CRÍTICAS
NACIONAL
Xavier Sabata, reflejos de agua y luna
Barcelona
Gran Teatre del Liceu
Ovidio: NARCISO / Schoenberg: PIERROT LUNAIRE
Foyer del Liceu
Director de escena y contratenor: Xavier Sabata. Movimiento: Maria C. de Vaca. Dirección musical: Francesc Prat. Ensemble de la Orquesta Simfónica del Liceu: Kai Gleusteen (violín y viola), Guillaume Terrail (violoncelo), Albert Mora (flauta), Maxime Penard (clarinetes) y Jordi Torrent (piano). 16 de noviembre de 2021.
Este concierto de la temporada 2021-2022 del Gran Teatre del Liceu se ofrecía en el Foyer y en tres únicas funciones. El concepto escénico y la presentación estaban ideadas por el contratenor Xavier Sabata que era, a la vez, el intérprete de las piezas y el reclamo principal de esta especial velada junto a la obra de Schoenberg y a la de Ovidio. Sabata colocó las sillas de los espectadores rodeando un escenario central y circular giratorio y en el cual se instalaron los músicos y el director. Un segundo círculo concéntrico, más pequeño –que giraba a la inversa– servía de plataforma en la que el cantante ofreció de forma continuada un breve prólogo teatral y el ciclo de canciones Pierrot Lunaire. Entre las novedades de la propuesta, además del innovador espacio escénico, también llamó la atención la presencia del artista a la llegada del público, que yacía estirado sobre el escenario con una pieza de ropa blanca al estilo griego que le llegaba hasta la cintura dejando al aire su torso blanquecino.
El prólogo escogido como preámbulo de la obra de Schoenberg estuvo dedicado a los versos de Narciso del libro III de la Metamorfosis de Ovidio, que fue interpretado por Sabata con gran elocuencia y expresividad, en una demostración de las capacidades actorales del intérprete, todo un animal escénico, que solamente se vio apoyado por una iluminación cenital y una ligera y muy cuidada amplificación. Un aperitivo eficaz y de gran belleza poética que presagiaba una interesante velada.

El contratenor y director del espectáculo Xavier Sabata
Al terminar el prólogo narcisista, aparecieron el quinteto musical y el director Francesc Prat para arropar a Sabata en la pieza central de la velada. Pierrot Lunaire, influenciado por el cabaret vienés, se basa en tres grupos de siete poemas del escritor belga Albert Giraud. Obra estrenada en 1912 por una soprano –aunque el personaje de Pierrot sea un rol masculino–, el Liceu ha apostado porque un contratenor asuma este rol proveniente de la commedia dell’arte que en ocasiones parece un héroe y en otras un ser secundario. Merece la pena destacar la gran labor musical del Ensemble de la Simfònica del Liceu, con especial mención de su director musical, Francesc Prat, y de los cinco solistas que deben manejar diferentes instrumentos a lo largo de la obra y que tan solo tocan juntos en la última canción. Unos músicos que arroparon con consistencia la actuación de Sabata que aquí quedó algo más vistosa a nivel actoral pero menos matizada en cuanto a la comprensión de los versos a pesar de ofrecerse en la exquisita traducción al catalán del poeta y escritor Miquel Desclot. Y es que la obra, basada en el Sprechstimme –literalmente «discurso hablado»– permite poco lucimiento en un canto inexistente y al que se está acostumbrado a escuchar en una voz femenina; por ello costó algo más acostumbrarse al cambio y a disfrutarla. Además, los músicos en constante movimiento giratorio ofrecieron una particular barrera sonora sobre la declamación del artista que quedaba en muchas ocasiones de espaldas a los oyentes haciendo poco comprensibles los poemas.
La velada atrajo a un público fiel del artista y de la música del siglo XX, aunque no llenó el Foyer pero que recompensó el gran trabajo actoral, de dirección y declamatorio de Sabata, realmente extraordinario, premiado con numerosos aplausos, así como también al excelente Ensemble del Liceu, guiado con gran mimo y profesionalidad por Prat. * Fernando SANS RIVIÈRE, director de ÓPERA ACTUAL
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