía y de ironía, para acercarse tanto a Calvino como a Mozart. Italo Grassi vistió a los personajes a la turca, aunque la escenografía situaba la acción en un terreno en obras moderno, probablemente alusivo al hecho de que Zaide será siempre una obra en construcción.
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