Wagner: DER RING DES NIBELUNGEN (Dir.: Donald Runnicles)

En Die Walküre vuelve a verse el concepto de maletas como elementos vertebradores de la escenografía, en este caso como elemento de edificación de la casa de Sieglinde y Hunding. Elisabeth Teige interpreta a la gemela con una voz bella, bien timbrada y llena de sensualidad y Brandon Jovanovich como Siegmund también está un par de peldaños por debajo, aunque con un volumen más que suficiente para superar la orquestación wagneriana. Nina Stemme como Brünnhilde aporta una presencia escénica indudable y un conocimiento de la magia wagneriana difícil de alcanzar, y aunque su voz resulta ya quizás demasiado oscura para el rol, el poderío que añade al personaje es de primera magnitud. En Siegfried se tiende más a la representación idealizada y algo grotesca de los espacios, como en la escena de la fragua. Clay Hilley en el rol titular trae una voz atractiva pero irregular en cuanto a fraseo y caracterización.

Götterdämmerung muestra la sociedad decadente, obscena y lasciva de los gibichungos, con una buena prestación de las voces masculinas de la Deutsche Oper. Albert Pesendorfer cumple como Hagen caracterizándolo como un payaso asesino. Y, con los últimos compases, la puesta de Herheim muestra una trabajadora limpiando el escenario: eurotrash, pero con dosis de poesía. La dirección musical de Donald Runnicles a lo largo de las cuatro óperas es una experiencia catártica llena de color, dramatismo y que juega con innumerables matices. * Albert M. RIBAS