CRÍTICAS
INTERNACIONAL
Washington: Esperando al gran Fausto
Washington National Opera
Gounod FAUST
Marcelo Puente, Raymond Aceto, Samson McCrady, Joshua Hopkins, Allegra De Vita, Erin Wall, Deborah Nansteel. Dirección: Keri-Lynn Wilson. Dirección de escena: GarnettBruce. Kennedy Center. 22 de marzo de 2019.
En este mes dos reposiciones ausentes durante más de veinte años en el repertorio local han compartido el escenario de la WNO. Si en la primera (Evgeni Onegin) primó la economía total de medios y focalización en lo musical, en el caso de la obra de Gounod se pudo asistir a una producción original de la Opera de Houston caracterizada por el exceso.
Tomando de referencia las fuentes originales del Fausto de Goethe –Spiess, Marlowe–, Garnett Bruce dirigió una abigarrada y colorida puesta en escena de ambiente renacentista con vestuario de época, abundante y entretenida en efectos especiales como fue la sorprendente aparición de Méphistophélès en el primer acto. A pesar del indiscutible atractivo teatral, esta esperada reposición no alcanzó el nivel artístico deseado de una compañía como la WNO. Las deficiencias recayeron en un reparto vocal desigual que no estuvo a la altura de la partitura de Gounod y la noche fue larga.

La soprano Erin Wall brilló en su interpretación de Marguerite
En los papeles principales destacó la soprano Erin Wall dando vida a Marguerite con una cuidada interpretación dramática en su espiral emocional desde la mujer enamorada –“O nuit d’amour”– a la mujer resignada –“Il ne revient pas”– y, en última instancia, a la mujer arrepentida –“Angers purs, Angers radieux”; en lo vocal aportó una interpretación convincente por su musicalidad, lirismo y proyección. El tenor argentino Marcelo Puente, en su debut con la WNO, no estuvo en su mejor momento; el papel de Faust, ciertamente apropiado para Puente por su físico y por el timbre de su voz, se le hizo cuesta arriba en una noche en la que el timbre se escuchó opaco y carente de agudos.
Decepcionó también en lo vocal el bajo Raymond Aceto acusando carencia de volumen y moviéndose nada cómodo en el registro que requiere el personaje; como veterano de la escena que es, en todo caso supo compensar su estado vocal con una presencia escénica de gran fuerza encarnando un Méphistophélès sarcástico y manipulador. La cálida voz del tenor Joshua Hopkins personificó con corrección el papel del energético y viril Valentín. La mezzosoprano Allegra de Vita resolvió de manera lúcida su papel masculino de Siebel. En los papeles secundarios destacó, por su comicidad y desempeño vocal, la mezzo Deborah Nansteel como Dame Marthe y el barítono Samson McGrady como un correcto Wagner.
La orquesta dirigida por Kery-Lynn Wilson brindó una versión cuidada sin la escena de ballet e hizo lo que pudo por enaltecer la bellísima música de Gounod muy a pesar de las deficiencias musicales en la escena.
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